De Praxedis:
El perro es un animal inteligente, valiente, leal, confiable, frugal, ágil, incansable, agradecido, sencillo, humilde; lo único que le falta es la razón, la inteligencia y el alma que el ser humano tiene. Desgraciadamente el ser humano carece de todas las demás virtudes que el perro tiene desde su nacimiento por el instinto que Dios le dio. Algunos seres humanos llamados santos adquieren durante la vida a través de la meditación, del esfuerzo y de la ayuda de Dios las virtudes que el perro tiene sin ningún esfuerzo.
Por eso digo; ¿En que estaría pensando Dios cuando creó al perro?
¿No nos estará dando un coscorrón con guante blanco? ¿Qué nos quiere decir?
Las cualidades que tiene el perro son precisamente las cualidades que el ser humano necesita. ¿Qué no daría un director de escuela por tener maestros con esas cualidades?
¿Qué no daría un presidente municipal por tener funcionarios así? ¿Qué daría un gobernador por encontrarse con secretarios con las cualidades de un simple perro?
¿Y el presidente de la república, que daría por encontrarse uno solo, no muchos, con esas cualidades?
Nacemos egoístas los seres humanos; lo primero que aprendemos después de decir mamá o papá es; "este juguete es mío". Lo malo es que mucha gente se queda con ese sentimiento toda la vida y se la pasa acumulando cosas solamente mías, mías, mías. Jamás se le ocurre imitar al perro por lo menos en algunas de sus cualidades, no todas, eso sería pedir muchísimo.
Dios creo la tierra para todos sus hijos, pero algunos la acaparan solamente para ellos y dejan a millones sin la posibilidad de tener un metro cuadrado de tierra, por lo menos. También creó Dios alimentos para todos, pero unos cuantos se dedican a acapararlos, aunque a veces se les echen a perder, pero el asunto es acaparar, acaparar, acaparar.
En lo que si se parecen los seres humanos a los perros es en la inconciencia sobre la muerte. Los perros no piensan en la muerte porque así lo dispuso Dios, pero el hombre tiene la facultad y la recomendación de Dios de pensar en ella. El pensamiento sobre la muerte es un gran antídoto contra la estupidez humana. Si todos pensáramos en la muerte en la mañana y en la noche antes de acostarnos creo que el ser humano empezaría a dejar su estupidez y asemejarse a los perros en sus mejores cualidades. Eso hacen muchas personas que llegan a ser santos; por eso nos dijo Jesús; "Sean perfectos como vuestro padre celestial es perfecto". Dijo "Sean" en imperativo, como una orden. No dijo si quieren ser o si les parece bien ser perfectos. Buscar la perfección o sea, buscar y adquirir las cualidades de un perro son esenciales para la felicidad del ser humano aquí en la tierra y después allá en el cielo.
¿Qué los ricos ladrones no se cansan de hacer el ridículo todos los días muriéndose y dejando sus riquezas a sus peores enemigos, yernos, nueras, fisco, etc. etc.? ¿Por qué dejan que otros decidan sobre su patrimonio en vez de decidir y heredar inteligentemente a quienes les dieron la posibilidad de enriquecerse? ¿Quiénes son ellos? Pues sus trabajadores, ¿quién más?
Creo que sería muy sano para todos nosotros tener un perro para que nos esté recordando todos los días con su ejemplo lo que debemos hacer-y es urgente-con nuestra vida inmediatamente antes de hacer el ridículo final.
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