Milenio diario
Por: Pablo Gómez
La alianza entre Convergencia y el PT es del todo natural tanto comoesperada. El gran problema del PRD no consiste en su incapacidad parahacer alianzas electorales sino en él mismo. ¿Cuántosahuyentados votantes perredistas podrían brindar su voto al PT oConvergencia, y cuántos –muchos más– no asistirían alas urnas ante la ausencia de una opción plenamente votable?
La crisis del PRD no se ha producido en el FAP sino en la reticencia delpartido a ser una opción política nacional, enfrascado en unariña sin perspectiva de país. La actual dirección perredista–producto de la inclusión de grupos y la exclusión delíderes políticos-- considera que su papel es estar en losacuerdos con el PAN y el PRI, pero una oposición de verdad sueletener una propuesta propia y, por tanto, no debe admitir que los otrosgobiernen mejor con su propio auxilio. Ayudar a Calderón a mejorarsus lazos con el PRI o sustituir a éste no parecen ser estrategiasque convoquen, ya que la gente que puede votar por la izquierda busca unverdadero cambio pero no auspiciar el funcionamiento de un sistemapolítico corrompido, antidemocrático y anacrónico dentro delcual no hay respuestas a los grandes retos nacionales.
El problema del PRD es que se está convirtiendo en un fin en símismo a costa del abandono de sus bases no clientelares, aquellasintegradas por personas que buscan transformaciones profundas. Losprincipales grupos que se enredan en la conducción del PRD juegan elmismo papel en la búsqueda de posiciones –todo se lo reparten--pero carecen por igual de una propuesta. Tales agrupamientos carecentambién de autoridad política, es decir, aquella que se basa en elprograma, en la ética, en el carácter opositor de un partido hechopara los grandes cambios antes que para cualquier otra cosa. Estedefecto se nota más cuando ha llegado una crisis que reducirá elingreso de la mayoría de las familias y elevará el desempleo. Elsistema partidocrático que buscan PAN y PRI es aceptado por esadirección perredista que hace de las negociaciones el lugarprivilegiado y casi único de su actividad. Son notorias la falta depropaganda perredista y la ausencia de movilizaciones populares conreivindicaciones precisas. El PRD se encuentra en peligro de dejar deser opción política para convertirse en parte de un sistema denegociaciones oscuras y circunstanciales.
Quien se encarga de hacer propuestas y convocar a la gente es AndrésManuel, pero lo hace al margen del PRD como tal y con unos aliadostácticos que tampoco poseen una plataforma propia sino que buscanante todo el apoyo de las bases lopezobradoristas para aumentar supresencia en la Cámara, lo cual no cambiaría en nada lasituación del país.
La incapacidad de Andrés Manuel para tomar la dirección del PRD,sus extraviadas alianzas internas insostenibles y sus insanas relaciones externas han aumentado el peligro, más aún cuando AMLO confunde el tener una propuesta propia con el rechazo a cualquier posible acuerdo puntual con partidos adversarios. Mas el error principal de Andrés Manuel es considerar traidor a todo aquel que discrepa de su política, lo cual a corta su influencia y proyecta una imagen de intransigencia e intolerancia que no le ayuda en nada a volver a ser una opción viable. Todo puede cambiar pero el tiempo apremia.
pgomez@milenio.com
INFÓRMATE! NOS HACE DAÑO NO SABER...
Por: Pablo Gómez
La alianza entre Convergencia y el PT es del todo natural tanto comoesperada. El gran problema del PRD no consiste en su incapacidad parahacer alianzas electorales sino en él mismo. ¿Cuántosahuyentados votantes perredistas podrían brindar su voto al PT oConvergencia, y cuántos –muchos más– no asistirían alas urnas ante la ausencia de una opción plenamente votable?
La crisis del PRD no se ha producido en el FAP sino en la reticencia delpartido a ser una opción política nacional, enfrascado en unariña sin perspectiva de país. La actual dirección perredista–producto de la inclusión de grupos y la exclusión delíderes políticos-- considera que su papel es estar en losacuerdos con el PAN y el PRI, pero una oposición de verdad sueletener una propuesta propia y, por tanto, no debe admitir que los otrosgobiernen mejor con su propio auxilio. Ayudar a Calderón a mejorarsus lazos con el PRI o sustituir a éste no parecen ser estrategiasque convoquen, ya que la gente que puede votar por la izquierda busca unverdadero cambio pero no auspiciar el funcionamiento de un sistemapolítico corrompido, antidemocrático y anacrónico dentro delcual no hay respuestas a los grandes retos nacionales.
El problema del PRD es que se está convirtiendo en un fin en símismo a costa del abandono de sus bases no clientelares, aquellasintegradas por personas que buscan transformaciones profundas. Losprincipales grupos que se enredan en la conducción del PRD juegan elmismo papel en la búsqueda de posiciones –todo se lo reparten--pero carecen por igual de una propuesta. Tales agrupamientos carecentambién de autoridad política, es decir, aquella que se basa en elprograma, en la ética, en el carácter opositor de un partido hechopara los grandes cambios antes que para cualquier otra cosa. Estedefecto se nota más cuando ha llegado una crisis que reducirá elingreso de la mayoría de las familias y elevará el desempleo. Elsistema partidocrático que buscan PAN y PRI es aceptado por esadirección perredista que hace de las negociaciones el lugarprivilegiado y casi único de su actividad. Son notorias la falta depropaganda perredista y la ausencia de movilizaciones populares conreivindicaciones precisas. El PRD se encuentra en peligro de dejar deser opción política para convertirse en parte de un sistema denegociaciones oscuras y circunstanciales.
Quien se encarga de hacer propuestas y convocar a la gente es AndrésManuel, pero lo hace al margen del PRD como tal y con unos aliadostácticos que tampoco poseen una plataforma propia sino que buscanante todo el apoyo de las bases lopezobradoristas para aumentar supresencia en la Cámara, lo cual no cambiaría en nada lasituación del país.
La incapacidad de Andrés Manuel para tomar la dirección del PRD,sus extraviadas alianzas internas insostenibles y sus insanas relaciones externas han aumentado el peligro, más aún cuando AMLO confunde el tener una propuesta propia con el rechazo a cualquier posible acuerdo puntual con partidos adversarios. Mas el error principal de Andrés Manuel es considerar traidor a todo aquel que discrepa de su política, lo cual a corta su influencia y proyecta una imagen de intransigencia e intolerancia que no le ayuda en nada a volver a ser una opción viable. Todo puede cambiar pero el tiempo apremia.
pgomez@milenio.com
Y porque este "chucho" Gomez no menciona nada del fraude electoral en el partido, del "chuchinero" y del dictamen del TEPJF "inconstitucional; causales fundamentales del descrabajamiento del partido. Porque culpar a AMLO de eso, si los culpables son la mafia "chuchista"......ellos solitos se echaron la soga al cuello, ahora que sufran las consecuencias de su actuar deshonesto, clientelar, corrupto y vendepatrias.
INFÓRMATE! NOS HACE DAÑO NO SABER...
No hay comentarios.:
Publicar un comentario