Telesur
El mundo ha centrado su atención en el virus AH1N1, que ha cobrado la vida de al menos 30 personas, mientras es ignorada la letal epidemia de meningitis que afecta el corazón de África subsahariana, región fuertemente castigada por la miseria.
Diariamente abundan los reportes de la evolución de la gripe A en distintas naciones, pero esta epidemia ignorada ya ha dejado sin vida -en lo que va de año- a cerca de dos mil personas, en su mayoría menores de edad, según la organización Médicos Sin Fronteras (MSF). Se ha catalogado como el peor brote en una década.
El organismo, que pronto tendrá más de 300 equipos en la zona, ha activado todas las alarmas pero requieren de más atención, fondos y medios para detener el virulento brote de meningitis con una campaña de vacunación en una zona golpeada por la enfermedad y conocida como "el cinturón de la meningitis".
Una enfermedad que azota una extensa región de África subsahariana en la que el virus de la meningitis hace estragos y se muestra especialmente severo en Nigeria. Además, destacan como perjudicados Níger y Chad, países que han contabilizado casi 6 mil casos.
Médicos Sin Fronteras colabora asistiendo a los enfermos e inoculando más de mil 500 vacunas diarias, con un coste de 1,5 euros por unidad, y tienen como meta: vacunar a siete millones y medio de personas.
Tan sólo en los países mencionados ya se han registrado más de 56 mil casos en las áreas donde MSF realiza labores de asistencia.
Según precisó la organización de salud, concretamente se han detectado los más de 50 mil casos y al menos mil 500 personas han fallecido como consecuencia de la enfermedad.
"Este año, la epidemia ha afectado gravemente a Nigeria", explicó el coordinador de emergencia de MSF en Nigeria, Ibrahim Younis. Los equipos de MSF, en estrecha colaboración con el Ministerio de Salud, han estado trabajando durante cuatro meses en nueve estados de este país para contener la expansión de la epidemia.
Younis agregó que los esfuerzos de los equipos "se han traducido en una reducción de los casos en algunas áreas, aunque en otras siguen aumentando".
Diariamente, los equipos de MSF asisten a los centros de salud en las áreas urbanas y remotas de los países africanos perjudicados para recoger datos, supervisar y tratar pacientes. Además, el programa prevé la donación de medicamentos a las estructuras de salud junto con campañas de vacunación.
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