Por Ricardo Andrade Jardí
Y una vez más, los siempre “democráticos” derechistas latinoamericanos hacen gala del repudio que sienten por la voluntad popular y perpetran un golpe militar en Honduras, el primero de los muchos que intentaran asestarle al continente, sobre todo a los países que han logrado o intentado dar un giro hacia una economía menos criminal que la impuesta por el libre mercado y la “Democracia Corporation S.A”.
Honduras, hoy, debe ser una buena lección para toda esa izquierda institucionalizada, que sigue defendiendo en países como México, el discurso absurdo de que el único camino para el cambio es el de las urnas, no hay derecha que soporte la democracia electoral, cuando los resultados le son adversos, los ejemplos son cientos, baste el acosamiento al Evo Morales y sus “indios” que, bajo las reglas impuestas de la burguesía, eligieron cambiar su realidad, lo que la derecha, financiada por la CIA, se ha ocupado de minar cada minuto, o los constantes golpes (literalmente hablando) contra Hugo Chávez electo y refrendado una y otra vez, o la historia de Nicaragua y la contrarrevolución por tantos años promovida por la CIA y las oligarquías corruptas del continente. El golpe en Honduras no es un hecho aislado, es, posiblemente, el laboratorio de lo que los “demócratas cristianos y los fascistas latinoamericanos, con dinero de la monárquica derecha española y el imperio yanqui, auguran al continente.
Lo que yo veo absurdo y contradictorio es lo que dice Ricardo en el párrafo anterior. Justamente porque la derecha no soporta la democracia electoral es por lo que hay que buscarla. Evo Morales y Hugo Chávez, a pesar del acoso mencionado, son presidentes de sus países así como Daniel Ortega de Nicaragua quien también hizo más a través de lo electoral que cuando estuvo en la guerrilla. El golpe de Honduras se da en base a que el presidente decide consultar al pueblo, convocarlo a las urnas. Lo que hay que hacer es exigir que se respete la voluntad popular reflejada en las votaciones, o ¿cómo se va a saber lo que quieren las mayorías? Precisamente este caso muestra el absurdo de abstenerse o anular el voto con el argumento de que de todas formas van a hacer fraude o de que es una forma de repudiar a los políticos. Resulta que los hondureños están luchando por una democracia en la que se les permita votar para lograr una nueva constituyente y en México algunos salen con la ñoñería burguesa de que hay que anular el voto para dizque debilitar al sistema político. Que vergüenza, los hondureños exponiendo su vida por validar sus votos y algunos mexicanos tomando la vía cómoda de anular el voto en vez de defenderlo, que dizque para cambiar el sistema a base de un plan que todavía no tienen o que tomará unos 500 años más. Lo que hay que hacer es votar y exigir que se respete el voto. Difícil, sí, muy difícil, pero anulando el voto no se logra nada, el cambio por esa vía es imposible. Y eso de que no hay por quién votar y que todos los partidos son iguales es una generalización absurda. Sí hay por quien votar, si se pone uno a investigar y aquí no se trata de partidos, todos tienen mierda, sino de personas. Decir que todos son iguales es una falacia, por poner algún ejemplo: Alejandro Encinas no es igual a César Nava, ni Laura Esquivel igual a Lerdo de Tejada Servitje, ni Ifigenia Martínez igual a Lía Limón... ¡Por favor!
La suerte de Honduras, como la de Bolivia o la de cualquier país del continente, que en este momento histórico para el mundo, han decidido cambiar una política económica de mierda, por otro rumbo económico, político y social menos injusto, menos criminal, en el que la distribución de la riqueza no siga siendo para unos cuantos, ante la reproducción vergonzosa de la miseria y la esclavitud, será la suerte de todo un continente.
