Apurenle a casarse antes de que saquen al FECAL de Los Pillos y puedan pagar su bodorrio con recursos del erario, la tradicion PANista.
MÉXICO, DF, 26 de noviembre (apro).- El matrimonio Fox-Sahagún vuelve a ventilar su vida privada en las revistas del corazón: en su edición de este mes, la revista Hola, una de las que mejor paga las primicias, da a conocer la boda religiosa de la pareja que gobernó el país el sexenio pasado.Marta había anticipado la boda religiosa en 2007, cuando el 2 de agosto de ese año presumió a los reporteros un aro de oro blanco y tres piedras destellantes que, dijo, le regaló Vicente Fox, con quien pronto contraería nupcias ante la Iglesia católica."¡Qué ansias, muchachos, qué ansias!", respondía Sahagún Jiménez a los cuestionamientos de los reporteros que en ese entonces asistieron a la firma de un memorando firmado por el Centro de Estudios Vicente Fox Quesada con la Research and Development Corporation (Rand) para la investigación de la pobreza y el desarrollo.Sin embargo, en esa ocasión sus empeños se vieron frustrados.Esta vez, según la revista, la boda religiosa es prácticamente un hecho, pues en una entrevista que le concedió el expresidente, éste señaló que él y su esposa planeaban casarse por la Iglesia en fechas próximas, de forma "tan privada como fue la civil en 2001".En el Centro Fox, el guanajuatense afirmó que "ya hay un vestido comprado en San Sebastián (España), en una casa de novias", y además "ya están resueltos todos los papeles de nulidad eclesiástica, tanto de Marta como míos. "Ahora sólo estamos esperando a ver cuándo coinciden las estrellas y los astros", dijo.La prenda, según Marta Sahagún, tiene "un significado especial", pues en la localidad donde se compró nació la madre de su esposo.La pareja señaló a Hola que aún no sabían en qué lugar sería el enlace religioso, pero Fox confesó que hace unos meses pensó en celebrarlo "en el santuario de Covadonga, en Asturias", cerca de la localidad española de Cangas de Onís, donde hace poco recibió un homenaje, "pero al final su apretada agenda les obligó a posponer un poco más la boda".Pero esta no es la única que vez que Fox y Sahagún exhiben su estrafalario estilo en las revistas del corazón. En septiembre del año pasado, en su edición 1611, Proceso dio a conocer cómo la pareja abría su rancho a la revista Quién, escaparate de los ricos y famosos. Ahí se mostraron como son, "pretenciosos, frívolos, desmemoriados, mentirosos..."En la nota, firmada por Antonio Jáquez, se consignó:"Con la conciencia tranquila", Vicente Fox y Marta Sahagún decidieron mostrar públicamente --desde la impunidad, sin pudor alguno-- los lujos de sus vastas propiedades --construidas o remodeladas en sigilo, sin manifestación explícita en la declaración patrimonial del expresidente-- en San Francisco del Rincón, Guanajuato."Con 'Su vida después de Los Pinos', alcanzaron la ilustración de la portada de la revista Quién, privilegio al que aspiran, cada dos semanas, las celebridades y los millonarios mexicanos".
Prosigue la nota:"En la entrevista que acompaña a las fotografías donde se luce la pareja que se piensa protagonista de una película de época, Fox lanza un enigmático desafío que refleja, por lo menos, mala conciencia: 'Aquellos que dicen que esta propiedad es producto de dinero robado o del dinero que me dejó la Presidencia, tendrán que comer chicharrón porque no es así'. "Vicente Fox se figuró a tiempo su paraíso posterior a Los Pinos, y lo levantó a su antojo junto al rancho familiar en San Cristóbal --que a su vez fue reconstruido, como 'por milagro', según los lugareños--, y cerca de la casa que compartió con su primera esposa, Lilián de la Concha."Y lo hizo, claro, con toda la fuerza del poder presidencial, sin reparar en gastos ni extravagancias, y hasta se dio el lujo de llevarse a su nuevo paraíso al cocinero que tenía en Los Pinos --un militar del Estado Mayor Presidencial-- para no extrañar la sazón de sus guisos preferidos."(...) En su nido pasean tomados de la mano, se acurrucan, se besan, montan a caballo, hablan como protagonistas de novela de Jorge Ibargüengoitia, posan como personajes de Lo que el viento se llevó, en versión guanajuatense por supuesto --¡Clark Gable y Vivien Leigh en el Bajío!".
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