La sentencia antes del juicio estaba dictada: “¡Que arda! ¡Que lo quemen!”, gritó la turba enardecida en las calles por las que “el titular espurio de Hacienda fue conducido a la plaza pública donde fue enjuiciado” / “¡Te llegó tu hora, cabrón. Te vamos a hacer chicharrón nomás!” / “Se la ha pasado inventando impuestos para joder a la mayoría; mintió al decir que la crisis económica era un simple catarrito; creó un nuevo FOBAPROA; de nuestros impuestos se pagan sus excesos de alimentación y hasta porque hizo el ridículo en un juego de béisbol”
MEXICO, D.F., 11 de abril (LA JORNADA).- La sentencia, previo al juicio, estaba dictada: “¡Que arda! ¡Que lo quemen!”, gritaba una turba enardecida en las calles por las que el titular de Hacienda, Agustín Carstens, era conducido a la plaza pública donde sería enjuiciado.“¡Te llegó tu hora, cabrón. Te vamos a hacer chicharrón nomás!”, arreciaron los gritos apenas pisar el parque Club Rotario, en la colonia Ex Hipódromo de Peralvillo, donde se instauró el jurado popular, a un costado de la escultura de Luis Ortiz Monasterio: “Llamado a la Revolución”.
Al instante se tendieron varias sogas de lo alto de un eucalipto, en las que se ató al voluminoso personaje, representado con el cuerpo de un cochino, con ranura y manija a modo de alcancía.
– ¡Mexicanos! ¿A dónde llevan a este ciudadano? –Interrumpió el juez a la multitud que se aprestaba ya a tensar la cuerda.
– ¡A quemarlo! –respondió a coro la gente ¡Es un judas!– Pruebas, pruebas ¿Cuáles son las pruebas? –demandó su señoría.
– Se la ha pasado inventando impuestos para joder a la mayoría –acusó uno de entre la multitud, al que se fueron sumando más voces acumulando cargos: “mintió al decir que la crisis económica era un simple catarrito”; “creo un nuevo FOBAPROA con un préstamos del Fondo Monetario Internacional”; “de nuestros impuestos se pagan sus excesos de alimentación” y hasta porque “hizo el ridículo en un juego de béisbol”.
– Mexicanos –sentenció finalmente el juez– cumplan con su destino y Carstens colgó para ser despedazado, ejecución que requirió de seis detonaciones y ya en suelo, la turba hizo escarnio de los restos a tirones y patadas para no dejar más que un despojo de caña y papel.
Horas antes, en Tepito, un concepto más abstracto sufrió la misma suerte: “La Crisis”, que nos hace “sentir vulnerables y con miedo”, adquirió forma de diablo para ser enjuiciada y quemada por “judas”.
Previamente lo vecinos recorrieron calles del barrio arrastrando la imagen de seis metros de altura, que además de representar la difícil situación económica que afecta a millones de mexicanos, idealizó a las instituciones políticas y gubernamentales “derrochando el dinero del pueblo en campañas publicitarias excesivas, llenas de mentiras y pagando altos sueldos a sus funcionarios, legisladores, jueces, magistrados y ministros”.
Por eso es que, como desde hace ya 16 años, el grupo multidisciplinario Los Olvidados, repitió en ambos barrios, con un jurado popular, la tradicional quema del Judas. Desde antes del medio día de este sábado de Gloria, unas 20 personas caminaron por las calles de Toltecas y Jesús Carranza llevando a cuestas la figura de cartón, color rojo, que llevaba tatuadas las siglas de organismos como el IFE y partidos políticos como el PRI.Entre gritos de ¡lo vamos a quemar!, llegaron hasta la calle de Fray Bartolomé de las Casas, para el juicio, donde se acusó a la clase política del país, de no cumplir con sus promesas de más empleos y crecimiento económico, y de llevar “al pueblo a los juegos de azar o la fe fanatizada, como única esperanza para salir de la crisis”.Rodeados por decenas de comerciantes y vecinos que se acercaron a observar la escena, el jurado popular dio su veredicto “a quemarlo”, y de esta manera la crisis voló en mil pedazos, en medio de fuertes estruendos y el humo de la pólvora quemada. “Es una manera de manifestar nuestra inconformidad y al mismo tiempo de rescatar nuestra tradiciones”, dijo Everardo Pillado, dirigente del colectivo Los Olvidados, que en esta ocasión hecho mano de una veintena de artesanos, durante 2 semanas, para dar forma a los judas de La Crisis y Carstens y al final despedazarlos en un instante, escenas que ayer se repitieron por varios barrios y pueblos de la ciudad.
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