Por Ricardo Andrade Jardí
A unos días de iniciar el proceso electoral en Oaxaca, ese estado, gobernado por Ulises Ruiz, vuelve a ser una alerta del alto costo que deja la IMPUNIDAD represiva en México.
Sujetos armados, presuntos integrantes de la Unión de Bienestar Social de la Región Triqui (Ubisort), vinculada al Partido Revolucionario Institucional (PRI), emboscaron y tirotearon una caravana internacional de observadores civiles, que se dirigía al autónomo municipio de San Juan Copala en la zona de la mixteca, pobre entre las más pobres del mundo, se puede afirmar, sin mentir.
El saldo extraoficial es de cuando menos dos muertos y más de 13 heridos así como de un número incierto, al parecer, de desaparecidos. Entre ellos dos periodistas que cubrían la caravana civil que pretendía entregar víveres y cobijas al municipio autónomo de San Juan Copala, sede del Movimiento de Unificación y Lucha Triqui-Independiente (MULT-I). Lo anterior luego de dos semanas, en que los paramilitares allegados al gobernador priísta de Oaxaca, cerraran el único acceso a San Juan Copala.
La caravana, de observadores civiles, tenían la intención de supervisar el regreso de los profesores de la sección 22 del SNTE, obligados al exilio desde hace meses, por la violencia desatada por Ubisort y Rufino Juárez, líder del grupo paramilitar, que impunemente actúa contra los integrares del magisterio disidente de Oaxaca; así como para documentar los atropellos contra esa autónoma población.
La IMPUNIDAD represiva con la que se desgobierna Oaxaca es una señal para todo el país de cómo actúa la cerrazón ejercida desde el poder. La descomposición ética de los políticos ha llevado a los criminales pactos entre las diferentes fracciones del PRIAN que han protegido al “góber precioso” de Puebla y al gobernador asesino de Oaxaca, a cambio de esta o aquella reforma “estructural”, garantizando que la ilegalidad (IMPUNIDAD) con la que se mueven algunos gobernantes quede sin castigo.
La IMPUNIDAD garantizada por el PRIAN a los crímenes de Ulises Ruiz da pie para que Ubisort se sienta segura de la IMPUNIDAD que gozará en lo que considera la libertad incluso de asesinar, de cerrar el libre tránsito de las personas. Tal cual lo hacen los grupos de sicarios del crimen organizado en el Norte del país sin que exista ya ninguna autoridad que pueda controlarlos. En Oaxaca, además, es posible que no exista ni siquiera la voluntad de controlar nada, pues el grupo de pistoleros que encabeza Rufino Juárez es afín a la política represiva de Ulises Ruiz; reacción natural de aquellos que desgobiernan sin legitimidad o de quienes han preferido desoír las demandas de la ciudadanía.
Es claro que el ala auto nombrada “social demócrata” del PRIAN, aunque no sea más que una mala caricatura de esa corriente de pensamiento político, ha decidido, ante la posibilidad latente de perder el control político de la rebelde Oaxaca, apostar nuevamente por la violencia. Sólo que esta vez será incontrolable y con un terrible costo para el país entero.
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