Hace 11 años, la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) se hallaba inmersa en su séptima semana de bombardeos contra la República Federal de Yugoslavia, la república que vio cómo 1 mil aviones de los ejércitos de Occidente volaban sobre ella en 38 mil misiones de combate, arrojando bombas desde el cielo y lanzando misiles de crucero Tomahawk desde el Mar Mediterráneo.
Como agotaron velozmente los objetivos militares, los aviones de combate de la OTAN decidieron bombardear los denominados blancos de oportunidad, incluidos puentes sobre el Río Danubio, fábricas, la sede en la capital de la radiotelevisión de Serbia (donde murieron 16 de sus trabajadores), una columna de refugiados en Kosovo, las oficinas de los partidos políticos y las residencias de los dirigentes del gobierno y de los embajadores extranjeros; un tren de pasajeros, una procesión religiosa, hospitales, patios de apartamentos, hoteles, las embajadas suiza y sueca, y la red de transporte de la energía eléctrica del país.
Se desplegaron los aviones Apache estadunidenses y los Harrier británicos en los ataques sobre el terreno, y se inundó Yugoslavia de fragmentos de bombas de racimo sin detonar, y de contaminación de uranio empobrecido.
Washington y otras capitales occidentales promovieron la campaña de bombardeos de 68 días de duración, que la OTAN denominó Operación Fuerza Aliada, y Estados Unidos, Operación Yunque Noble, la primera “guerra humanitaria” de la historia.
Estados Unidos y la OTAN incrementaron de forma espectacular el temerario ataque con una incursión nocturna el 7 de mayo contra la embajada de China en Belgrado, en la que cinco bombas estadunidenses impactaron a la vez contra el edificio de la misma, matando a tres ciudadanos chinos e hiriendo a 20 más.
El gobierno de China denunció la acción como lo que era: un “crimen de guerra”, un “ataque brutal y una grave violación de la soberanía china”, y un “acto de barbarie de la OTAN”.
Durante la larga Guerra Fría, se había asumido que las acciones militares del bloque de la OTAN causarían muertos y heridos entre los soldados y civiles de los Estados miembros del Pacto de Varsovia. Pero las primeras víctimas de la OTAN fueron las serbias y las chinas.
Cuando la guerra terminó el 11 de junio, Occidente había conseguido todo lo que se había propuesto: 50 mil soldados, bajo el mando de la OTAN, entraron en la provincia de Kosovo, donde 12 mil permanecen aún después de 11 años.
El Pentágono encargó a Kellogg, Brown & Root que construyera en Kosovo el Campo Bondsteel, de casi 400 hectáreas de extensión, y su base hermana, el Campo Monteith, donde continúan operando hasta este mismo momento.
Se desgajó Kosovo de Serbia, y el 17 de febrero de 2008, Kosovo se declaró nación independiente, reconocida por Estados Unidos y por la mayoría de sus aliados de la OTAN, aunque no así por las dos terceras partes de las naciones del mundo.
En 1999, el secretario general de la OTAN, Javier Solana, se mudó de sede al otro lado de la calle en Bruselas, convirtiéndose en el alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, en cuyo puesto supervisó un “procedimiento de separación” de lo que quedaba de Yugoslavia, borrando del mapa hasta el mismo nombre, mientras aparecía en 2003 la Unión de Estados de Serbia y Montenegro, patrocinada por Occidente.
Tres años después, Montenegro, con una población menor que la de la ciudad estadunidense de Menphis, se convirtió en la nación más reciente del mundo.
Para demostrar después que ese hecho estuvo planificado con anterioridad, un crucero de misiles guiados visitó la ciudad costera de Tivat en pocos meses y un submarino estadunidense, el USS Emory Land, llegó allí en 2007 para celebrar el primer aniversario de independencia nominal de Montenegro.
