lunes, septiembre 28, 2009

Columna Asimetrías (5,808). El Cambio: ¿Cuál es la Vía? (1/2)





28 septiembre 2009

“Acabo de leer a Heráclito, quien preconiza que nada en la vida, en el mundo y el universo es permanente, excepto el cambio; ese es constante. Los mexicanos debemos tener eso presente, pero veo que le tenemos mucho miedo”:

Francisco Reyes Cardenal.

I

En el epígrafe de la entrega de hoy, el caro leyente Reyes Cardenal –quien, informa, darle seguimiento a los pergeños de éste escribidor desde El Mexicano, de Tijuana, B. C.-- elucida implícitamente que lo estático e inmóvil es opuesto a la naturaleza misma.

Tal era el meollo vero de la exégesis que Heráclito, llamado también el Padre de la Dialéctica, inspirador de una pléyade de pensadores alemanes de los siglos XVII, XVIII y XIX –que incluían a Hegel, Marx y Engels-- y otros de la escuela teutona de filosofía.

Menciónese que abrevadores de esa alfaguara --Heráclito y los filósofos posteriores a la época del gran pensador griego-- fueron algunos de los héroes patrios, de 1810 a éste día. Piénsese en el Cuartel Madera, Genaro y Lucio en Guerrero, Chiapas, Atenco.

Esos héroes patrios son, a no dudarlo, Hidalgo, Morelos y un conjunto variopinto de precursores por la independencia de la entonces Nueva España y los luchadores sociales y políticos que en 2009, casi dos siglos después, prosiguen la gesta independentista.

Hidalgo, Morelos y quienes les acompañaron en la epopeya independizadora del yugo colonial-imperial hispano habían leído a Heráclito y los pensadores de la Revolución Francesa y la independencia estadunidense y las tesis acerca de los derechos políticos.

Así, les fue posible discernir que la soberanía reside en el pueblo y que, por tanto, todo poder político dimana de éste, por ejemplo; o que el ejercicio de potestades así dimanadas debe regirse por pesos y contrapesos y vigilancia y equilibrios.

En el confín novohispano y, hoy, mexicano, las luchas por la independencia continúan, intensificadas, para desasirnos de yugos que no son monárquicos, como el de la España colonial, sino imperialistas. Como el del imperialismo estadunidense.

El imperialismo estadunidense no es una entelequia inanimada, sino un hecho dinámico insoslayable –verismo tangible— en las relaciones entre los Estados en el entorno internacional. Es realidad de la geopolítica que, en nuestro caso, resulta obvio.

II

El imperialismo es económico y, por tanto, político e incluso cultural –la aculturación es un mecanismo de poder y, ergo, dominación de pueblos y países-- y lograr subordinar la conducta de los Estados a los intereses que le son propios o subrogados.

Así, las políticas de los Estados son inspiradas, diseñadas y aplicadas (por éstos) en función de los intereses de los grandes consorcios económicos –industriales, tecnológicos, financieros y comerciales-- que, en el caso estadunidense, son globales.

Es decir, trasnacionales. El Estado estadunidense, al igual que lo fueron (y son aun) los Estados británico, español, francés, alemán, etc., está al servicio de los intereses de sus consorcios. Hasta el Estado mexicano defiende intereses como los de Cemex.

El poder monárquico-imperial –como el de las potencias del siglo XVI, como España e Inglaterra, entre otras-- ha sido reemplazado por otro tipo de imperialismo, el que se representa, verbi gratia, en el del Estado estadunidense.

Sus guerras son imperiales: ora para consolidar un statu quo o para ampliar éste o, para sofocar anhelos independentistas (como es el caso prolijamente documentado, histórico y actual, ocurrente, de Nuestra América, incluido México) o saquear más.

Entre esas riquezas identificaríanse las materias primas –bienes patrimoniales de un pueblo-- y control de mercados, concepto que por lo que toca a México describe con exactitud nuestra triste situación actual, de país dominado por dos fuerzas opresivas:

Una, el que conforman y representan los consorcios trasnacionales de Estados Unidos, España y Canadá principalmente, que determinan la naturaleza de las políticas bilaterales respecto a México de cada uno de esos tres Estados.

III

Y, otra, la que conforman y representan los grupos económicos y financieros internos locales –la oligarquía mexicana-- que comparten con los trasnacionales del exterior el saqueo escandaloso de las riquezas, incluyendo las que crea el propio quehacer humano.

Como resultado, el poder político del Estado mexicano subordina su quehacer como tal a los intereses oligárquicos locales y de los consorcios trasnacionales dominantes en el país. Ese hecho convierte al Estado mismo en un ente plutocrático.

Esa realidad y sus manifestaciones identifican un contexto de dependencia económica y política de México –el Estado y sus elementos constitutivos, incluyendo al principal, el pueblo-- con respecto a intereses creados similares, por sus secuelas, al colonial.

Los tratadistas llaman a éste fenómeno neocolonialismo, efecto de una cosmogonía imperialista --en el caso-- de Estados como el estadunidense, el español u otros subordinados al interés de grandes consorcios trasnacionales de esos países.

En esos consorcios trasnacionales únicamente se piensa en 1) las ganancias de sus accionistas, 2)En como asegurar un nivel óptimo de éstas e incluso 3) aunentarlas a como dé lugar. En México ello obsérvase didácticamente, cual libro de texto clásico.

Ello ha tenido consecuencia; continúa teniéndola. La independencia por la cual se libró una guerra que duró 14 años –el primer gobierno republicano se estableció hasta 1824— y desde entonces hasta hoy el afán liberador ha tenido altibajos, cimas y simas.

La epopeya de la independencia real de los pueblos que ocupaban el territorio --que desde 1519 y hasta 1821 colonizó y expolió España-- se inició al arribo mismo de Hernán Cortés a Chalchihuecan. Ha sido elusiva e inasible por casi 500 años.

El arribo español, realizado con fines de conquista rapiñesca --la que en lo político y militar ocurrió cronológicamente al caer México-Tenochtitlán en 1521 y, luego, México-Tlaltelolco— fue también hito del proceso étnico-cultural del mestizaje.

ffponte@gmail.com

www.faustofernandezponte.com

Glosario:

Atenco: poblado del Estado de México en donde los habitantes se han opuesto activamente a los abusos en el ejercicio del poder de las autoridades federales y estatales. Como consecuencia, el Estado ha reprimido violentamente esa oposición pacífica, al extremo de que a uno de sus dirigentes, Ignacio del Valle, se le sentenció a ¡140 años de cárcel!

Chiapas: entidad federada a los Estados Unidos Mexicanos y teatro de operaciones de una brutal guerra de contrainsurgencia y represión del poder político federal y local en agravio de los pueblos indios, en particular los identificados como zapatistas. Han habido matanzas de indígenas cometidas por paramilitares identificados con el PRI y/o el gobierno federal, como la de Acteal.

Genaro: Genaro Vázquez Rojas (1931-1972). Profesor rural, luchador social, dirigente político, guerrillero que operó en Guerrero en la década de los 60 y 70.

Lucio: Lucio Cabañas (1939-1974). Luchador social, dirigente político (Partido de los Pobres) , guerrillero en Guerrero.

Cuartel Madera: nombre de un enclave del Ejèrcito Mexicano en Chihuahua, en donde ocurrió en 1965 un ataque guerrillero.

Subrogados: transferidos. En representación de terceros.

Verbi gratia: por ejemplo.

Lecturas recomendadas:

Del agrarismo armado a la guerra de los pobres, de Masrco Bellingeri. Editorial Casa Juan Pablos.

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