WASHINGTON, 25 de mayo (apro).- El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, tomó la decisión de enviar a la frontera con México a mil 200 integrantes de la Guardia Nacional, a fin de contener la posibilidad de contagio de la narcoviolencia que azota a la frontera norte mexicana.
De acuerdo con el influyente diario estadunidense The Washington Post, con el despliegue de la Guardia Nacional en la frontera con México, Obama busca conseguir el respaldo del Partido Republicano para poder empujar en el Congreso federal un proyecto de ley de reforma amplia de inmigración.
Un funcionario del gobierno de Estados Unidos adelantó al rotativo que la Casa Blanca solicitará al Capitolio 500 millones de dólares adicionales del presupuesto dedicado a la Seguridad Fronteriza, para darle forma al plan de sellar la frontera que comparte EU con México, a fin de contener el posible contagio de la violencia que genera el trasiego de drogas, así como el flujo de inmigrantes indocumentados mexicanos y los procedentes de otros países latinoamericanos.
Los 500 millones adicionales del presupuesto proveerán “un fortalecimiento inmediato” para garantizar la seguridad fronteriza, que es tradicionalmente el pedido del Partido Republicano, mismo que en el estado de Arizona logró la aprobación y promulgación de una ley discriminatoria hacia los inmigrantes indocumentados que vivan en esa entidad colindante con el territorio mexicano.
The Washington Post reportó que los mil 200 integrantes de la Guardia Nacional que vigilarían la zona limítrofe se unirán a los 340 efectivos que ya se encuentran custodiando la región sur de la frontera de Estados Unidos.
La misión de los militares de la Guardia Nacional es apoyar las acciones de las agencias federales que se encargan de monitorear los cruces fronterizos para contener la posible entrada de narcotraficantes, drogas e inmigrantes indocumentados.
La decisión de Obama se da a menos de una semana de la visita de Estado que le hizo el presidente Felipe Calderón, quien en su discurso, primero ante la Casa Blanca y posteriormente ante una sesión conjunta del Congreso federal, pidió “no criminalizar” a la inmigración indocumentada, tomando en cuenta que los pueblos de México y Estados Unidos, además de vecinos, son aliados y socios comerciales.
Delante del presidente Calderón, Obama dijo que aunque está de acuerdo y respalda una reforma migratoria amplia para resolver el estatus de residencia en Estados Unidos de 12 millones de inmigrantes indocumentados, no cuenta con los votos que se requieren, sobre todo en el Senado, para sacar adelante una legislación que reforme las leyes migratorias.
En el Capitolio, algunos legisladores republicanos que este martes se reunieron con Obama en el seno del poder legislativo se declararon insatisfechos y sorprendidos con la determinación del mandatario de desplegar a la Guardia Nacional.
Desde hace varias semanas, los gobernadores de los estados que colindan con el territorio de México –California, Arizona, Nuevo México y Texas– le exigieron a Obama desplegar a la Guardia Nacional a lo largo de la zona limítrofe, sobre todo para evitar cualquier posibilidad de que la narcoviolencia que atañe a México cruce a la frontera norte.
Y hace un par de semanas los senadores republicanos del estado de Arizona, John McCain y Jon Kyl, develaron un plan de proyecto de reforma migratoria, en el que, entre otras medidas radicales contra los inmigrantes indocumentados, exigen el despliegue de por lo menos 6 mil soldados de la Guardia Nacional a lo largo de toda la frontera que comparte la Unión Americana con México.
En tanto, en México la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) confió en que el despliegue de mil 200 elementos de la Guardia Nacional de Estados Unidos a la frontera sur se traduzca en la canalización de más recursos para prevenir el tráfico ilegal de armas y dinero en efectivo por parte del crimen organizado.
Además, destacó que la responsabilidad compartida debe continuar como la base de los esfuerzos conjuntos contra la delincuencia organizada que opera en ambos lados de la frontera.
"El gobierno de México respeta las decisiones soberanas del gobierno de Estados Unidos. Sin embargo, subraya que la responsabilidad compartida debe continuar siendo la base de nuestros esfuerzos conjuntos contra la delincuencia organizada que opera en ambos lados de la frontera", apuntó la SRE en un comunicado difundido después del anuncio de la Casa Blanca.
Las autoridades mexicanas también dijeron confiar en que el personal de la Guardia Nacional, en apego a sus funciones, no realizará actividades directamente vinculadas a la aplicación de las leyes migratorias.
"México está decidido a continuar trabajando en su territorio para garantizar la seguridad y el bienestar de las comunidades fronterizas y para enfrentar y desmantelar a las organizaciones delictivas, así como sus vínculos con el narcotráfico y el tráfico de personas", indicó la Cancillería.
"Como parte de nuestra estrategia conjunta en el combate contra la delincuencia organizada transnacional, hay acciones que nuestros dos países desarrollan conjuntamente, pero hay otras que México y EU desarrollan de manera independiente, en el ámbito de sus respectivos territorios".
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