Yuriria Iturriaga
¿Dónde y cuánto costó? Fueron preguntas que planearon sobre la opinión pública francesa desde que se supo públicamente del viaje del presidente francés a México. Viaje que el Eliseo mantuvo en sigilo hasta que la esposa del presidente, Carla Bruni, soltó esta noche me voy a México”, al final de una comida de caridad. Pero aunque el portavoz del Eliseo aseguró que el viaje se había mantenido en secreto “por razones de seguridad”, ya se había desatado la polémica alrededor de las preguntas: ¿quién pagó el viaje privado de dos días “en un lujoso complejo al borde del Pacífico”.
La mayor inquietud expresada en los medios fue ¿cuánto costó, quién lo pagó? y “¿serán los contribuyentes franceses quienes paguen las vacaciones de Sarko y Carla?”, difundida con fotos de la piscina y la recámara presidencial de Tamarindo Beach. Algunos medios se escandalizaron porque le viaje de la pareja residencial se daba en un contexto de “explosión de desempleo en Francia” hasta que la respuesta sobre el costo llegó desde Londres, vía el Daily Telegraph de Gran Bretaña: “49 000 euros, incluidos los gastos del equipo de protección que acompañó a Nicolás Sarkozy” y, entonces, todo el problema se centró en ¿quién lo pagó?
El portavoz del Eliseo dijo que “era una invitación del presidente mexicano”, versión nunca confirmada por Los Pinos e incluso recientemente desmentida en una entrevista que hizo la estación de radio francesa RTL, a un alto diplomático mexicano quien declaró que “desde luego el Estado mexicano no pagaría por una estancia fuera de una de sus propias residencias”. Así quedó la duda entre los franceses sobre si habrían sido ellos quienes “cargaron con el weekend amoroso” de su presidente, duda reforzada tras el escándalo de una cafetera que costó 25 mil euros al contribuyente.
Mientras quienes creyeron la versión de la invitación oficial se preguntaron “¿en qué estado quedarán los contribuyentes mexicanos cuando se enteren de que pagaron las vacaciones del riquísimo Sarkozy (que se acaba de duplicar el salario)?” y concluyeron: “un presidente de Francia que se deja invitar sus vacaciones por los contribuyentes mexicanos ¿no carece de dignidad?”.
Finalmente, cundió el rumor de que la estancia no oficial del presidente Sarkozy y su esposa Carla Bruni, fue financiada por un “millonario acusado de ser naco-banquero”, como escribe el diario Rue89, que cita al periodista Al Giordano, del Boston Phoenix, que en 1999 cita a su vez el periódico mexicano Por Esto.
Rue89 escribe así que el millonario anfitrión sería Roberto Hernández Ramírez, “una de las mayores fortunas de México…. Antiguo PDG de Banamex, miembro del consejo de administración de Citigroup (una de las más grandes instituciones financieras del planeta), quien sufre de una reputación al menos sulfurosa: en los años 1990 fue sospechoso de hacer transitar a través de sus propiedades cocaína sudamericana participando en el blanqueo de dinero”.
La mayor inquietud expresada en los medios fue ¿cuánto costó, quién lo pagó? y “¿serán los contribuyentes franceses quienes paguen las vacaciones de Sarko y Carla?”, difundida con fotos de la piscina y la recámara presidencial de Tamarindo Beach. Algunos medios se escandalizaron porque le viaje de la pareja residencial se daba en un contexto de “explosión de desempleo en Francia” hasta que la respuesta sobre el costo llegó desde Londres, vía el Daily Telegraph de Gran Bretaña: “49 000 euros, incluidos los gastos del equipo de protección que acompañó a Nicolás Sarkozy” y, entonces, todo el problema se centró en ¿quién lo pagó?
El portavoz del Eliseo dijo que “era una invitación del presidente mexicano”, versión nunca confirmada por Los Pinos e incluso recientemente desmentida en una entrevista que hizo la estación de radio francesa RTL, a un alto diplomático mexicano quien declaró que “desde luego el Estado mexicano no pagaría por una estancia fuera de una de sus propias residencias”. Así quedó la duda entre los franceses sobre si habrían sido ellos quienes “cargaron con el weekend amoroso” de su presidente, duda reforzada tras el escándalo de una cafetera que costó 25 mil euros al contribuyente.
Mientras quienes creyeron la versión de la invitación oficial se preguntaron “¿en qué estado quedarán los contribuyentes mexicanos cuando se enteren de que pagaron las vacaciones del riquísimo Sarkozy (que se acaba de duplicar el salario)?” y concluyeron: “un presidente de Francia que se deja invitar sus vacaciones por los contribuyentes mexicanos ¿no carece de dignidad?”.
Finalmente, cundió el rumor de que la estancia no oficial del presidente Sarkozy y su esposa Carla Bruni, fue financiada por un “millonario acusado de ser naco-banquero”, como escribe el diario Rue89, que cita al periodista Al Giordano, del Boston Phoenix, que en 1999 cita a su vez el periódico mexicano Por Esto.
Rue89 escribe así que el millonario anfitrión sería Roberto Hernández Ramírez, “una de las mayores fortunas de México…. Antiguo PDG de Banamex, miembro del consejo de administración de Citigroup (una de las más grandes instituciones financieras del planeta), quien sufre de una reputación al menos sulfurosa: en los años 1990 fue sospechoso de hacer transitar a través de sus propiedades cocaína sudamericana participando en el blanqueo de dinero”.
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