Laura Bolaños Cadena
La “nueva ola” comenzó para México con Miguel de la Madrid, y se fincó en el estruendoso fracaso económico de los dos sexenios anteriores de Echeverría y López Portillo. Pero era la dirección marcada por la banca mundial en manos de las potencias hegemónicas. La dirección fue: se acabó el nacionalismo, se acabó el populismo, fuera empresas en manos estatales, ineptas y corruptas que han llevado al desastre económico; la empresa privada es lo único eficaz, la empresa privada es incorrupta. Tras cuatro sexenios y fracción de poner en práctica el nuevo modelo creo que es posible preguntarnos si ha funcionado.
Las administraciones priístas inmediatamente anteriores a Miguel de la Madrid son, en el terreno estrictamente económico, indefendibles; y en lo tocante a la corrupción creo que no se salva ninguno si hacemos el recuento desde los primeros gobiernos de la Revolución para acá, sólo podríamos hablar de los más y los menos. Las empresas estatales funcionaban, también con sus más y sus menos, en mucho corroídas por la corrupción; por tanto la bancarrota tenía que llegar, pero el remedio resultó peor que la enfermedad.
En resumen: ¿qué empresa funciona mejor para el país en manos privadas? ¿Cuáles aportan beneficios, más y mejor producción, empleos, mejor nivel de educación y de condiciones sociales en general? ¿La banca? ¿Las grandes empresas agrícolas? ¿Las universidades patito son mejores que la UNAM? ¿PEMEX funciona mejor desde el sexenio de De la Madrid, cuando han ido privatizándose cada vez más áreas? El país, en general, ¿ha prosperado desde el sexenio del Ratoncito?
Una inmensa tragedia nos estremece hoy: el incendio en Hermosillo, Sonora, de una guardería, con la muerte, hasta el momento, de 44 pequeños inocentes, y aún quedan otros heridos de gravedad. La causa de la catástrofe es que el inmueble donde operaba fue improvisado; compartía un muro con una bodega que fue donde se inició el incendio. Esta guardería era subrogada del IMSS, estaba en manos privadas. Muy aparte de la identidad de los propietarios, cercanos a altos funcionarios gubernamentales, la institución funcionaba como negocio. En manos privadas todo se convierte en negocio. Los empresarios no son hermanas de la caridad, invierten para ganar. Los negocios operan con base en pérdidas y ganancias. Las ganancias incluyen operar con menos inversión y menos costos. Construir un inmueble adecuado específicamente para guardería incluye mayor costo que improvisarlo en un local cualquiera.
Un negocio privado NO ES una obra de beneficio social. ES UN NEGOCIO.
Experiencias en el país paradigma de la empresa privada, sobran. Una de ellas es la medicina. Las poderosas empresas farmacéuticas y las igualmente poderosas compañías de seguros médicos consiguieron en EU, por ley, convertir toda la medicina en empresa privada. El resultado es que funcionan bajo un estricto sistema de pérdidas y ganancias. El balance de tan inhumana práctica puede verse en la película del cineasta estadunidense Michael Moore. Los seres humanos se convierten en objetos que aportan ingresos pero al requerir servicios provocan egresos. Hay que evitar los egresos. Y se premia a los médicos por actuar en consecuencia.
Ahora Felipe Calderón está proponiendo entregar las cárceles a la iniciativa privada. Si triunfa su intento, las cárceles ya no serán instituciones de rehabilitación o castigo sino NEGOCIO PARTICULAR. A las lacras actuales de los centros penitenciarios convertidos en su mayor parte en escuelas de crimen, pero donde al menos hay algunos intentos saludables de rehabilitación: escuelas, talleres, deporte, teatro, posibilidades de estudiar una carrera- hay quienes han logrado alcanzar licenciaturas en prisión-, se añadirá la explotación del reo. No estoy en contra del trabajo en las prisiones; es más, creo que de alguna forma debiera ser obligatorio. Pero imaginemos esos establecimientos convertidos en negocio, donde todo se maneje en términos de pérdidas y ganancias. La función social de una cárcel -hasta donde esto sea posible- estará totalmente excluida.
La deshumanización de las cárceles en EU en manos privadas es otra buena muestra. No lo decimos nosotros, lo dicen ellos. Documentales filmados allá y por estadunidenses, que pueden verse en canales televisivos de aquí, nos muestran el horror.
Si no hay una sociedad organizada que obligue a este gobierno y a los que vengan a rectificar, sólo nos quedará lamentarlo. No empecemos a protestar cuando sea un hecho.
Memoria histórica: 10 de Junio no se olvida.
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