Recurre a la fuerza por la debilidad de su gobierno, sostiene
El mensaje es: aunque me vean débil, el Ejército está conmigo
De la redacción / Periódico La Jornada
Al adoptar la decisión de festejar el aniversario de la Revolución Mexicana con un desfile cívico-militar, lo que el gobierno de Felipe Calderón está celebrando es al porfiriato y al Ejército Federal, que fue la fuerza que salió contra la Revolución, afirmó el historiador Lorenzo Meyer.
A propósito del anuncio que hizo ayer la coordinación ejecutiva nacional para las conmemoraciones de 2010 acerca del desfile de caballería y carros alegóricos conmemorativo del 99 aniversario del inicio de la Revolución Mexicana, que se realizará este sábado, el académico opinó que "el mensaje es claro y hasta primitivo, ya que Calderón inició su gobierno con una declaración de guerra contra el crimen organizado, con el respaldo del Ejército.
Al final de cuentas, invocar a la fuerza es la razón última de cualquier régimen, ya sea de izquierda o de derecha. Un gobierno panista no puede tener ningún entusiasmo frente a un movimiento como el de la Revolución de 1910-1920, porque eso significa el derrocamiento de un orden institucionalizado, lo cual para los panistas es casi contra natura, ya que representa la destrucción de un orden institucional por un levantamiento popular.
En charla con La Jornada, Meyer consideró que "en el preámbulo de los festejos del bicentenario de la Revolución y los rumores del descontento que trata de revivir el espíritu rebelde de 1910, esta celebración se parece más a las fiestas con motivo del centenario de la revolución que hizo Porfirio Díaz antes de la Revolución, donde sacó al Ejército Federal. Más bien pareciera el amedrentamiento frente al espíritu nacionalista de algunos mexicanos.
Como parte del pensamiento panista, más bien les gusta pensar en una evolución de las instituciones de manera paulatina, a largo plazo, como una lenta adecuación de las instituciones, pero no las revoluciones. Lo lógico es lo que hizo Vicente Fox al cancelar el desfile conmemorativo (en 2006): es más honesto.
El autor de Fin de régimen y democracia incipiente. México hacia el siglo XXI (1998) puntualizó que Calderón invoca con frecuencia la fuerza y que "una razón puede interpretarse como la debilidad de un gobierno que intenta dar el mensaje: 'aunque me vean débil, el Ejército está conmigo y no se les ocurra hacer una revolución'. Más que un mensaje para celebrar, es un mensaje contra la Revolución.
"Sin embargo, hay que reconocer que cuando surgió el desfile cívico quien salía a las calles era el Ejército, pero vestido de deportista; no mostraban armas. Después ya fue algo burocrático, sin espíritu, donde convertían en atletas a burócratas disfrazados, sin mucha convicción.
Ahora pasamos de algo desagradable y burócrata a un pretexto para sacar a la gente del general Galván, quienes están detrás de Calderón, concluyó el politólogo.
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