Al año siguiente, tras la aparición de la Unión de Estados de Serbia y Montenegro, este último se incorporó al programa de aprendizaje de los Socios para la Paz de la OTAN y al año siguiente se le concedió un plan de acción como socio individual, firmando un estatuto de acuerdos de fuerzas con la OTAN, del que Estados Unidos es el gobierno depositario.
A finales de 2009, recibió un Plan de Acción para Socios, el paso final antes de ser socio de pleno derecho de la OTAN. El pasado mes de marzo, Montenegro se convirtió en la 44 nación en contribuir con tropas a la guerra de la OTAN en Afganistán. Todos estos acontecimientos se han producido en un plazo de cuatro años.
Desde que en 1999 comenzó la expansión de la OTAN tras el fin de la Guerra Fría, las naciones del extinto Pacto de Varsovia y de la antigua República Federal Socialista de Yugoslavia se han convertido en colonias militares occidentales, recibiendo visitas y abriendo bases a las tropas y para el equipamiento militar de la OTAN y sus miembros individuales, especialmente Estados Unidos. Hasta este año, países del anterior Pacto de Varsovia, como Polonia, Rumania, Bulgaria, y más recientemente Albania, han anunciado su disposición a acceder a las peticiones de Estados Unidos y la OTAN para albergar en sus territorios instalaciones de interceptores de misiles.
Estados Unidos ha adquirido cuatro bases militares en Rumania y tres en Bulgaria en los últimos cuatro años, y pronto pondrá en activo una instalación de interceptores de misiles Patriot Advanced Capability-3 en el Este de Polonia, a 35 millas de la frontera rusa. Según las autoridades polacas, les seguirán interceptores de misiles antibalísticos de largo alcance.
La OTAN tiene un importante centro de entrenamiento en Polonia, la primera operación de puente aéreo estratégico multinacional del mundo en la Base Aérea Papa, en Hungría, y la posesión de facto de una antigua base aérea soviética en Lituania. Después de reunirse con el secretario de Defensa de Estados Unidos, Robert Gates, a inicios de mes, la ministra de Defensa lituana, Rasa Jukneviciene, anunció que el jefe del Pentágono había confirmado el apoyo estadunidense a una base militar permanente en la región del Mar Báltico, donde los aviones de combate de la OTAN han estado llevando a cabo patrullajes aéreos desde que empezó el periodo de iniciación en el bloque de Estonia, Letonia y Lituania, en 2004.
La jefa de defensa lituana dijo también que el Pentágono quiere ampliar las patrullas aéreas de la OTAN en la zona “hasta 2018 y más allá”.
Washington planea establecer un centro de comunicaciones y escudo contra misiles en la República Checa, donde Gran Bretaña dirige actualmente ejercicios de combate aéreos multinacionales, la Operación Rinoceronte Volador 2010, con 2 mil soldados extranjeros y 1 mil checos.
Se utilizaron las bases aéreas en Bulgaria y Rumania para el ataque e invasión de Irak en 2003, y se han estado usando de forma regular durante los casi nueve años de guerra de Estados Unidos y la OTAN contra Afganistán.
Tras la invasión de Irak, los nuevos miembros de la OTAN, la República Checa, Hungría y Polonia, enviaron tropas a ese país, y después lo hicieron los candidatos y socios de la OTAN, Albania, Armenia, Azerbaiyán, Bosnia, Bulgaria, Croacia, Estonia, Georgia, Kazajistán, Letonia, Lituania, Macedonia, Moldavia, Rumania, Eslovaquia, Eslovenia y Ucrania.
Ofrecerle a Washington tropas para la guerra en Irak era el requisito previo para convertirse en socios avanzados de la OTAN y, finalmente, en miembros de pleno derecho. A nueve de las naciones mencionadas, con anterioridad se las premió con la segunda condición a cambio de sus servicios. A Bosnia, Macedonia, y el pasado año a Montenegro, se les concedieron planes de acción para socios, se les presentó en la cumbre del 50 aniversario de la OTAN en 1999, celebrada en Washington, DC, en la penúltima etapa para la integración total. La OTAN presentó para Georgia y Ucrania programas nacionales anuales especiales poco después de la guerra de Georgia con Rusia de agosto de 2008.
