Fotografías: cortesía El Diario de Juárez
Son cientos los presidentes municipales en México que viven bajo el dilema mortal casi por necesidad: plaza o plomo. No importa de qué partido sean o en qué estado se encuentren: todos se encuentran bajo acecho del narco y del crimen organizado. Están indefensos, tienen miedo. Viven en Chiapas, estado de México, Michoacán, Guerrero, Guanajuato, Puebla, Veracruz y Yucatán. Muchos, como los que aquí hablan con emeequis, están cansados y hablan porque quieren protegerse. Otros enmudecen de miedo. Están al borde de un ataque del narco.
El teléfono celular en Chihuahua esuna cajita de terrores que ya bienconocen los presidentes municipales.Por eso, la voz que escuchóFélix Altamirano, alcalde de Bachiniva,era una descarga eléctrica.–Me das 30 millones de pesos o te mato.Primero a ti y luego a tu familia –le dijeron harácosa de dos meses.–Pues necesito dejarte la presidencia, porquede dónde saco tanto dinero. Si gustan venirpor la presidencia, vengan y llévensela. Yo quéles voy a dar –respondió Altamirano.Por esos mismos días sonó el teléfono delpresidente municipal de San Francisco de Conchos.–¿Armando Hidalgo?–A sus órdenes.–Me das 800 mil pesos o te mato, cabrón.–Pues vénganse para dárselos –contestócon la garganta comprimida.–Ahorita vamos por ti, vamos ya llegando–le dijeron–. Colgaron.Armando subió a su esposa e hijo a la camionetay aceleró a la ciudad de Chihuahua. Regresaríaazorado dos o tres días después al pueblo quele tocó gobernar.Otra llamada. Es al edil de El Tule, ManuelMoreno Loera. Estaba en la capital estatal.–Te tenemos identificado. Tengo a tu hijasecuestrada.–…–Dame 500 mil pesos o la mato.Las del mismo tipo son anécdotas que se multiplicanen Chihuahua desde hace semanas,meses.–Está sucediendo esto, ten mucho cuidado–le dijeron a Isaías Portillo Arras, presidentemunicipal de Valle de Zaragoza–. No te asustes,es pura mentira.Con frecuencia, la voz dice: “Sabes qué,ahorita te tenemos interceptado. Te secuestramosa un hijo, nos das tanto dinero. Aquí tecitamos en tu casa. Vamos a matar a todos”.“Los presidentes nos hablamos a diario”,dice Isaías en entrevista telefónica con emeequis.El suyo es un municipio con daños colaterales.Es territorio de paso por las carreterasfederales que conectan hacia la capital del estadoy la ciudad de Hidalgo del Parral. Por esos caminoshan dejado siete cadáveres en lo que va delaño. Una enormidad para seis mil habitantes.
“Nos ha tocado la peor de las administracionesen materia de seguridad pública. Ya nose puede confiar, desgraciadamente, ni de unomismo. Salimos de casa y no sabemos si tenemosla oportunidad de regresar vivos. La gente demandapaz, pero ni nosotros mismos la tenemos.No sabemos lo que es el día de mañana.“No hay seguridad ni para los agentes deseguridad pública, porque a lo largo y ancho delas ciudades matan a los agentes. ¿Qué seguridadpuede tener uno si estamos mucho más abajoy somos de municipios mucho muy pequeños.Los municipios chicos contamos con diez o 14de policías. Nosotros tenemos 12, ¿qué vamosa hacer?”.Isaías aprieta la voz. Ya no permite que leamenacen. Le hablaron por teléfono y cuandoescuchó la tensión de la voz, el primer insulto,colgó. Ha colgado varias veces más.Los alcaldes se cansaron de las llamadas.Y apenas el pasado lunes tres de noviembrese reunieron 20 y 30 alcaldes de los enormes municipioschihuahuenses, pero apenas habitados.Estaban en la capital del estado recogiendo dinerode las participaciones estatales y federales.Uno a uno, confesaron las amenazas.“Vimos la problemática, la analizamos nosotrosmismos”, cuenta Isaías Portillo. “Ahorasí ya no vamos a hacer caso. Si nos dicen que nosvienen a matar, que nos van a secuestrar, que nosvan a llevar, pues no vamos a hacer caso.“Dijimos: no hay que temer. No tengamosmiedo, no se han llevado a nadie.
