Octavio Vélez Ascencio
Oaxaca, Oax., 28 de agosto. Un profesor perteneciente a la sección 22 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) murió y al menos 20 resultaron heridos por arma de fuego, entre ellos algunos padres, cuando intentaban recuperar la escuela primaria bilingüe Libertad, en poder de priístas y miembros de la sección 59, en el municipio de San Pedro Jicayán, región de la Costa, a 416 kilómetros de esta ciudad, en los límites con Guerrero.
Artemio Camacho Sarabia, docente de la escuela primaria Norberto Aguirre Palancares, ubicada en el municipio vecino de Santiago Pinotepa Nacional, fue el profesor que resultó muerto, informó Azael Santiago Chepi, secretario general de la sección 22.
Inicialmente se reportó que había fallecido la profesora Leonides Celia Mejía, de la vecina municipalidad de San Pedro Atoyac, pero en el hospital general de Santiago Pinotepa Nacional, a donde fue trasladada, se reportó que su estado de salud se complicó por estar embarazada, sin embargo ella y el bebé están fuera de peligro.
Luis Castro Reyes, padre y agente municipal de la localidad de Santiago, municipio de San Pedro Jicayán, fue internado herido en el mismo nosocomio, donde su estado de salud se reporta grave.
Al menos una veintena de profesores y padres resultaron descalabrados y con golpes por pedradas.
Santiago Chepi expuso que unos 3 mil maestros del sector dos de Pinotepa Nacional acudieron al ayuntamiento para entrevistarse con integrantes del cabildo a fin de solicitarles su intervención en la solución del caso, pero las autoridades encabezadas por el edil Leonardo Silva Palacios se pusieron del lado de los priístas.
Entonces, el pleno de secretarios generales de delegaciones sindicales de la Costa acordó recuperar la escuela en poder de los llamados profesores externos, carentes de título y sin relación laboral con el Instituto Estatal de Educación Pública.
Juntos acudieron a la escuela, donde fueron recibidos a pedradas y balazos por los ocupantes del colegio. Lorenzo Herrera Serrano, secretario de Alianzas y Gestoría Social de la sección 22 identificó a Julio Antonio Mejía, ex presidente municipal y teniente retirado del Ejército Mexicano, y al ex síndico Sebastián Merino, como cabecillas de los agresores.
“Tenían de todo, desde pistolas, escopetas y hasta cuernos de chivo (rifles AK-47)”, señaló.
Camacho Sarabia fue alcanzado por una bala. Lo subimos a un taxi, porque ya estaba arrojando sangre por la boca y la nariz; sin embargo, murió en el camino, dijo Alberto Guzmán Rodríguez, ex dirigente magisterial que prestó ayuda al herido. El cuerpo fue trasladado al palacio municipal para ser velado.
Los profesores tocaron las campanas del templo lo que convocó a la concentración de una muchedumbre frente al palacio municipal, donde desarmaron a dos policías locales y retuvieron al edil Leonardo Silva Palacios, al síndico Antonio López López y a los regidores de Obras Públicas y Educación, Natalio López Vásquez y Basilio Castro Jiménez, respectivamente, además de un guardaespaldas del munícipe.
Los cinco fueron entregados por la noche a policías estatales que llegaron a la localidad en apoyo a agentes del Ministerio Público y peritos que acudieron a levantar el cadáver y a iniciar las investigaciones para deslindar responsabilidades y castigar a los culpables, según informaron Evencio Nicolás Martínez Ramírez, procurador de Justicia del estado, y Jorge Toledo Luis, secretario general de Gobierno.
En la capital del estado, profesores encabezados por el secretario general de la sección 22, Azael Santiago Chepi, bloquearon tres principales crucero de la ciudad para protestar por la agresión y exigir al gobierno estatal el castigo de los responsables.
Culpó a los gobiernos federal y estatal de los hechos por no haber cumplido la minuta suscrita el 26 de octubre de 2006 por el entonces secretario de Gobernación, Carlos Abascal Carranza, para la entrega de las escuelas ocupadas por priístas y miembros del Consejo Central de Lucha, ahora sección 59 del SNTE.
Érika Rapp Soto, presidenta de la Comisión Ejecutiva de la sección 59, deslindó de los hechos a su organización, por no compartir la violencia como método de lucha. Negó que los agresores tengan relación orgánica con esa sección o hayan recibido orden de ese organismo para disparar. Se fueron por la libre, asentó y aseguró que se sumará a la demanda de castigo.
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