Todos esos 12 nuevos miembros de la OTAN, procedentes de la Europa del Este, tienen tropas en Afganistán, como también los miembros que hay en perspectiva: Armenia, Azerbaiyán, Bosnia, Georgia, Macedonia y Montenegro.
La OTAN se ha apoderado del extinto Pacto de Varsovia y de la antigua Yugoslavia. En el primer caso, sin disparar ni un solo tiro; en el segundo, mediante dos campañas de bombardeos (Bosnia en 1995 y Serbia en 1999) y tres despliegues de tropas por tierra (Bosnia en 1995, Kosovo en 1999 y Macedonia en 2001).
Todas las antiguas naciones del Pacto de Varsovia que estaban fuera de la extinta Unión Soviética tienen soldados matando y muriendo bajo el mando de la OTAN en Afganistán, y todas, excepto la antigua Alemania del Este, los tuvieron en Irak, aunque ninguna de ellas los tuvo en función de sus obligaciones hacia el Pacto de Varsovia durante los 10 años de implicación soviética en la nación surasiática. Siete de las 15 antiguas repúblicas soviéticas tienen también tropas sirviendo bajo la OTAN en la zona bélica afgana.
Estados Unidos y otras potencias importantes de la alianza dirigen de forma regular maniobras militares multinacionales de los Socios para la Paz en las tres antiguas repúblicas soviéticas del Sur del Cáucaso –Armenia, Azerbaiyán y Georgia– y han llevado a cabo ejercicios similares en Ucrania y Kazajstán.
El principal objetivo de las maniobras de guerra y otros ejercicios es preparar a los ejércitos de las naciones anfitrionas y participantes para la interoperatividad entre los ejércitos, incluyendo combates y misiones en el exterior, en su mayoría en Afganistán, y en Irak durante los últimos años.
Georgia tuvo 2 mil soldados en Irak en 2008, el tercer mayor contingente extranjero, aunque su población es ligeramente superior a 4 millones, una fracción de la de Estados Unidos, Gran Bretaña y otros importantes proveedores de tropas.
La mayoría de esas tropas voló de regreso a Georgia en aviones de transporte militar estadunidenses durante la guerra de cinco días con Osetia del Sur y Rusia, en agosto de 2008. Georgia tendrá pronto casi 900 soldados en Afganistán, la mayor contribución per cápita de cualquiera de las 50 naciones que está aportando soldados a la OTAN.
Durante los 36 años del Pacto de Varsovia, los Estados miembros, aparte de la Unión Soviética, raramente desplegaron unidades militares fuera de sus fronteras y nunca allende los mares.
En la pasada década, todos los miembros no soviéticos y las exrepúblicas yugoslavas, excepto Serbia, han tenido a sus hijos e hijas desplegados, con la OTAN, frecuentemente en guerras y zonas de conflicto lejanas como los Balcanes, Afganistán e Irak, y en países colindantes, como Kirguizistán, Uzbekistán (Alemania) y Kuwait. Alrededor de 100 soldados polacos, rumanos, búlgaros, checos, estonios, letones, húngaros, lituanos y eslovacos han vuelto en ataúd a sus países desde Afganistán e Irak.
Cuando el Ejército Rojo soviético salió de Bulgaria en 1947, en esa nación no se estacionó ningún soldado extranjero hasta que la secretaria de Estado de Estados Unidos, Condoleeza Rice, fue allí de visita dos años después de que entrara en la OTAN para firmar un acuerdo sobre tres bases militares: la Base Aérea de Bezmer, la Base Aérea de Graf Ignatievo (a la que recientemente se le ha dado el certificado de cumplir en un ciento por ciento con los requerimientos de la OTAN) y el Campo de Entrenamiento de Novo Selo.
Leer articulo completo AQUI.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario