Año 6, número 2573
Martes 14, abril del año 2009
Hasta el cansancio se ha dicho que las encuestadoras son negocios que se encargan de hacer encuestas a quienes se las piden (las encuestas) y no pueden publicarlas sin la autorización de quienes las contratan.
Por consiguiente a pesar de que los encuestadores se presenten ante la opinión pública, en el fondo son gente de moral retorcida que no duda en engañar siempre y cuando reciba dinero por ello.
Y eso sin que se tome en cuenta lo amañadas que pueden ser las entrevistas. Unos ejemplos:
Si tomáramos como ciertos los resultados que se obtienen de las entrevistas, podríamos concluir que en nuestro México no existe el adulterio más que esporádicamente.
¿Ha usted engañado alguna vez a su cónyuge? Podría ser una de las preguntas concluyentes para avalar el resultado de la encuesta, que por más que se extendiera a miles de personas, seguiría ofreciendo los mismos resultados.
¿Se lava Usted los dientes tres veces al día? Podría ser otra sesuda pregunta que daría como resultado que la profesión de odontólogo no tiene futuro en nuestra Patria.
Pero lo que acaban de “descubrir” de que las encuestadoras GEA-ISA cometieron fraude en las “elecciones” que llevaron a Felipe Calderón a la Presidencia de la República; que es lo mismo que están volviendo a hacer (en este mismo espacio lo hemos denunciado).
Más los acaecidos y patéticos hechos de los sueldos de los integrantes del IFE y las linduras de los Legisladores, darán un argumento más para que la gente deje de seguirles el juego perverso a quienes dicen ejercer la Democracia y no acuda a votar.
Realmente no vale la pena hacerlo.
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