sábado, octubre 25, 2008

Islandia, del paraiso a la miseria




México, D.F., 24 de octubre (apro).-Islandia sucumbió con la velocidad que ha transcurrido la crisis económica mundial. Al ritmo que cayeron las bolsas, el país que fuera considerado por la ONU como el mejor para vivir en todo el mundo, ahora padece todos los fenómenos del tercer mundo: desempleo, parálisis económica, incapacidad para pagar y bancarrota.
"El primero en caer" es el título con que el diario El País, en su edición dominical, advierte de la catástrofe que se puede repetir en otros países.
Islandia, el territorio vikingo, fue descubierto por el conquistador Eric el Rojo hacia el año mil. Alcanzó su independencia apenas en 1944. El año pasado la ONU declaró a este país como el mejor para vivir en el mundo, y a sus habitantes, "los más felices de la tierra".
Su economía era considerada la sexta mejor del mundo; sus habitantes, los de mayor índice de lectura (el promedio es de 40 libros al año); la guerra, inexistente debido a la ausencia de Ejército...Sí, todo perfecto, hasta la crisis.
El País reproduce, en letras de su corresponsal, John Carlin, testimonios de ancianos que perdieron todos sus ahorros debido a la falta de liquidez de los bancos.
Menciona a jóvenes que abandonaron súbitamente sus departamentos por la incapacidad para continuar con los pagos, cuyo valor se triplicó debido a la devaluación de su moneda.
Y la raíz de tal parálisis, cita el diario español, se atribuye a los excesos de la plutocracia.
"Los islandeses se debaten hoy entre echarle la culpa al Gobierno, por haber desregulado las leyes de manera tal que todo valía, o a los banqueros, cuya extravagancia era observada por el resto de los ciudadanos en las fiestas espontáneas que montaban en los bares de Reikiavik, la capital, donde consumían champán a 1.000 euros la botella como si fuera cerveza".
Si bien Islandia apenas analiza las razones de su tragedia, en la vida de las calles los ciudadanos ya padecen la pobreza.
Es el caso del cocinero Thorir Bergsson, de 39 años de edad, quien dirigía un exitoso restaurante en Reykiavik. Los comensales del lugar bajaron en un 40 por ciento; en consecuencia, el chef se vio obligado a correr a la mayoría de sus empleados.
"Pero esto no es lo peor. Lo peor es que Bergsson, sencillamente, no puede pagar su mensualidad hipotecaria, ni la del préstamo de su coche, sin que los cuatro niños que viven con él y su mujer pasen hambre", señala el diario.
Para leer el texto íntegro haga en esta liga: http://www.elpais.com/articulo/reportajes/primero/caer/elpepusocdmg/20081019elpdmgrep_1/Tes

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