Es puro amago.Nosotros no podemos hacer nada. Si nosllegan de repente, pues ni modo, ya estamos en el camino”.
El terror, las amenazas, los amagos a los presidentesmunicipales de Chihuahua es sólo unaparte de la violencia que el narco ha desatadoen esta entidad.Nada es pequeño en Chihuahua. Ni el anhelode los cárteles de Juárez y Sinaloa por aniquilarse,descabezarse, incendiarse. Ni son cortaslas carreteras ardientes con muertos sembradosal lado.Tampoco es pequeña la cifra de ejecucionesen ese estado, el más grande en territorio de laRepública: más de mil 300 personas atravesadaspor las AK-47, las R-15, las nueve milímetros,sólo en 2008.En ninguna parte de México se mata másque en Chihuahua. La relación es de dos y medioa uno con respecto a Sinaloa, el segundo con lalista roja más larga.El miedo también es grande. Galopa. Lasautoridades dicen que los narcos han encontradoque la fórmula de la riqueza es más ampliaque únicamente que traer y llevar mariguanay cocaína.Por eso la escalada de los secuestros. Lasorganizaciones sociales del estado estiman que40 personas han sido plagiadas en Chihuahuaeste 2008.El mismo número de negocios han sido incendiados,en su mayoría giros negros, luego deque sus dueños no cumplieran con el pago exigidopor grupos de extorsionadores que, segúnalcaldes consultados, están relacionados con eltráfico de droga.En Chihuahua, la desesperación quedó porescrito en un desplegado publicado a principiosde la semana pasada.Firmaron 62 de los 67 presidentes municipales,los gobiernos que de manera más directaviven el horror de levantones, ejecuciones, extorsiones,asaltos.El texto fue dirigido al presidente FelipeCalderón . Se le reclamó reorientar el OperativoConjunto Chihuahua, a partir del cual las tareasde patrullaje e investigación han sido asumidasen parte por el Ejército y la Policía Federal.Se convocó a la unidad, se exigió no “partidizar”la situación y se le dio un voto públicode apoyo al gobernador priista José Reyes Baeza,quien venía de semanas de intenso bombardeode legisladores locales y federales panistas porla pérdida de seguridad en el estado.Al escrito se sumaron 15 rectorías y direccionesde escuelas universitarias en el estado ydel vecino Durango firmaron 21 organizacionesempresariales y ocho líderes religiosos católicosy protestantes.Lo dicho: el pavor cabalga.“Chihuahua está viviendo momentos deviolencia e intranquilidad que han superadocualquier expectativa”, escribieron.“Reconocemos que las actividades del crimenorganizado han rebasado cualquier nivel detolerancia socialmente aceptable.“Consideramos necesario se convoque nuevamenteal gabinete nacional de seguridad paraque se tomen las medidas concretas que permitandar una respuesta a esta situación extraordinariaque los chihuahuenses estamos viviendo”.Pero ese mismo día la pólvora opacó elmensaje.Ciento cuarenta y nueve disparos de altopoder debían ser garantía de que en la madrugadadel pasado domingo 16 de noviembre elcomandante de la policía ministerial José ManuelSanginés quedaría definitivamente muerto.Y así fue. Doblado sobre el volante de la DodgeDurango, el policía fue encontrado sin vida.Sanginés estaba especializado en investigaciónde secuestro, extorsión, robo y en esquemasde inteligencia contra la delincuencia. Al mismotiempo, en las rotativas de diarios locales se imprimíael desplegado firmado por alcaldes, empresariosy autoridades educativas y religiosas.Pero ese mismo día, otro hombre de 23 añosde edad fue encontrado en la Agencia Estatal deInvestigaciones. Otro murió en la colonia Puertola Paz. Una más en el poblado Guadalupe Distritocuando en el Monumento al Periodistafue abandonada una cabeza con un letrerito:“Armando Rodríguez Carreón”. Minutos despuésde esa mañana de jueves, 10 balas nueve milímetrosacababan con su historia y con su vida.Periodistas de El Diario de Juárez volvieron alas máquinas y escribieron a Felipe Calderón.