martes, abril 28, 2009

La sociedad rebasa

Francisco Rodríguez
“La idiotez es una enfermedad extraordinaria, no es el enfermo el que sufre por ella, sino los demás”.
-Voltaire-

Pesa más la “grilla” política que la salud de los mexicanos. Rifan las apariencias, y no la tarea efectiva de médicos, investigadores e instituciones del sector salud que con décadas de experiencia, han sido relegados para que los reflectores nada más alumbren a los autodenominados gobernantes.La televisión nos repite y repite la imagen del rostro afilado, de verdadera preocupación —y temor, sobre todo — del señor Felipe Calderón, balbuceando un discurso optimista que sus propios gestos desmienten. Al titular de Salud, José Angel Córdoba, se le ve no nada más agobiado por participar en una entrevista radiofónica tras otra, sino con cara de pedir urgentes vacaciones, si no es que de renunciar para dejar el sitio a su subsecretario Mauricio Hernández, el verdadero mandamás de la dependencia.Los spots siguen en lo mismo: cantando loas a supuestos logros de una administración que se publicita a sí misma como la que nos llevará a “vivir mejor”, sin que la barata propaganda del autoelogio haya sido rápidamente sustituida por anuncios verdaderamente informativos. Mejor una empresa que vende cloro de lavandería que produjo, en unas horas, un efectivo mensaje silencioso, en el cual recomienda el uso de ese químico para desinfectar.La desinformación campea. Los medios que reciben publicidad pública ocultan datos o sólo se guían por el boletín oficial, que nada más difunde autocomplacencias: vamos bien –“aunque no lo parezca”—, tenemos dinero para hacer frente a la epidemia… bla, bla, bla.Y como pregunta el remitente de un correo electrónico, nos cuestionamos los demás: “¿Dónde están el INDRE (Instituto Nacional de Diagnostico y Referencia Epidemiológicas), el Instituto Nacional de Salud Pública? El de Enfermedades Respiratorias ya abrió la boca y el de Vigilancia Epidemiológica también. Ahí hay gente muy capacitada. Ellos hacen o quizá ya dejaron de hacer las encuestas serológicas y tienen la capacidad técnica de dar respuestas técnicas en pocas horas. 800 ó 1000 sueros no son nada, se procesan 90 de un trancazo y con los robots, salen en un par de horas…”De acuerdo con el mismo remitente, a la mitad de la emergencia también afloran las “grillitas” al seno del sector salud. “¿Dónde están los científicos neoliberales, quienes han defendido que la ‘genomica es cool y los demás son nacos’ y que han quitado financiamiento a otras disciplinas médicas? ¿Dónde están? Con las herramientas moleculares disponibles y ‘sus’ juguetitos carísimos (secuenciadores, HPLC-masas, PCRs tiempo real, todo el equipo de proteómica) en pocas horas pueden sacar la secuencia del virus y mostrarnos que algo están haciendo para entender el problema. Aunque, por supuesto, ellos no podrán resolverlo... nunca.“Ahora, ¿por qué carambas se están enviando las muestras al extranjero, cuando aquí se pueden procesar? ¿Qué, este no es también un asunto de Seguridad Nacional?La crítica del autor del mensaje, que ahora le transcribo en sus partes medulares, también se dirige a los científicos que, dados sus conocimientos, se ubican al lado del gobierno en la sombra de Andrés Manuel López Obrador, a quienes tampoco se ve por lado alguno brindando consejos preventivos a la desorientada población.Por tal recomienda que, si es sabido “que todos los rinovirus se inactivan con ácido… Una pasadita por los pasamanos de rutas, peseros, buses, trolebuses y el STC, en cada terminal: un poco de cloro (hipoclorito diluido) con ácido (acético, por ejemplo) sería inocuo y bajaría algunos logaritmos la inefectividad.“Inventemos una mezcla desinfectante para manos: ácido acético (vinagre, efectivo aunque de corta duración: 15 a 20 minutos); poquitín de cloro; alcohol diluido y otro ácido que no sea volátil (cítrico, por ejemplo). Si se le agrega una pizca de detergente, podría ser más efectivo. La cosa es que no irrite. Si esta mezcla se pone en las estaciones del Metro (por ejemplo) y en edificios públicos y otros lugares estratégicos, se limitará mucho el contagio…”Otra vez, como sucedió tras el terremoto de 1985, es la sociedad la que “se pone las pilas”, mientras los políticos no atinan qué hacer, excepto desinformar.
Indice Político: Suspicaces, muchos mexicanos creen exageradas las medidas preventivas –no del todo eficaces— que la Administración federal y los gobiernos capitalino, mexiquense y potosino han puesto en marcha. Equivocadas tal vez, pero no exageradas. Y es que si el virus ataca fundamentalmente a quienes viven su etapa productiva, de 20 a 50 años, ¿por qué es que sólo se cierran las escuelas durante 10 días?
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