18 junio 2010
ma@granadoschapa.com
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Aporto la noticia de un telefonema del Fidel Herrera, que se agrega, aunque su materia sea diversa, a los publicados el miércoles por el diario “Excélsior” y a los dados a conocer el jueves por el líder panista César Nava. En el que conozco, el propio gobernador de Veracruz amenaza con chi... a un ciudadano con voz pública que se ha caracterizado por su examen crítico a la tarea gubernamental en el sexenio que está por terminar (o que se prolongará si triunfa el PRI en la persona de Javier Duarte, escogido por Herrera por su fidelidad).
Los telefonemas en que el gobernador aparece muy lucidor ofreciendo dinero a candidatos a diputaciones y alcaldías son conocidos porque las llamadas del Ejecutivo veracruzano fueron interferidas. Es probable que esa tarea corresponda al equipo de Miguel Ángel Yunes Linares, el candidato del PAN y del Panal en la actual contienda. Ya antes el propio Yunes había alardeado de conocer información del comportamiento del gobernador y su equipo cuando, al aire, denunció en el programa de noticias conducido por Ciro Gómez Leyva que el Gabinete de Comunicación Estratégica, además de realizar encuestas, motivo por el que llamó al programa, mantenía contrato de consultoría política con el PRI, lo cual no fue negado por el director de esa empresa, Federico Berrueto, presente en la emisión. Yunes se ufanó de saber lo que sólo sabían quienes lo habían dicho por teléfono.
Por mi parte, el propio destinatario del improperio amenazante de Herrera me hizo llegar la grabación del telefonema correspondiente. Se trata de Omar Herrera, un comunicador que recientemente promueve una carta abierta en que endereza una crítica acerba a la gestión de su tocayo de apellido con el que no lo vincula parentesco alguno, y la ha mantenido a lo largo del sexenio. Omar Herrera forma parte de un grupo llamado Fuerzas Unidas por la Verdad y por un Mejor Veracruz, a los que el gobierno estatal ha amagado, y en el que figura Elfego Riveros, director de Radio Teocelo, una prestigiada y ya veterana emisora radiofónica comunitaria, que en 2007 obtuvo el Premio Nacional de Periodismo. Esa estación no escapa a la estrategia de asedio e intimidación practicada desde el palacio de gobierno de Jalapa contra comunicadores a los que se juzga insumisos, renuentes a las ofertas de cooptación gubernamentales.
El derroche de recursos, públicos o de otra procedencia que está siendo practicado por el gobierno de Veracruz, y organizado de tal modo que hay un secretario, Guillermo Herrera, nombrado ex profeso para atender los pedidos de los candidatos priístas, es una necesidad del gobernador saliente. Al menos por dos razones es de alta prioridad el triunfo de Duarte. Por un lado, porque sus aspiraciones de contender por la presidencia del PRI y aún por la de la república se verían liquidadas si pierde la elección próxima, de la que aspira a emerger como un capitán vencedor que conduce a los suyos a la victoria. Por otro lado, necesita que Duarte y ciertos diputados lo protejan en su retirada es decir, le cuiden las espaldas, ya que como ex titular del Ejecutivo Fidel Herrera puede quedar en posición vulnerable si la legislatura local examina con escrúpulo las cuentas de su gobierno y las suyas personales, así como sus eventuales vínculos con jefes del narcotráfico.
En febrero pasado me referí a esto último, así como a la decisión de que lo sucediera Duarte, diputado federal porque derrotó en Córdoba, el año pasado, a Carlos Hermosillo, sin preparación para una contienda electoral en que ya se jugaba la candidatura al gobierno del estado. El director de comunicación social del gobierno veracruzano, Alfredo Gándara, negó los diversos señalamientos, posición en que yo hallé una aceptación de sus relaciones con personas dedicadas a actividades ilícitas. Dijo el presunto desmentido que “en Veracruz, el gobernador del estado se dedica a los asuntos que son de su competencia. Los asuntos internos de los partidos políticos son de los partidos”. Negar que Herrera trabajaba para hacer candidato a Duarte, cuando eso era verdad ampliamente sabida, destruía el valor de su otra negativa, la relacionada con la delincuencia.
Los telefonemas de Herrera con sus validos, que gobernarán de algún modo si triunfan el ya inminente 4 de julio no serán útiles para Acción Nacional en sus denuncias ante los órganos electorales pertinentes, porque proceden de una acción ilegal, como es interferir llamados telefónicos. Pero ofrecen pistas para armar acusaciones sobre la intervención de Herrera en los comicios. Por ejemplo, no sería difícil seguir el trayecto de los diez millones de pesos ofrecidos a Renato Tronco Gómez, candidato a alcalde de Las Choapas, para la conclusión de un camino prometido en su campaña. Pueden hacerlo esas autoridades o legisladores locales y federales panistas que desde sus competencias averigüen el origen y el destino de aquella millonada. Seguramente el monto rebasa los límites del gasto de campaña y su comprobación anularía el resultado en aquella municipalidad.
