Félix Sautié Mederos
Importancia de los recursos del siglo XXI a favor del pueblo
Nuevamente he tenido que detener unas horas el envío de mi artículo semanal a POR ESTO!, por razón de la agudización de las tensiones y las crisis en Tegucigalpa donde el pueblo resiste, espera a su Presidente y se enfrenta a una represión sangrienta del Ejército Hondureño que se desenvuelve, ante las cámaras de la televisión y los reporteros internacionales presentes en esa ciudad, lo que no podrá negar nadie de los que en esta semana han intentado justificar lo que es injustificable. En los momentos en que escribo este párrafo, el Presidente Zelaya ha intentado su aterrizaje en el aeropuerto de la capital hondureña, que es obstaculizado por los militares golpistas.
En este orden de cosas, debo decir que los acontecimientos dramáticos que se han producido en Honduras, en los últimos días, los que hube de condenar con todos mis sentimientos en un artículo publicado en POR ESTO! de Mérida, Yucatán, México, el pasado lunes 28 de junio, recordando lo que Jesús nos plantea en el Evangelio que quien a hierro mata a hierro muere, aparte del saldo de represión, muerte y dolor que ya han causado y están causando a la población hondureña, nos están planteando algunas experiencias sobre las cuales me quiero referir.
La intercomunicación subjetiva, expresada por intermedio de las nuevas tecnologías de comunicación del Siglo XXI, juega un rol de excepcional importancia en la vida social, mucho más en momentos tan trágicos. Esta intercomunicación social se convierte en resguardo y garantía de las personas de a pie que se enfrentan a los poderes de las clases explotadoras, de los ejércitos represores y de las fuerzas mediáticas que tratan de tergiversar la realidad con el propósito de imponerse.
Las fuerzas brutas de la ignominia y la explotación pueden actuar con saña, tal y como está sucediendo en Honduras. Un objetivo priorizado, además del pueblo indefenso, es contra los medios masivos centralizados y las instituciones de la sociedad civil, pero hay que tener en cuenta que estas nuevas tecnologías de la comunicación a que me refiero, tales como la telefonía celular que, incluso, es capaz de tomar grabaciones, fotografías, videos y transmitirlos directamente en forma masiva, además la Internet y los correos electrónicos, facilitan la universalización de la comunicación directa de la población, incluso su posibilidad de acceder directamente a los medios masivos de mayor difusión universal, ante situaciones de desastres, guerras, golpes de estado y represiones masivas. Las posibilidades, además, de la televisión satelital que pasa por encima de las barreras mediáticas de la cual es un ejemplo importante la actividad valiente de la Cadena Telesur, que sirve de base a las denuncias, muchas veces recibidas directamente de la población que usa estos medio modernos en sus manos y se enfrenta a la impunidad de los golpistas de Honduras, para dar a conocer la brutalidad del golpe de estado y la terrible represión contra la población.
Sin Telesur, Radio Habana Cuba e incluso Cuba Visión Internacional, ni los teléfonos celulares, así como el libre acceso a los correos electrónicos e Internet, hubiera sido muy difícil a los pobladores de Honduras dar la batalla que están manifestando aún en los momentos en que escribo este artículo. Con independencia de lo que pudiera suceder en lo adelante, confío firmemente en que, más temprano que tarde, el pueblo hondureño se va a imponer por encima de tal crimen e ignominia. Me refiero a recursos tecnológicos del Siglo XXI que demuestran su eficacia en tan graves circunstancias, así como en el desarrollo científico técnico.
Lo importante, en mi criterio, es la existencia de estas facilidades de las nuevas tecnologías del Siglo XXI en manos del pueblo devenidos poderosos instrumentos de participación social. La experiencia que nos está aportando la repudiable tragedia hondureña, es que la generalización del acceso de los ciudadanos a estas tecnologías que menciono, constituyen una verdadera fortaleza ante la adversidad imprevista. No sólo me refiero a las guerras, golpes de estado y represiones, son también muy importantes y necesarias en los casos de desastres naturales: ciclones, terremotos, inundaciones que incomunican a grandes espacios de las geografías de los países y que, con el cambio climático, se están presentando cada vez con mayor intensidad y reincidencias.
En estas circunstancias, pienso que cada vez se hace más necesario el libre acceso de toda la población a estas tecnologías vitales, sin reticencias, limitaciones ni mucho menos prohibiciones. No es posible entender que sean válidas para unos y prohibidas para otros. Así lo pienso.
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