JALAPA, Ver., 19 de noviembre (apro).- El Frente Democrático Oriental de México "Emiliano Zapata" (Fdomez), denunció que en los últimos días, se ha intensificado la presencia policíaca-militar en la región de la Huasteca, donde, "además de acosar a las comunidades indígenas, realizan labores de espionaje".
Tanto en la región de la Huasteca veracruzana como en la hidalguense, "la represión no se ha detenido y sólo ha cambiado las formas, ya que hay temporadas en que la milicia se retira y en otras intensifica su presencia en brechas y comunidades", afirmaron miembros del Fdomez.
"Llegan a las comunidades intimidando y violentando el orden. Nos dicen que llevan seguridad para nosotros", señaló Braulio Morales, miembro de ese frente, quien dijo que, desde principios de este mes, se intensificó la presencia policiaca y militar en la zona. "Inclusive, nos han preguntado si hemos visto a guerrilleros", añadió.
Señaló que también "se han intensificado las labores de inteligencia a través de `redes de orejas` y periodistas pagados" para que espíen y criminalicen la lucha de esta organización, "con la intención de sembrar pruebas y justificar la toma y ocupación de las comunidades y la detención de nuestros representantes".
En conferencia de prensa, Morales dijo que esta situación se ha registrado en comunidades de los municipios de Ixhuatlán de Madero y Benito Juárez, al norte de la entidad, "con el pretexto de que andan buscando talamontes, abigeos, guerrilleros y traficantes de armas".
Refirió que, el 4 de noviembre pasado, "entró una camioneta de Seguridad Pública estatal con seis elementos que portaban armas de alto poder a la comunidad Doroteo Arango, en Benito Juárez".
Dijo que la mañana del pasado 7 de noviembre, "se instalaron policías armados en varios cruceros de ese municipio, como Pahuatitla, Ahuapilol, Doroteo Arango, Terrero y Ricardo Flores Magón, para posteriormente internarse en el monte".
Añadió que, el pasado 13 de noviembre, en la comunidad de Teconhaxochilt I, entró un camión DINA número 089274 "repleto de soldados" camuflados y que en el camino al pueblo detuvieron a un campesino "amagándolo con sus armas, interrogándolo sobre grupos insurrectos y
talamontes".
En tanto, indicó, "un grupo de soldados destruía y robaba las partes de una camioneta del aserrador que estaba trabajando en el pueblo, pero un grupo de compañeros les impidió continuar y les exigió respeto a la comunidad y a los derechos humanos de los habitantes".
Ante ello, agregó, "los soldados se retiraron, pero amenazaron que volverían. Se reían y se burlaban por el robo de un estéreo y la destrucción de la camioneta".
Dijo que al frente de los militares iba el teniente de infantería y comandante de la base de Chicontepec, perteneciente al 39 Batallón de Tuxpan, que fue identificado como Martín Valencia Tenorio.
Ese mismo día, señaló, entró otro grupo de siete soldados, a cargo del segundo mando, de apodo "Zar", "quien fue en busca de un muchacho de la Mesa, municipio de Huautla, Hidalgo, Odilón Martínez, que dijeron lo conocen desde hace tiempo y se reporta con ellos".
Morales dijo que "el pretexto de patrullar las comunidades y entrar a los montes, fue que vieron pasar a gente armada", y horas después de que se retiraron los militares de la comunidad, llegó el alcalde de Chicontepec, Juan Santiago, "dizque para preguntar en qué condiciones estaba la camioneta que destruyeron los soldados".
En opinión de los representantes de esa organización, "fue el alcalde de Chicontepec el que mandó a los militares para ver la reacción de nuestra comunidad, lo que deja en claro la coordinación de los gobiernos estatal y municipal con el Ejército para hostigar y reprimir a los pueblos indígenas".
Aseguró que, el pasado 14 de noviembre, nuevamente se presentaron elementos del Ejército en esa comunidad, para "ofrecer medicamentos y ver cómo estaban las cosas. Y, para calmar la situación, entregaron lo que se habían robado de la camioneta y empezaron a tomar fotografías".
"Ahí, el teniente que dijo llamarse Martín Valencia, se disculpó de los abusos cometidos por los soldados. Sin embargo, le exigimos que reparara el daño, por lo que entregó tres mil pesos, que era lo que abonamos al aserrador para los muebles de una escuela y la reparación de la iglesia", añadió.
Dijo que ·"el acoso continuó el 15 del noviembre cuando llegó a la comunidad de Tecomaxchitl II, municipio de Chicontepec, una patrulla de la policía estatal, cuyos elementos preguntaban por gente armada que pasa por ese rumbo".
Ante esta situación, los representantes del Fdomez solicitaron la intervención del Congreso local para que cese el hostigamiento policiaco- militar contra los indígenas de la región de la Huasteca.
Fuente: Proceso
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