“Como máximo gobernante de nuestropaís, lo instamos a que decrete ese estado deemergencia para esta frontera y actúe en consecuenciacon la potencia que esta desesperadacoyuntura exige, con la verdadera fuerza delEstado que tantas veces ha expresado a través desu discurso en estos últimos dos años, mas no seha traducido en la reacción que los mexicanos,y los juarenses en particular, hemos esperado”,se lee en la carta.Otros han optado por huir. El corresponsalde Reforma en Juárez, Luis Horacio Nájera, llevaun mes en Canadá en calidad de refugiado. YJorge Luis esperó el final de las exequias de ArmandoRodríguez, reunió familia y pertenenciasy se marchó al norte.Emilio Gutiérrez, corresponsal del periódicoEl Diario de Juárez en el municipio de Ascensión,donde apareció una hielera con cabezas, pasóla frontera sin permiso con su hijo menor deedad. En Estados Unidos se entregó a la autoridad migratoria.Hasta ahora, el reportero permanece presoen ese país y así seguirá hasta marzo de 2009,mes al que se pospuso su audiencia.Al menos otros seis periodistas de Ciudad Juárez están en estos momentos bajo amenazade muerte, de acuerdo con datos de Reporteros sin Fronteras.El jueves 20 de noviembre y en referencia ala persecución de informadores en Chihuahua,la organización internacional llamó a las autoridadesfronterizas de Estados Unidas a adoptarmedidas humanitarias y conceder asilo políticoa periodistas mexicanos de Chihuahua.
El temor se hizo un hielo que resbaló por la espaldade los vecinos de Chihuahua capital a partirdel lunes 10 de noviembre.El miedo cabalgó cuando cientos de personasfueron amenazadas de muerte por teléfonoy corrieron los mensajes de que la ciudad estabasembrada de bombas, de que salir a la calle erael paso previo para morir a quemarropa. Todopareció justificado el martes por la noche cuandoel conteo de ejecutados ese día y sólo en eselugar llegó a siete.“Tú serás el próximo”, escuchó al otro lado delteléfono celular Jorge Luis Aguirre, director delperiódico digital La Polaka. Estaba en los funeralesde Armando Rodríguez Carreón, reporterode El Diario de Juárez.El 13 de noviembre, Armando, con 40 añosde edad y 20 de carrera periodística, salió desu casa, en el Fraccionamiento Magisterial dela ciudad fronteriza. Subió a su Tsuru blancoy esperó la salida de su hija, a quien llevaría a la escuela.
El total de los últimos cinco días fue de 15muertos y siete bares y restaurantes incendiados.Las amenazas, recibidas en primera persona o a través de terceros, fueron un rumor crecienteque confluyeron con la falsa versión propagada del secuestro de la procuradora estatal, PatriciaGonzález, y de que era inminente que se decretaraun toque de queda.“Ante la serie de rumores que señalan que habrá una serie de eventos delictivos por partedel crimen organizado, se hace un llamado a la población para que no haga caso”, salió a deciren televisión Patricia González.Pero el ojo del huracán estaba encima de Chihuahua. Al día siguiente, miles de trabajadores,alumnos, empleados y comerciantes seencerraron en sus casas a la espera de recibir noticias que confirmaran que su miedo estaba justificado, que se habían cumplido las amenazas.
Gustavo Madero, coordinador parlamentariodel PAN en la Cámara de Senadores, lamentó el “peloteo” entre los gobiernos estataly federal. En tanto, el senador Ramón Galindo,también panista, alargó el debate que sostiene con el gobernador.“En un principio el problema era Juárez,luego era la ciudad de Chihuahua, ahora tenemos que aceptar que todo el estado está en manos delcrimen organizado, y no sólo del narco, sino desecuestros, robo de todo, de comercios, autos,es evidente que el gobierno del estado y los municipales,y en buena parte el federal, no tienenla capacidad para enfrentar este problema”, dijoel 13 de noviembre.A las protestas ciudadanas se han sumadolas declaraciones de más panistas. Semanasatrás, el diputado federal Emilio Flores insinuó que existen relaciones entre el crimen organizadoy el gobierno de José Reyes Baeza.“Nos queda muy claro que desde que entró el operativo federal aquí al estado de Chihuahua sedescompusieron las cosas enormemente porquepensamos que vinieron a romper con el ordenpactado (...) creo que aquí había una administración más que una persecución de los delitos,una administración del crimen”.