Es remota, en cambio, la posibilidad del juicio político que el PAN impulsaría contra el gobernador. Herrera domina el Congreso local y su bancada en san Lázaro es numerosa e influyente. El gobernador cuenta con su poder, que ejerce con plenitud según su ufana confesión, sobre las cámaras para alejar de sí todo riesgo de enjuiciamiento por derrochar dinero en asegurar el triunfo de los suyos, que es el propio.— México, D.F.
karina_md2003@yahoo.com.mx ————— *) Periodista
Los telefonemas en que el gobernador aparece muy lucidor ofreciendo dinero a candidatos a diputaciones y alcaldías son conocidos porque las llamadas del Ejecutivo veracruzano fueron interferidas. Es probable que esa tarea corresponda al equipo de Miguel Ángel Yunes Linares, el candidato del PAN y del Panal en la actual contienda. Ya antes el propio Yunes había alardeado de conocer información del comportamiento del gobernador y su equipo cuando, al aire, denunció en el programa de noticias conducido por Ciro Gómez Leyva que el Gabinete de Comunicación Estratégica, además de realizar encuestas, motivo por el que llamó al programa, mantenía contrato de consultoría política con el PRI, lo cual no fue negado por el director de esa empresa, Federico Berrueto, presente en la emisión. Yunes se ufanó de saber lo que sólo sabían quienes lo habían dicho por teléfono.
Por mi parte, el propio destinatario del improperio amenazante de Herrera me hizo llegar la grabación del telefonema correspondiente. Se trata de Omar Herrera, un comunicador que recientemente promueve una carta abierta en que endereza una crítica acerba a la gestión de su tocayo de apellido con el que no lo vincula parentesco alguno, y la ha mantenido a lo largo del sexenio. Omar Herrera forma parte de un grupo llamado Fuerzas Unidas por la Verdad y por un Mejor Veracruz, a los que el gobierno estatal ha amagado, y en el que figura Elfego Riveros, director de Radio Teocelo, una prestigiada y ya veterana emisora radiofónica comunitaria, que en 2007 obtuvo el Premio Nacional de Periodismo. Esa estación no escapa a la estrategia de asedio e intimidación practicada desde el palacio de gobierno de Jalapa contra comunicadores a los que se juzga insumisos, renuentes a las ofertas de cooptación gubernamentales.
El derroche de recursos, públicos o de otra procedencia que está siendo practicado por el gobierno de Veracruz, y organizado de tal modo que hay un secretario, Guillermo Herrera, nombrado ex profeso para atender los pedidos de los candidatos priístas, es una necesidad del gobernador saliente. Al menos por dos razones es de alta prioridad el triunfo de Duarte. Por un lado, porque sus aspiraciones de contender por la presidencia del PRI y aún por la de la república se verían liquidadas si pierde la elección próxima, de la que aspira a emerger como un capitán vencedor que conduce a los suyos a la victoria. Por otro lado, necesita que Duarte y ciertos diputados lo protejan en su retirada es decir, le cuiden las espaldas, ya que como ex titular del Ejecutivo Fidel Herrera puede quedar en posición vulnerable si la legislatura local examina con escrúpulo las cuentas de su gobierno y las suyas personales, así como sus eventuales vínculos con jefes del narcotráfico.
En febrero pasado me referí a esto último, así como a la decisión de que lo sucediera Duarte, diputado federal porque derrotó en Córdoba, el año pasado, a Carlos Hermosillo, sin preparación para una contienda electoral en que ya se jugaba la candidatura al gobierno del estado. El director de comunicación social del gobierno veracruzano, Alfredo Gándara, negó los diversos señalamientos, posición en que yo hallé una aceptación de sus relaciones con personas dedicadas a actividades ilícitas. Dijo el presunto desmentido que “en Veracruz, el gobernador del estado se dedica a los asuntos que son de su competencia. Los asuntos internos de los partidos políticos son de los partidos”. Negar que Herrera trabajaba para hacer candidato a Duarte, cuando eso era verdad ampliamente sabida, destruía el valor de su otra negativa, la relacionada con la delincuencia.
Los telefonemas de Herrera con sus validos, que gobernarán de algún modo si triunfan el ya inminente 4 de julio no serán útiles para Acción Nacional en sus denuncias ante los órganos electorales pertinentes, porque proceden de una acción ilegal, como es interferir llamados telefónicos. Pero ofrecen pistas para armar acusaciones sobre la intervención de Herrera en los comicios. Por ejemplo, no sería difícil seguir el trayecto de los diez millones de pesos ofrecidos a Renato Tronco Gómez, candidato a alcalde de Las Choapas, para la conclusión de un camino prometido en su campaña. Pueden hacerlo esas autoridades o legisladores locales y federales panistas que desde sus competencias averigüen el origen y el destino de aquella millonada. Seguramente el monto rebasa los límites del gasto de campaña y su comprobación anularía el resultado en aquella municipalidad.
Es remota, en cambio, la posibilidad del juicio político que el PAN impulsaría contra el gobernador. Herrera domina el Congreso local y su bancada en san Lázaro es numerosa e influyente. El gobernador cuenta con su poder, que ejerce con plenitud según su ufana confesión, sobre las cámaras para alejar de sí todo riesgo de enjuiciamiento por derrochar dinero en asegurar el triunfo de los suyos, que es el propio.— México, D.F.
karina_md2003@yahoo.com.mx ————— *) Periodista
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