Sique
Obama llamó este lunes a Felipe Calderón (México), a Álvaro Uribe (Colombia) y a Óscar Arias (Costa Rica), para "agradecerles" sus felicitaciones por recibir el premio Nobel de la Paz, y reafirmó con ellos "su intención" de "ayudar" a América Latina a enfrentar sus principales retos –la pobreza y el narcotráfico–. Es decir, llamó a sus lamebotas para que continúen sus políticas entreguistas.
A Fecal porque ha hecho de México, con sus antecesores, un país totalmente dependiente de la economía de Estados Unidos, razón por la cual somos el país más afectado por la crisis; ha convertido a México en un país en el que el narcotráfico ha proliferado como nunca con la atenta colaboración de Estados Unidos que mucho le interesa tener aquí, en su más cercano patio trasero, un cultivo de narcotráfico que alimente a sus bancos y que permita su injerencia, mareando con ello a la ciudadanía, y causándonos un baño de sangre diaria. Su llamada tiene como fin reafirmar que sigamos abasteciendo de recursos a su decadente imperio a ver si con ello se levanta.
Al narcotraficante Álvaro Uribe, para que siga firme aceptando cuanta base militar quiera Estados Unidos instalar en Colombia, desde donde pretende amenazar a toda Sudamérica. Le llama para agradecerle que le haya entregado al país. También como en el caso de México, Colombia seguirá siendo otro territorio de cultivo de narcotráfico y se seguirán cometiendo crímenes, como en México, con el pretexto del "crimen organizado".
A Oscar Arias, otro de sus lacayos, le llama por haber montado la farsa de la defensa de la democracia en Honduras. Le llama para agradecerle que le haya permitido dilatar la restitución de Zelaya a la presidencia de Honduras, ya que este país amenazaba con convertirse en una democracia que actuara en bienestar del pueblo hondureño.
Son llamadas que lejos de ser motivo de orgullo como lo sienten muchos indignos vendepatrias, son una vergüenza. Confirman la traición a sus connacionales y balconean la servidumbre a la que esos "presidentes", dos de ellos espurios pues han sido puestos a la fuerza por las oligarquías y los Estados Unidos - Fecal y Uribe -, han expuesto a sus naciones.
Más claro, ni el agua.
Así que un Premio Nobel de "la Paz" espurio porque que está metido en dos guerras que están provocando la muerte de centenares de personas cada día, porque acaba de enviar 13,000 soldados más a Afganistán, porque en su país se está construyendo la bomba más grande del mundo y porque nomás anda viendo dónde coloca bases militares por todo el planeta, llama al presidente espurio de México, al presidente espurio de Colombia y al conciliador espurio del golpe en Honduras. Dios los hace y lo espurio los junta. Dan asco.
A Fecal porque ha hecho de México, con sus antecesores, un país totalmente dependiente de la economía de Estados Unidos, razón por la cual somos el país más afectado por la crisis; ha convertido a México en un país en el que el narcotráfico ha proliferado como nunca con la atenta colaboración de Estados Unidos que mucho le interesa tener aquí, en su más cercano patio trasero, un cultivo de narcotráfico que alimente a sus bancos y que permita su injerencia, mareando con ello a la ciudadanía, y causándonos un baño de sangre diaria. Su llamada tiene como fin reafirmar que sigamos abasteciendo de recursos a su decadente imperio a ver si con ello se levanta.
Al narcotraficante Álvaro Uribe, para que siga firme aceptando cuanta base militar quiera Estados Unidos instalar en Colombia, desde donde pretende amenazar a toda Sudamérica. Le llama para agradecerle que le haya entregado al país. También como en el caso de México, Colombia seguirá siendo otro territorio de cultivo de narcotráfico y se seguirán cometiendo crímenes, como en México, con el pretexto del "crimen organizado".
A Oscar Arias, otro de sus lacayos, le llama por haber montado la farsa de la defensa de la democracia en Honduras. Le llama para agradecerle que le haya permitido dilatar la restitución de Zelaya a la presidencia de Honduras, ya que este país amenazaba con convertirse en una democracia que actuara en bienestar del pueblo hondureño.
Son llamadas que lejos de ser motivo de orgullo como lo sienten muchos indignos vendepatrias, son una vergüenza. Confirman la traición a sus connacionales y balconean la servidumbre a la que esos "presidentes", dos de ellos espurios pues han sido puestos a la fuerza por las oligarquías y los Estados Unidos - Fecal y Uribe -, han expuesto a sus naciones.
Más claro, ni el agua.
Así que un Premio Nobel de "la Paz" espurio porque que está metido en dos guerras que están provocando la muerte de centenares de personas cada día, porque acaba de enviar 13,000 soldados más a Afganistán, porque en su país se está construyendo la bomba más grande del mundo y porque nomás anda viendo dónde coloca bases militares por todo el planeta, llama al presidente espurio de México, al presidente espurio de Colombia y al conciliador espurio del golpe en Honduras. Dios los hace y lo espurio los junta. Dan asco.
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