El gobernador José Reyes Baeza es deliciense,oriundo del municipio de Delicias. Apenas el 7de noviembre, tres hombres fueron acribilladosen el tramo carretero que lleva de Meoquia Delicias, y dos más fueron asesinados en lamisma ciudad.Para el alcalde priísta de Delicias, Jesús Heberto Villalobos, la “situación está dentrode lo normal”. La extorsión aún no es un negociogeneralizado ahí. El disparo de los índices de inseguridad ha ocurrido en robo de vehículos.“Nuestra situación es diferente al de lasgrandes ciudades. Para nosotros, el estado necesitaun marco específico de atención diferenteal resto de los estados y crear un sistemade inteligencia para tener un traje a la medidaque involucre a los tres niveles de gobierno yentendiendo que Chihuahua tiene una situaciónatípica de violencia”.
–Hay quienes dicen que la solución debeser similar a lo que se ha hecho en Colombia eItalia, donde no sólo se detuvieron capos , sinotambién gobernadores y alcaldes involucrados,¿qué opina?
–No veo el mínimo indicio de compañerosinvolucrados. Estoy en la certeza que se tienenque revisar todos los niveles de gobierno. Estamospreocupados por nuestras familias.
–¿Puede explicar el incremento de la violenciapor la corrupción de autoridades?
–No tendría elementos para suponerlo así.
–¿A qué se refieren con la politización dela situación?–A la situación en la ciudad de Chihuahuade semanas atrás. Se dijo de una serie de hechosque se iban a presentar ahí y se alteró el orden dela propia ciudadanía, que no tiene muchas vecesla información que debe tener. Esa informaciónse manejó tendenciosamente presumiblementepor un grupo político.
–¿Qué personas y qué partido?
–No pongo nombre de personas ni de partidos.Sonaría a una acusación. Es la percepciónpor la serie de volantes que se repartieron, porlos mensajes electrónicos y telefónicos que seenviaron. Debemos ver exclusivamente por lasociedad sin distingos de colores ni disimulos.
La reacción fue todo un abanico de sensaciones.Sanguinario. Temible, desmedido, repugnante,cruel. Inaudito.Los cientos de automovilistas que transitabanla mañana del 6 de noviembre cerca del Puente Rotario, mejor conocido como ‘Puente alrevés’, uno de los puntos de más afluencia vial enCiudad Juárez, debieron debatirse entre la tristezade vivir en un lugar cuya violencia engulle asus habitantes, la tristeza por la inseguridad, yla falta de explicaciones que piden, sobre todo,los pequeños de esta fronteriza ciudad.pequeños de esta fronteriza ciudad.La angustia llega a los límites.¿Qué tan brutal debe ser observar a un hombrecolgado de un puente?Pues aquí lo que les sobra a los sicarios esimaginación, porque esta vez la imagen es todavíamás contundente: desde las seis de la mañanaapareció un hombre decapitado colgado delpuente; la cabeza fue abandonada, irónicamente,en el Monumento al Periodista.Las imágenes provocaron consternación.El cuerpo tenía las manos esposadas, vestíapantalón de mezclilla negra, una playera colorroja y tenis blancos. Junto a él, una narcomantacon mensaje para una banda dedicada al tráficode drogas.Y por otro, una bolsa negra que conteníala cabeza, en el Monumento al Periodista, ubicadaen el cruce de la avenida Insurgentes yConstitución, justo a los pies del monumentoal papelerito. Ahí, además, dos cartulinas conmensajes de amenaza.Fue el padre de la víctima quien identificóel cuerpo: tenía 23 años. Sergio Arturo Rentería Robles había sido levantado hace dos días.Al puente llegaron sus familiares, originariosde Sinaloa, pero radicados en Chihuahua.Poco pudo decir su padre. Entre las frasesentrecortadas que se le escucharon, están el quevengaría el crimen de su hijo.El asesinato del puente fue bestial, aterrador;inhumano si es posible decirlo así. Comosuelen ser, de un tiempo a acá, los crímenes enesta ciudad....
