Barómetro Internacional
Por Darío Botero Pérez
Universal war against ‘WAR ON TERROR’
Lo que no comprenden los potentados, ni los políticos que representan sus intereses en los “Estados Fallidos” del presente, que son la mayoría, es que los paradigmas para gobernar las sociedades han cambiado radicalmente pero no han sido formulados.
Apenas se espera discernirlos con el concurso de todos los seres humanos preparados para intervenir, pues es obvio que, a estas alturas, no deja de ser absurdo esperar estadistas salvadores, Mesías, ya sean individuos o partidos políticos.
Lo más disponible y conveniente en un mundo en transición, son gobernantes sensibles y abiertos, como se ha mostrado Obama, aunque hay que exigirle mucho más.
La irrupción de Internet, concebida por los poderosos como una herramienta para controlar a la humanidad, según lo imaginó Orwell en su libro “1984”, también significa la increíble posibilidad de ejercer la democracia directa en tiempo real y a escala global.
Cada ciudadano capaz de expresarse está en condiciones de romper la tutela de los políticos que dicen representarlo y gobernar en su nombre.
Eso de votar por políticos “profesionales”, politiqueros marrulleros e interesados primero en su beneficio personal (lo cual es muy humano), constituye un mal que fue necesario aceptar cuando la soberanía le fue arrebatada a los reyes por y para el pueblo, según la teoría y el propósito de los jacobinos.
Pero siempre ha tendido un inmenso manto de duda sobre la transparencia del gobierno de la cosa pública a través de representantes o delegados.
En ese entonces, la participación directa de los ciudadanos en los asuntos públicos era un imposible físico, y hasta mental, pues nadie logró imaginar antes una manera de hacerlo posible. Ahora es un asunto susceptible de volverse cotidiano.
Más que el control de los ciudadanos por el poder establecido, lo que permite es que los ciudadanos asuman el poder y despojen de sus privilegios a los politiqueros que lo han ejercido por delegación o elección.
Éstas ya no se justifican. Y menos, dada la incapacidad evidente de los políticos y los gobernantes para orientar un mundo que no comprenden, cuyo potencial los ha rebasado y los está aplastando.
No han entendido que los millones de seres humanos que han condenado a morir en la más ofensiva miseria, poseen sendos cerebros capaces de hallar las impensables soluciones que el mundo –al borde de la destrucción porque los potentados sólo han tenido en cuenta su mezquina codicia-, necesita con urgencia para que la acelerada catástrofe mundial no sea inminente.
Un imbécil criminal como Bush, nada bueno puede aportar. Su cerebro no se lo permite, por no hablar de su perversión moral, que es expresión de la teoría neoliberal que él, cínico y torpe, se encargó de desacreditar en su afán de imponerla sin ningún escrúpulo, permitiendo que la humanidad comprendiera el carácter letal de esa escuela económica que dejó el mundo al borde del abismo.
Pero el más humilde de los parias de la India, un intocable ubicado en el grado más bajo de la escala social, puede poseer el genio suficiente para resolver un problema crucial de la humanidad.
Por eso, educarlo es un mandato para la especie, impuesto por el instinto de conservación que los potentados se reservan como una exclusividad, mientras arrasan con los demás, sin piedad, con fruición y regocijo.
Los gobernantes tradicionales no lo entienden. Ese es el motivo por el cual ya no tiene nada qué hacer en la Nueva Era.
Como la retórica no nos va a salvar, hay que pasar a la acción. Una oportunidad muy clara se presenta con la posibilidad que todos los ciudadanos, que libremente lo decidan y deseen, tienen para exigir el desmantelamiento inmediato de la base de Guantánamo y la investigación de los crímenes de estado propiciados por el gobierno Bush con la excusa de combatir el terrorismo.
dario-botero@hotmail.com
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