viernes, octubre 16, 2009

Vitral.Iban tras ellos

Por Javier Solórzano






16 octubre 2009

Independientemente de la numerosa marcha de ayer, da la impresión de que lo que originalmente se pensaba sobre la liquidación del Luz y Fuerza está cambiando. Cada vez más voces, sin dejar de reconocer la buena cantidad de problemas de la empresa, han pasado a preguntarse por qué se ha señalado de manera tan directa al SME. El sindicato ha sido visto como una parte fundamental del problema, pero lo cierto es que la única manera de entender lo que está pasando es a través de una mirada integral.

Si el sindicato ha terminado por ser una especie de “charrismo de izquierda”, se debe a que muchos años fue parte de las complicidades de un sistema que en muchas de sus instancias sigue vigente. El SME se ha opuesto a las políticas de Los Pinos en tiempos del PRI y ahora del PAN, pero eso no lo exime de ser considerado lo más acabado de la “aristocracia sindical”.

Los gobiernos panistas de Fox y Calderón tuvieron al inicio de sus mandatos la posibilidad de dar un golpe directo a lo que tanto fustigaban: el corporativismo sindical. No lo hicieron, pero cuando sí, fue contra aquellos que asumían posiciones duras contra el gobierno, independientemente de todas las críticas que merecen el sindicato de mineros y el propio SME.

No se tomó la decisión en sábado para evitar problemas mayores, se hizo para dar un golpe prediseñado; si no fuera así pensaríamos de nuevo que Los Pinos improvisa más de lo que imaginábamos. Cuesta trabajo creer que lo único que querían era recuperar y hacer viable una empresa que lleva nueve años bajo ordeña panista. No está en duda que LyFC requería cirugía mayor. La clave no sólo era cómo hacerlo, sino la voluntad política para instrumentarlo. Tuvieron a la mano al SME para meterlo a la discusión y pensar en los más de 42 mil trabajadores a quienes ahora se apura para que acepten, antes del 14 de noviembre, las liquidaciones sacadas de quién sabe dónde. No lo hicieron porque tenían como estrategia un golpe como el que dieron.

Resulta excesiva la campaña mediática que pondera la valentía de Calderón. Quizá la verdadera valentía, por decirlo de alguna manera, era y es cambiar el rumbo de un país congelado en el tiempo, premoderno y cargado de pobreza que urge revertir pero no tronando a un sindicato. No piensan en los dineros del poder económico, el mismo que se hace más poderoso en la medida en que crece la pobreza y el mismo que ni impuestos paga, como bien dice la incómoda Auditoría Superior de la Federación.

¡OUUCHCHCH! En un incidente aún confuso, un inmigrante hondureño habría asesinado a una mujer en Saltillo. Lamentable por donde se vea. Lo grave es que ha servido para una campaña contra los migrantes centroamericanos. En el absurdo, se exige el cierre de las casas que los acogen. Parece que no son suficientes secuestros y la violencia diaria de Los Zetas.

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