¡Qué barbaridad! En Bolivia se han logrado cambios extraordinarios en la política económica, no se diga en Venezuela. La falta de reconocimiento de lo que se está logrando en América Latina, a partir de una lucha significativa, aún con muchos escollos es producto del desconocimiento o bien de un ánimo depresivo. Si no supiera que Ricardo es una persona respetable y de izquierda me atrevería a decir que es una actitud de la derecha, es lo mismo que dice Globovisión, vaya. Ni madres que la reproducción de la miseria y la esclavitud será la suerte de todo el continente, eso es un insulto para los bolivarianos y una falta de respeto a su trabajo, a su entusiasmo y a su lucha de todos los días.
La mafia corrupta de la derecha latinoamericana, que en los últimos años ha perdido el control político de países como Bolivia, y nada menos que bajo sus burguesas leyes de representatividad, demuestra su calaña una vez más, esta vez en Honduras, y su verdadera falta de vocación democrática. Las próximas horas son decisivas para Honduras y para el continente, la información de lo que sucede al interior de aquel país centroamericano llega a cuenta gotas, el golpe militar fascista oligarca ha tomado el control de toda forma de comunicación, pero sabemos que hay un pueblo que ha elegido jugarse todo, que ha decidido defender la dignidad y la voluntad popular, frente a la barbarie y el tremendo retroceso que significa para el mundo, el hecho de que un presidente constitucional, no un usurpador pelele como en otras geografías, sea expulsado y derrocado en una intentona golpista de la ultra derecha. Es un momento histórico, en el cual la solidaridad de todo el continente, de todos los hombres y mujeres que se pretenden libres y que luchan por la dignidad rebelde por la justicia social, tienen la obligación de ser testigos de primera línea, de ser escudos que se oponga a permitir que, una vez más, las oligarquías corruptas y siempre impunes logren imponer a un nuevo usurpador a la medida de los intereses de los grandes capitales.
¿Por fin? ¿Cómo cree Ricardo que Zelaya llegó a ser presidente constitucional? ¿Cómo sabe que Zelaya representó la voluntad popular? Pues a través de lo electoral. Aquí tenemos un usurpador porque no se respetó la voluntad popular exhibida en las urnas, pero entonces el defecto no está en lo electoral, es decir en el mecanismo, sino en el delito de no aceptar la voluntad popular. ¿Cómo cree que se trasciende la representatividad burguesa? Pues a través de representantes que allanen el camino para votar por una nueva constituyente para que tengamos una democracia participativa. Si ahora no votamos, les dejamos la vía libre para que conformen un Congreso, justo como el de Honduras, ¿y saben cuándo vamos a tener una nueva constituyente en la cual se le dé al pueblo una participación?
El continente merece una mejor suerte, es la hora cuando todos tenemos la obligación de repudiar el golpe y exigir, con toda la fuerza, la restitución del orden constitucional y el respeto de la voluntad popular, que no es otra que la restitución del presidente Manuel Zelaya.
Toda imposición debe ser desconocida por los organismos internacionales, de los que debemos estar vigilantes pues en sus posturas revelarán su voluntad democrática o su complicidad con el golpe, con los intereses económicos y con el falso discurso de la “Democracia Corporation S.A.”
Así mismo, todos los organismos internacionales y todos los países del mundo deberían obligarse a desconocer, sin hipocresías, cualquier forma de gobierno en Honduras, que no sea el que fue elegido por la gente y no por una pandilla de legisladores que han vendido su conciencia a cambio de un puñado de limosnas, que responde exclusivamente a la mentira de las telecracias y al poder del dinero.
Cada vez que se habla de voluntad popular tenemos que remitirnos a la forma en que esa voluntad es expresada: en las urnas. Un voto nulo, las nulifica. Si no queremos una imposición defendamos los votos. Si los nulificamos qué chingados de voluntad popular vamos a defender y cómo la identificaremos. Ahora que el desánimo y la falta de confianza ya están identificados no se necesita anular el voto para saberlo, pero ¿y luego?
¡Alto a la barbarie!
¡Sí, alto a la barbarie! Pero hay que luchar por ello activa y eficazmente. En Honduras, por ejemplo, el pueblo se apropió de las urnas y las defendió contra el mismo ejército, ¡qué tal! Eso sería mejor que anular los votos, esa sí que es una actitud burguesa.
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