miércoles, marzo 11, 2009

Florence Cassez, la Gordillo, el América y Kawaghi


Ça me vexe! –que es algo así como que esas cosas me ponen cual basilisco diabólico en el idioma de los enfants de la patrie– debió de haber gritado la maestra Gordillo al ver, así nada más sin anestesia, el desplegado que a nombre del SNTE se le da la bienvenida a monsieur Sarkozy justo cuando tan insigne representante de las fatigadas revoluciones ultraconservadoras ya había partido de la mano de su Carla Bruni, que nada más vino a alborotar al gallinero y a poner en evidencia a nuestras chicas superpoderosas que, malheuresment, se mostraron en todo su provincianismo rabón. Mala onda que tan bonito mensaje del magisterio oficial que no era nada cursi, jamás sea leído por el destinatario, que para cuando fue publicado en la prensa nacional, ya ESTABA persiguiendo inmigrantes africanos por el Ecatepec de París.
Ça me vexe! –que en la lengua de Robespierre se refiere a una suerte de encabronamiento sólo comparable con el de Gabrielita Cuevas cada vez que el carnal Marchelo le clausura sus faraónicas obras– vuelve a gritar doña Elba Esther al ver las imágenes de Jorge Kahwagi, su entenado favorito, en una revista posando como si fuera la leona dormida. Imágenes perturbadoras
Ça me vexe! –frase francófila que condensa toda la sabiduría de la Rata de dos patas de Panquita La del barrio– que es algo que mesié le Sarko estuvo a punto de espetarles a Jelipillo y gabinetillo que lo acompañaba, al referirse al triste caso de Florence Cassez, la secuestradora trés jolie, al exigir sea repatriada a Francia para que en su celda pueda engullir paté de fois gras y croisants rociados con vino de la comarca. ¿De veras vamos a perder la amistad por esto? Si a los galos en efecto les da por la liberté, la egalité y la fraternité que, a cambio de esta pequeña malandrina que quiso ser la Catalina Creel del plagio nada expres (pero con glamour cuando, según cuentan sus víctimas, les decía, “si no copegan les voy a cogtag l’ oreille, s’il vous plait”), nos manden una dotación de Peugeots y Renaults para los deudos de los caídos en la lucha contra el crimen organizado.
Pero como lo cortés no quita lo catémoc, hay que agradecerle a mademoiselle Florence que gracias a ella se revivió la bonita tradición de la justicia mexicana impuesta por el inolvidable Chapa Bezanilla con el affaire de la Paca y la osamenta de Muñón Rocha: el montaje mediático (¿mesiánico?).
Que se lleven a la Cassez pero que nos manden a Alizé.
Y no es que Ça me vexe; antes al contrario, yo como la Bruni: “Quelqu’un m’a dit”.jairo.calixto@milenio.com

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