20 noviembre 2009
El ánimo en el que anda el país no es casual. La clase política parece incompetente y el país va sin rumbo. Los que gobiernan no saben qué hacer, la oposición entre que goza y vislumbra su futuro, mientras los ciudadanos andamos en la incertidumbre, la adversidad, la confusión, con gobernantes sin brújula y 50 millones de pobres. Mismos problemas de hace 10 años pero que ahora son más graves.
A Felipe Calderón se le está yendo el país de las manos. Fue derrotado en las intermedias y no hizo cambio que pudiera ser parte de un acuse de recibo del mensaje enviado por los ciudadanos. Va de enfrentamiento en enfrentamiento luego de los cuales le da por recular. Bajo el síndrome foxista de “lo que quiso decir” ha lanzado ya en tres ocasiones frases contra los empresarios para luego atenuar sus afirmaciones.
Pareciera que los problemas no pasan por Los Pinos. No asoma la autocrítica y cuando surgen voces discordantes no se atienden o se lanza la maquinaria vía los medios, con los cuales se lleva una singular relación de conveniencias mutuas. Calderón tuvo, al inicio del sexenio, la opción de establecer nuevas relaciones con los medios, en particular con la tv, y no lo hizo. Tratar de hacerlo ahora será enfrentar un poder que él mismo se ha dedicado a proteger y “granjear”.
Se le está yendo el país de su control. No se trata de que lo tenga en un puño, sino de que lo gobierne. Esta semana aparecieron dos informaciones que confirman que no hay avance sino retroceso. Transparencia Internacional informó que seguimos a la baja entre los países más corruptos. En menos de tres años pasamos del lugar 72 al 89. Por otra parte, el Nobel de Economía Joseph Stiglitz vino a decir que la estrategia del gobierno mexicano ante la crisis fue de las “peores”.
Pero no sólo se le está yendo al Presidente el país, se nos va a todos. El 2010 va a ser muy probablemente el año de la reorganización social. No hay dinero, no se responde ante la crisis y la sociedad se ha venido organizando sin necesidad de partidos y gobiernos. Si no se responde a las demandas, si crece la pobreza, si no hay ánimo y si Calderón sigue como perdido, el escenario tendrá que cambiar. La reorganización social es cuestión de tiempo porque la económica a ver quién la encuentra.
¡OOUUUCHCHCHCH! La discusión sobre la Ley de Ingresos estaba a todo. Llegaron los legisladores a ver al secretario cercano al ánimo del inquilino de Los Pinos. Sorpresa para todos. Estaba sentado en algo así como flor de loto. Ahí los tuvo buen rato. Se fueron como llegaron, sin nada.
A Felipe Calderón se le está yendo el país de las manos. Fue derrotado en las intermedias y no hizo cambio que pudiera ser parte de un acuse de recibo del mensaje enviado por los ciudadanos. Va de enfrentamiento en enfrentamiento luego de los cuales le da por recular. Bajo el síndrome foxista de “lo que quiso decir” ha lanzado ya en tres ocasiones frases contra los empresarios para luego atenuar sus afirmaciones.
Pareciera que los problemas no pasan por Los Pinos. No asoma la autocrítica y cuando surgen voces discordantes no se atienden o se lanza la maquinaria vía los medios, con los cuales se lleva una singular relación de conveniencias mutuas. Calderón tuvo, al inicio del sexenio, la opción de establecer nuevas relaciones con los medios, en particular con la tv, y no lo hizo. Tratar de hacerlo ahora será enfrentar un poder que él mismo se ha dedicado a proteger y “granjear”.
Se le está yendo el país de su control. No se trata de que lo tenga en un puño, sino de que lo gobierne. Esta semana aparecieron dos informaciones que confirman que no hay avance sino retroceso. Transparencia Internacional informó que seguimos a la baja entre los países más corruptos. En menos de tres años pasamos del lugar 72 al 89. Por otra parte, el Nobel de Economía Joseph Stiglitz vino a decir que la estrategia del gobierno mexicano ante la crisis fue de las “peores”.
Pero no sólo se le está yendo al Presidente el país, se nos va a todos. El 2010 va a ser muy probablemente el año de la reorganización social. No hay dinero, no se responde ante la crisis y la sociedad se ha venido organizando sin necesidad de partidos y gobiernos. Si no se responde a las demandas, si crece la pobreza, si no hay ánimo y si Calderón sigue como perdido, el escenario tendrá que cambiar. La reorganización social es cuestión de tiempo porque la económica a ver quién la encuentra.
¡OOUUUCHCHCHCH! La discusión sobre la Ley de Ingresos estaba a todo. Llegaron los legisladores a ver al secretario cercano al ánimo del inquilino de Los Pinos. Sorpresa para todos. Estaba sentado en algo así como flor de loto. Ahí los tuvo buen rato. Se fueron como llegaron, sin nada.
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