Hay algo inusitado que ha vuelto más honestos alos policías municipales de Ciudad Juárez ante elnarcotráfico. Lo explica el presidente municipalde esa frontera, José Reyes Ferriz:“Hoy menos que antes existe la posibilidadde que un policía sea comprado. Antes existía unsólo grupo de delincuentes y era más sencillo,porque era una cosa de dinero. Hoy es bastantementemás complicado. Los grupos han matadopolicías de los que se sospecha, o que ellosmismos sospechan, que están involucrados conel grupo rival de delincuentes.“Eso ha generado que los policías sean máslimpios. Aunque les ofrezcan dinero no entran,porque saben que si están con uno, están contrael otro. Eso les genera un peligro de perderla vida. El dinero que les puedan ofrecer no essuficiente”.Reyes también es uno de los alcaldes quefirmaron el desplegado de la semana pasada enque se le demandó al gobierno federal replantearel Operativo Conjunto Chihuahua. Estamovilización inició el último día de marzo deeste año. Entonces, se fijaron como objetivos ladesarticulación de las redes operativas y financierasde la delincuencia organizada. El ejércitointervino con 2 mil elementos más otros 500 dela Secretaría de Seguridad Pública Federal.Al principio, la medida fue exitosa, perocuando el tráfico de drogas fue golpeado por lasdetenciones e incautaciones, los narcos desplazaronel giro del negocio: ahora se dedicarían a laextorsión, secuestro, robo de bancos, negociosy vehículos, explica el alcalde Reyes.Y también a esto se dedicaron las mafias deJuárez y Sinaloa.La consecuencia fue que las bandas ya nosólo se mataron entre sí, sino que vieron en lapoblación general un enorme botín.“Pedimos que se establezca un grupo de inteligenciafederal en Chihuahua para identificara personas que están realizando estas actividades”,dice. Y pone un ejemplo. Una investigaciónreciente de la Procuraduría Estatal llevó a laidentificación de un grupo que chantajeaba adueños de concesionarias automotrices. Trassu detención, cesaron las amenazas a ese sectorempresarial.Pero la extorsión proliferó. Actualmente, losmaestros de las escuelas de Juárez están amenazadosde muerte si no entregan sus aguinaldos.Según datos del ayuntamiento, existen al menosdos o tres bandas bien organizadas dedicadas aeste delito.Reyes Ferriz tiene conocimiento de queexisten cinco escuelas bajo amenaza de las 950y 16 negocios incendiados durante el año, 14 sóloen mayo. Casi todos son centros nocturnos que,según Reyes, “tienen relación con actividades”ilegales a los que se carga un “impuesto” mensualde 4 mil pesos a 20 mil pesos.Hasta donde la autoridad municipal tieneconocimiento, la industria de la prostituciónjuarense también está penetrada por el narco.
–¿Y lo está la policía municipal?
–La policía municipal tenía una fuerteinfiltración de la delincuencia organizada.Hicimos un proceso de depuración. De los mil500 elementos que revisamos en el examen deconfianza, 334 salieron como no aceptables yfueron dados de baja.
–¿Confía al 100 por ciento en su policía,alcalde?–No es algo que la lógica me permita. Tengoconfianza en mi policía mucho más de la que teníaantes de la depuración, pero es algo en lo que nose puede confiar al 100 por ciento.Los datos de Reyes desafían el conteo de losdiarios nacionales, que ya registra más de mil 300ejecuciones en el estado durante 2008. Según elpresidente municipal de Ciudad Juárez, esa es lacifra de asesinatos sólo en su ciudad.
–¿Cree que hay otra ciudad en el país endonde esté ocurriendo esta cantidad de ejecuciones?
–No. Obviamente, Culiacán ha tenido unacantidad similar; Tijuana, siempre por sus características,tiene una cantidad muy alta. Perono creo que a nivel nacional haya habido un lugardonde se haya concentrado tanto la lucha comoaquí en Ciudad Juárez.El alcalde Reyes recuerda que Juárez es desdehace muchos años un lugar de contrabando. Aúnexisten algunas destilerías de whisky instaladasdurante la prohibición de los años 20 en EstadosUnidos.“Pero ha tenido que ver más con la delincuenciaorganizada que no toca a la sociedad ensí. La mayor parte de estos mil 300 homicidiosno ha tocado a civiles inocentes; ha tocado amuchos policías, muchos de ellos inocentes, hatocado a los que están involucrados con estosgrupos delictivos. El problema que hoy tenemos,lo que sí genera temor, es que las actividades quenormalmente se limitan a estos grupos delictivosestán tocando a la sociedad civil: amenazas,extorsiones, secuestros”.
