Situación en la Embajada de la República Federativa de Brasil
En la Embajada se encuentran el Presidente Constitucional de la República de Honduras, José Manuel Zelaya Rosales, su esposa, Xiomara Castro de Zelaya, su hijo menor, José Manuel Zelaya Castro, diplomáticos brasileños, el Padre Andres Tamayo, periodistas de medios locales e internacionales, entre amigos, dirigentes políticos y seguidores, viviendo bajos las siguientes condiciones:
Existe una gran dificultad para el ingreso de alimentos, así como elementos de higiene personal, limpieza general, ropa, entre otros.
El desayuno se lleva a las 8 am y permiten su ingreso entre las 2 y 3 pm, similar situación sucede con el almuerzo que es ingresado hasta las 10 pm. Los alimentos son exageradamente registrados y manipulados con las manos al descubierto de los oficiales que también colocan la comida en el suelo para que los perros las olfateen.
Está siendo restringido el ingreso de medicamentos, y es limitado el tipo y cantidad de los mismos.
No permiten la evacuación de la basura de la casa agravando la situación de insalubridad.
Las personas duermen en el suelo sin colchonetas y sin ropa de cama.
No cuentan con hornilla o microondas para calentar la comida que llega siempre 6 horas después de preparada.
Tampoco se cuenta con una refrigeradora para mantener los alimentos frescos y no han permitido en ingreso de estos electrodomésticos.
También es necesario contar con equipo informático, una computadora, impresora y papel, para poder estar informados y trabajar en propuestas que enriquezcan el proceso de diálogo.
Así mismo es importante contar con un televisor al que tampoco han dejado introducir.
Además, han dificultado las visitas de la familia Zelaya al Sr. Presidente, primero no permitiéndoles el paso y luego con un registro minucioso que pretendieron aplicar incluso a su nieta de cuatro años violando los derechos del niño. Y ni hablar de las visitas a los demás acompañantes.
Por lo tanto solicitamos:
Que los alimentos entren sin demoras, y que su manipulación sea adecuada sin exponer los mismos a contaminación.
Que no existan restricciones para el ingreso de personal médico ni de medicamentos.
Que permitan el ingreso de elementos de higiene personal, limpieza, y ropa limpia, que se permita entregar diariamente la ropa sucia para su lavado.
Que diariamente se evacúe la basura.
Que se permita el ingreso de colchonetas, catres y almohadas.
Que se permita el ingreso de electrodomésticos básicos para calentar los alimentos y refrigerar los mismos.
En aras de facilitar el proceso de diálogo es preciso se permita el ingreso de equipo informático, insumos de oficina y un televisor.
Que se permita el ingreso de las familias a la embajada y que el registro de los mismos no resulte intimidatorio.
Que se le haga un fuerte llamado a la Fiscalía General de la República, quien es el ente nacional encargado, para que proceda con la misma celeridad con que actuo en días anteriores y posteriores al Golpe de Estado, a realizar inspecciones en las residencias vecinas a la Embajada y que se proceda al retiro y decomiso del equipo instalado.
La Embajada de la República Federativa del Brasil no es una cárcel, es territorio brasileño según la convención de Viena y es derecho de todos los ciudadanos y ciudadanas hondureñas transitar libremente por su país, y los funcionarios de la embajada brasileña los únicos autorizados para restringir el ingreso a la misma.
Creo que bajo estas condiciones de represión e indefensión, relacionadas con el uso de gases tóxicos, ondas electromagnéticas y de sonido, la militarización exagerada de la zona de la Embajada Brasileña, los constantes e ilegales toques de queda, los ataques contra las marchas de la resistencia nacional, lo que se esta dejando en evidencia una vez mas, es la actitud de intransigencia del Régimen Defacto, con el único fin de continuar boicoteando y dilatando el desarrollo de un Dialogo que nos lleve a una sincera y verdadera reconciliación nacional.
Zoe Zelaya Castro
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