Ricardo Andrade Jardí
Ni tardo ni perezoso, Fecal, el usurpador en turno, anuncia de antemano sus presumibles discrepancias con Brasil y Argentina, por aquello de que los sudamericanos países han decidido dar un vuelco (no como el del avión del español ex secretario de la Gobernación usurpada) sino uno que pretende salvar lo que se pueda de sus países, que, al igual que el nuestro, le apostaron, hasta hace muy poco, a la imposición neoliberal de la economía y el libre mercado, llevando a esos países al fracaso financiero, reflejo, primero: del global fracaso del “Capitalismo Democrático”, según lo definió Bush en uno de esos pocos momentos en que fue capaz de articular media idea.
Argentina sabe lo que le espera al mundo en los próximos meses, lo ha vivido en carne propia a finales del 2000, merced al impresentable Carlos Menem, par a modo de nuestro Carlos Salinas. Y de ahí que pretenda, como lo ha podido ver Lula, dar un giro en su organización, cuando menos financiera, pues pretender salvarse de la crisis sin reflexionar siquiera el modelo neoliberal, es jugar a la ruleta rusa, con seis tiros.
Los “economistas” mexicanos saben que de seguir el rumbo no habrá salida. Pero los intereses capitales son más grandes que la inteligencia y la rapiña requiere de la crisis e incluso la acelera. Su parásita ambición los obliga a repartirse la ganancia incluso antes de haberla generado.
¿Cómo enfrentar la crisis si el modelo financiero que la provoca seguirá siendo el mismo? No hay manera. El neoliberalismo como una etapa rapaz del capitalismo de mercado agota todos los recursos y de seguir con esos pasos lo único que veremos en los próximos meses es la rápida reproducción de la miseria mayoritaria, frente al enriquecimiento inmoral de unos pocos que harán de la crisis y su rescate su nuevo negocio.
El usurpador en turno tiene una única misión en la vida y es abrir las puertas de las finanzas públicas a los grandes capitalistas trasnacionales y a los empresarios chatarra que lo han impuesto al frente del desgobierno federal mexicano. Su mediocridad académica le impide actuar como estadista, incluso como un usurpador estadista, por eso lo han impuesto. Nada más útil para jugar a la democracia que manipular a un pelele inculto. La cultura genera hombres libres, decía Martí. Y Fecal, será muchas cosas, pero nunca presidente legítimo, y menos aún: un hombre libre.
Aunque el verdadero asunto es el elevado costo que tendremos que pagar los mexicanos por tener un desgobierno usurpador y a la “cabeza” del mismo al pelele amigo de las moscas con un adiestramiento educativo que no le permite ver más allá de su “estatura”, lo que nos llevará a una crisis sin precedente, que pone ya a México a la orilla del abismo…
¡Ni un voto a Los Chuchos, ni un voto al PRD en el 2009!
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