Hay algo inusitado que ha vuelto más honestos alos policías municipales de Ciudad Juárez ante elnarcotráfico. Lo explica el presidente municipalde esa frontera, José Reyes Ferriz:“Hoy menos que antes existe la posibilidadde que un policía sea comprado. Antes existía unsólo grupo de delincuentes y era más sencillo,porque era una cosa de dinero. Hoy es bastantementemás complicado. Los grupos han matadopolicías de los que se sospecha, o que ellosmismos sospechan, que están involucrados conel grupo rival de delincuentes.“Eso ha generado que los policías sean máslimpios. Aunque les ofrezcan dinero no entran,porque saben que si están con uno, están contrael otro. Eso les genera un peligro de perderla vida. El dinero que les puedan ofrecer no essuficiente”.Reyes también es uno de los alcaldes quefirmaron el desplegado de la semana pasada enque se le demandó al gobierno federal replantearel Operativo Conjunto Chihuahua. Estamovilización inició el último día de marzo deeste año. Entonces, se fijaron como objetivos ladesarticulación de las redes operativas y financierasde la delincuencia organizada. El ejércitointervino con 2 mil elementos más otros 500 dela Secretaría de Seguridad Pública Federal.Al principio, la medida fue exitosa, perocuando el tráfico de drogas fue golpeado por lasdetenciones e incautaciones, los narcos desplazaronel giro del negocio: ahora se dedicarían a laextorsión, secuestro, robo de bancos, negociosy vehículos, explica el alcalde Reyes.Y también a esto se dedicaron las mafias deJuárez y Sinaloa.La consecuencia fue que las bandas ya nosólo se mataron entre sí, sino que vieron en lapoblación general un enorme botín.“Pedimos que se establezca un grupo de inteligenciafederal en Chihuahua para identificara personas que están realizando estas actividades”,dice. Y pone un ejemplo. Una investigaciónreciente de la Procuraduría Estatal llevó a laidentificación de un grupo que chantajeaba adueños de concesionarias automotrices. Trassu detención, cesaron las amenazas a ese sectorempresarial.Pero la extorsión proliferó. Actualmente, losmaestros de las escuelas de Juárez están amenazadosde muerte si no entregan sus aguinaldos.Según datos del ayuntamiento, existen al menosdos o tres bandas bien organizadas dedicadas aeste delito.Reyes Ferriz tiene conocimiento de queexisten cinco escuelas bajo amenaza de las 950y 16 negocios incendiados durante el año, 14 sóloen mayo. Casi todos son centros nocturnos que,según Reyes, “tienen relación con actividades”ilegales a los que se carga un “impuesto” mensualde 4 mil pesos a 20 mil pesos.Hasta donde la autoridad municipal tieneconocimiento, la industria de la prostituciónjuarense también está penetrada por el narco.
–¿Y lo está la policía municipal?
–La policía municipal tenía una fuerteinfiltración de la delincuencia organizada.Hicimos un proceso de depuración. De los mil500 elementos que revisamos en el examen deconfianza, 334 salieron como no aceptables yfueron dados de baja.
–¿Confía al 100 por ciento en su policía,alcalde?
–No es algo que la lógica me permita. Tengoconfianza en mi policía mucho más de la que teníaantes de la depuración, pero es algo en lo que nose puede confiar al 100 por ciento.Los datos de Reyes desafían el conteo de losdiarios nacionales, que ya registra más de mil 300ejecuciones en el estado durante 2008. Según elpresidente municipal de Ciudad Juárez, esa es lacifra de asesinatos sólo en su ciudad.
–¿Cree que hay otra ciudad en el país endonde esté ocurriendo esta cantidad de ejecuciones?
