viernes, marzo 13, 2009
Sólo discursos
MÉXICO, D.F., 12 de marzo (apro).- La mejor manera de no establecer comunicación ni enviar mensajes efectivos para hacer pensar es, según expertos, el exceso de datos inconexos, declaraciones demagógicas, propuestas irrealizables y repetición de datos sobre hechos relacionados, pero presentados superficialmente.Tras eso, también ayuda insistir con mensajes lastimeros, informes de tragedias y dolores, cuyo efecto en las y los receptores conduce nada más a sentir y no a razonar. Encima, datos de uso político, con cero realidades y ningún análisis profundo de la desigualdad.A este ruido informativo y no comunicativo, agregué el mensaje principal, que yo vi, en todas las imágenes televisivas y oí en la radio: mujer/familia, mujer/madre, mujer/víctima, mujer/responsable de todo; mujer fundamental, donde se gana prestigio pero no derechos. En los anuncios oficiales la manera "suavecita", como el gobierno federal apoya a mujeres que no transgreden su papel fundamental: guarderías, proyectos productivos a madres, oportunidades a las cuidadoras de enfermos, niños y ancianos.A eso, muchas personas le llaman avances. Incluso hace algunos años el tema es que no había información sobre la condición social de las mujeres. Y no la hay sistemática, pausada y efectiva. Así, el 8 de marzo, no sólo en México sino en otras partes del mundo, todo parece un discurso vacío, y se repiten y repiten los mismos datos de hace años.El pasado 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, llamado por Clara Zetkin en 1910 para reivindicar derechos laborales y políticos de las mujeres; llamado a organizarse y hacer política para transformar el mundo que las oprime, produjo en apenas dos días tal cantidad de datos que marean y que no servirán para nada.Eso me recuerda una canción danzonera y tropical: "Para qué leer el periódico de ayer", así diarios, informativos, propaganda gubernamental televisiva, radiada y en los medios llamados alternativos, lanzaron tremendos documentos, discursos, palabras y más palabras.Es decir, cientos de informaciones inconexas, imágenes y audio que en el fondo reafirman la posición subordinada de las mujeres: Vi más imágenes de madres que el 10 de mayo en la televisión. Advertí en locutores y entrevistadores más conmiseraciones por la violencia que críticas al aparato de justicia y a la impunidad. Bueno, vi más, el programa de Lolita de la Vega teñido de odio a las mujeres, usando el pretexto del 8 de marzo, para salpicar a todas las mujeres de su perspectiva, con hirientes y repetidas frases contra ellas. Lo grave es que fue avalado por una senadora perredista.Adicionalmente, la parafernalia que apareció en algunos diarios, y medios electrónicos y digitales desde que comenzó marzo, incluyó el uso "clientelar" de las mujeres, a quienes se les llama a votar el próximo 5 de julio, con promesas tradicionales, llamados a su papel fundamental de reproductoras y no de sujetos en la vida política.Los tres partidos políticos principales aprovecharon el 8 de marzo para lanzar promesas difíciles de cumplir, ofrecimientos demagógicos como el de la paridad en la representación política del PRD; mayor dureza y castigos para la violencia dentro de los hogares, en el PRI, y reconocimiento a las mujeres como pilar del calderonismo y base del gobierno de derecha, desde el PAN.No conseguí leer nada relacionado y profundo con el significado de la desigualdad; la falta de organización social de las mujeres y la urgencia de transformar el sistema. Nada, en ninguna parte, ni en el Consejo Nacional del PRD, supuestamente de izquierda.La Asamblea Nacional de Mujeres, del PAN, fue lamentable; los cínicos del PRI ofrecieron el programa que exigieron las mujeres a la Revolución Mexicana en 1916, en el Primer Congreso Feminista celebrado en Mérida, Yucatán.La paridad en la representación política, es decir, 50% de hombres y 50% de mujeres, aprobado hace varios años en el PRI -sin resultados, claro- acordado hace cuatro días en el PRD no resiste ninguna prueba.Las mujeres en el PRI fueron enviadas a las suplencias; obstaculizadas en el PRD sistemáticamente desde hace años y usadas sin paridad en Acción Nacional como diques a demandas urgentes, pretenden manipularse en año electoral.De cómo parar la violencia desde las acciones del Ejército y parar la muerte por abortos clandestinos de cientos de mujeres, nada tampoco, salvo informes oficiales del INEGI o las agencias internacionales.En cambio la secretaria ejecutiva del Instituto Nacional de las Mujeres, Liliana Rojero, dijo estar más preocupada por las mujeres desempleadas que se van a volver narcomenudistas que por la crisis económica y el desempleo que afectará, según todos los pronósticos, a toda la población, pero mucho más a mujeres del país porque tienen los puestos más frágiles de la cadena productiva.Realmente nada faltó. Se habló de cánceres femeninos, de 264 mujeres asesinadas en los primeros meses de 2009; de violaciones a la ley, de imposibilidad de poner en marcha la Ley de Igualdad entre los sexos, de la urgencia de políticas públicas, como si ellas tuvieran una mágico poder sobre el sistema económico que lacera a tal grado la economía familiar que aumentarán la desnutrición y las enfermedades.También leí cómo se destacó cuántas mujeres de otras entidades acuden a hacerse un aborto al Distrito Federal; cómo desde hace 10 años nadie se ocupa de la iniciativa que busca sacar de la esclavitud laboral a las trabajadoras domésticas y, sobre todo, como decía, del papel principal, único, necesario para mantenernos en paz: la maternidad, centro del tema de Oventik entre las Zapatistas, a propósito de "Mamá Corral".De mujeres con derechos, ciudadanas, de la contribución económica al sistema, de sus capacidades para gobernar o para crear y construir otras formas de relación social, nada, no leí ni vi. Nada.Realmente este 8 de marzo he quedado convencida que ha muerto la energía creadora del feminismo que un día puso a temblar a los poderes, generó reacciones hasta violentas contra sus manifestaciones y denuncias y alteró la vida de muchas mujeres.
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