–No. Obviamente, Culiacán ha tenido unacantidad similar; Tijuana, siempre por sus características,tiene una cantidad muy alta. Perono creo que a nivel nacional haya habido un lugardonde se haya concentrado tanto la lucha comoaquí en Ciudad Juárez.El alcalde Reyes recuerda que Juárez es desdehace muchos años un lugar de contrabando. Aúnexisten algunas destilerías de whisky instaladasdurante la prohibición de los años 20 en EstadosUnidos.“Pero ha tenido que ver más con la delincuenciaorganizada que no toca a la sociedad ensí. La mayor parte de estos mil 300 homicidiosno ha tocado a civiles inocentes; ha tocado amuchos policías, muchos de ellos inocentes, hatocado a los que están involucrados con estosgrupos delictivos. El problema que hoy tenemos,lo que sí genera temor, es que las actividades quenormalmente se limitan a estos grupos delictivosestán tocando a la sociedad civil: amenazas,extorsiones, secuestros”.
Nadie abrió la hielera envuelta en plástico dejadaa las puertas de la diminuta comandanciamunicipal de Ascensión el mismo día en quellegó: 14 de octubre. Ninguno de los policías deese pueblo de ocho mil habitantes comprimidoentre Ciudad Juárez, México, y Columbus, EstadosUnidos, se inquietó por el rotulito que,a un lado de la caja, decía: “Vacuna. Materialdelicado. Manéjese con cuidado”.Llegó en un camión de Ómnibus de Méxicosin documentación, ni remitente. Seis días después,alguien notó que la caja sobraba. Siguiólas líneas escritas e intentó cargar el empaque,pero le pareció demasiado pesado. Pidió ayuday subieron la hielera a una patrulla. Manejaronalgunas cuadras al hospital local con la idea deque alguien había equivocado el destinatario.En la clínica nadie esperaba vacunas, asíque el jefe de la policía local, Alejandro UlisesVizcarra, abrió la tapa de la hielera. Miró y seencontró con la mirada seca de un hombre.
cerró con ese miedo de haber visto un muerto.No era uno, sino que eran cuatro personas ajenasa “La Chona”, como se le dice al municipio deAscensión.Tres de las cuatro cabezas fueron reconocidaspor sus familiares, provenientes delmunicipio de Nuevo Casas Grandes. Del cuartonadie sabe nada, sólo que, como los demás, loscuerpos siguen desaparecidos.Tal vez sólo sea una coincidencia, pero“vacuna” es una palabra de uso común en el narcotráfico, la guerrilla y los paramilitarescolombianos para advertir un camino que se debeseguir para continuar con vida, con la cabezasobre los hombros.Este era el escritoriodel periodista ArmandoRodríguez Carreón,en El Diario de Juárez.Isidro Reimer, de 40 años, fue levantado mientrastrabajaba sus tierras. A las pocas horas, sufamilia recibió la primera llamada telefónica: 5millones de pesos por su vida.Después de cuatro días de negociaciones, elhombre fue liberado en el poblado de Casa Colorada,luego de que los secuestradores aceptaranliberarlo por un millón de pesos.La situación se repitió en junio con otro miembro de la comunidad menonita. Y hacedos semanas, se intentó el plagio de otro. Rubio yenorme, golpeó a uno de los captores y huyó. Pero los menonitas no estaban dispuestos a más.El miércoles 12 de noviembre, hicieron algoinsólito. No abrieron sus negocios, lo que nohacían desde su llegada a México, hace 86 años,y protestaron.“Cerrado, este negocio cierra sus puertascomo protesta por la inseguridad que se vive enla comunidad y el municipio. Pedimos disculpasy los invitamos a manifestarse en contra deesta grave situación”, escribieron en una de lasmantas colgadas a las afueras de uno de las 400pequeñas empresas que ese día pararon.“Como miembros responsables de este pedazode patria del que nos sentimos orgullososy por el que entregamos diariamente nuestrasvidas a través del trabajo honesto, alzamos nuestravoz de manera unánime para exigir a los tresniveles de gobierno cumplir y hacer cumplir laencomienda que por mandato popular recibieron:procurar el máximo bienestar de sus gobernados,brindándoles protección y seguridad”, reclamóel líder menonita Francisco Enns.El alcalde de Cuauhtémoc, Germán Hernández,explica cuál es el problema con los prósperosmenonitas:“Son demasiado metódicos para su vidafamiliar, para acudir a sus comercios, al campo.Lo hacen con tanto método, que se vuelvenvulnerables. Los secuestradores ya saben cómose comportan. La procuraduría estatal les hadado pláticas para pedirles que modifiquen susprácticas y no ponerse en el tentadero”.La mayoría de los miembros de la comunidad,por ejemplo, dedica los miércoles parahacer sus actividades mercantiles, bancarias ypara tramitar sus asuntos con el gobierno.Para Hernández, es necesario evaluar eloperativo conjunto, aun cuando su ciudad, auna hora de distancia de la capital, no sufre lasconsecuencias del tráfico de drogas como otrosmunicipios medianos, por ejemplo Hidalgo deParral, Nuevo Casas Grandes y Delicias.“Al señor gobernador lo han estado golpeandomucho. Han partidizado la situación. Loagarraron los diputados del PAN por su cuenta,cuando ningún municipio está exento de estasituación. Chihuahua es uno de los más problemáticosy ahí gobierna el PAN”.
Mauro Pablo Vázquez, presidente municipal deAllende, al sur del estado, dice estar en una condiciónexcepcional. La violencia extrema no seha asentado allá. Y la naturaleza dio a ese pedazode Chihuahua la suficiente estepa como paraque no fuera atractivo sembrarla de mariguana.No es así en Guadalupe y Calvo, Guachochi,Uruachi o Batopilas, donde los sembradíos sonabundantes.Allende es un sitio sin ejecuciones. Se lepregunta si ha sido amenazado y ríe con satisfacción:“Nunca”. Pero mira con desconfianzaalrededor.
–¿Por qué firmó el desplegado?
–La situación no es del gobierno estatal; elestado no cuenta con los recursos para aplacar ladelincuencia, menos el municipio. No contamoscon un armamento sofisticado que esté a la alturade las grandes bandas. Pedimos al gobierno federalque asuma su responsabilidad y ponga orden.Si nos deja solos, no se podrá hacer mucho. El gobernador no puede con esta situación.
–¿Cómo se ha desentendido el gobierno federal?
–Quien hace los levantamientos e investigacioneses la procuraduría estatal. La PGR nuncaaparece. En Chihuahua tiene 60 efectivos en todoel estado. ¿Qué va a hacer en un territorio como el que tenemos? Absolutamente nada. El gobiernofederal debe reestructurar el operativo, ponermás recursos y elementos especializados en inteligencia para sofocar este movimiento.
–¿Y a qué atribuye que no haya sido así, queno se trabaje de manera tan estrecha con el gobiernoestatal?
–¿No será que el gobierno federal nos dejael paquete a nosotros solos por el color político?
–pregunta a su vez el alcalde priísta. Y anota quetambién los gobiernos panistas de Hidalgo Parraly Jiménez también firmaron el desplegado.
–Firmamos porque la situación se está saliendode cauce, ya están cayendo ciudadanos,ya no son sólo las bandas.¶
Hace algunos años, la comunidad menonita deCuauhtémoc se escindió para siempre. Quienes no aceptaban la idea de la modernidad se fueron aotros estados y otros países. Los que se quedaron,unos 40 mil, instalaron en sus casas el servicio de energía eléctrica, colgaron los overoles, emprendieronel camino a las escuelas y hablaronespañol con el resto de Chihuahua, como nuncalo hicieran sus ancestros europeos.Pero no sólo llegaron las máquinas a susempresas, nuevas técnicas a sus campos, laspick up y los teléfonos celulares. También laviolencia les dio bienvenida.
A continuación, legisladores salieron a lascalles de la capital para repartir volantes. “¡YABASTA!”, decían las papeletas.Los alcaldes priístas, mayoría de los firmantesdel desplegado del martes –el presidentemunicipal de Chihuahua capital no apoyó elescrito–, están molestos con el manejo de lacrisis. Algunos apuntan a los medios, responsablesen su opinión por publicar informacióncierta, pero que convierte la enfermedad en unmal más contagioso que la viruela.Para otros, el sendero de ataúdes en que seha convertido Chihuahua es la veta de la que seaprovecha la bancada panista en el Congreso local,pero también es un tema llevado a la agenda de losdiputados federales de ese estado y del Senado.
EMEEQUIS 24 de noviembre de 2008
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