viernes, julio 16, 2010

Plaza Pública. Presidente desinformado - 16 de julio de 2010

Por Miguel Angel Granados Chapa





La conseja según la cual el presidente de la República es el hombre mejor informado del país, si alguna vez correspondió con la realidad, ha dejado de tener vigencia. Al presentar ayer a su cuarto secretario de Gobernación, uno por año en promedio, Felipe Calderón dijo que José Francisco Blake Mora es “un operador político leal, práctico eficaz cuyo perfil servirá también en la tarea de intensificar y dignificar la actividad política de mi gobierno en esta segunda mitad de la administración”.

Pero el acontecimiento más reciente en la vida pública del suplente de Fernando Gómez Mont es la estrepitosa derrota del PAN en Baja California, de donde viene el nuevo funcionario. Ese partido, que ha llegado a tenerlo todo, lo perdió todo el 4 de julio. Y uno de los responsables de esa estruendosa caída es ese “operador práctico eficaz” que cree Calderón.

Adela Navarro, directora del semanario Zeta de Tijuana, conocedora como pocos de los entresijos de la política local escribió con Sergio Haro Cordero, su corresponsal en Mexicali, este juicio sobre Blake Mora, considerado como el segundo responsable de la derrota, después del gobernador Osuna Millan. O hasta el primero, porque “desde la secretaría de gobierno se ha convertido en el poder tras el trono tanto en ese gobierno como en el Partido Acción Nacional. Por debajo de la mesa, con bajo perfil, ha movido los hilos de la política panista hasta imponer candidatos, negociar con los partidos de oposición y utilizar el presupuesto, el de finanzas y el desarrollo social en busca de votos. La lógica indica que luego de la derrota debería ser el primero en renunciar, pero el gobernador actúa más por capricho al mantenerlo que en dignidad al despedirlo” (Zeta, 9 de julio).

Al llevarlo a su gabinete, Calderón redondeó la incongruencia expresada siempre que remueve a un colaborador. Tras la apariencia de una falsa amabilidad, el Ejecutivo alaba al personal al que echa, como si su buen desempeño fuera la causa de su remoción. Y en los casos de las dos suplencias anunciadas el miércoles, se les designa en territorios donde sus fallas han sido ostensibles, pues tampoco Bruno Ferrari, el nuevo secretario de Economía, viene de una gestión muy exitosa en Proméxico.

En términos profesionales, Blake Mora sólo ha estado fuera de Baja California en el trienio 2000-2003, cuando fue diputado federal en la bancada dirigida por Felipe Calderón. Allí trabaron o consolidaron una estrecha amistad personal, tal como la que surgió en ese mismo tiempo entre el entonces líder legislativo y el diputado Juan Camilo Mouriño. De esa suerte, de tal bancada han surgido dos de los cuatro secretarios de Gobernación de este sexenio que Televisa ha dado ya por terminado, en voz de Claudio X. González Guajardo, presidente de la Fundación de ese consorcio.

Salvo pues, ese breve lapso de vida federal, la trayectoria del nuevo secretario de Gobernación ha transcurrido en su península natal. Ha sido secretario de gobierno de la cuarta administración panista bajacaliforniana desde 2007. Como tal, si bien hay un órgano electoral autónomo, y los comités estatal y municipales de su partido tienen su propia esfera de acción, Blake Mora intervino activamente en el proceso electoral que concluyó el cuatro de julio en el peor desastre panista en la historia de Baja California, tercamente panista desde que en 1989 Ernesto Ruffo ganó la gubernatura. En los 21 años transcurridos desde entonces, tiempos hubo en que el PAN lo controlaba todo, los ayuntamientos y la legislatura, amén del gobierno del estado. Gracias, entre otros, a la actuación de Blake Mora, esa situación mudó radicalmente ahora: el PRI ganó las cinco alcaldías y la mayoría en la legislatura, algo impensable cuando ese partido había llegado a niveles tan bajos que presentó hace tres años a Jorge Hank Rohn como candidato a gobernador.

Se atribuye a Blake Mora, en cambio, ser uno de los gestores de la relativa tranquilidad que los tijuanenses viven después de las tempestades levantadas por el crimen organizado con la complicidad de autoridades locales. Si ese es su mérito principal, y no el de la operación política, debió ser nombrado secretario de Seguridad Pública federal. Pero eso significaría la remoción de Genaro García Luna, y no estamos ya para hacernos ilusiones. Se le instruyó, sin embargo, para que encare “con responsabilidad y compromiso la lucha en contra del crimen organizado y por la seguridad pública, la lucha en contra de ese principal enemigo de nuestra sociedad y de nuestras instituciones”, tareas para las cuales el huésped de Bucareli carece de facultades.

Bruno Ferrari fue compañero de escuela, la Libre de derecho, de Calderón, con lo que se confirma la propensión a convertir la amistad en mérito para el desempeño público. Tras su grado inicial, obtuvo una licenciatura en derecho canónico, hizo estudios en ciencias del matrimonio y la familia y se doctoró en el Centro Académico Romano de la Santa Cruz. Muy su vocación, por supuesto, aunque difícilmente esas disciplinas preparan para la gestión pública de la economía, como lo ha probado su paso por Promexico, el artificio utilizado por Calderón para deshacerse del Banco Nacional de Comercio Exterior, que ya realizaba tareas de promoción. Si se piensa en la liquidación de Luz y Fuerza y el asedio a Bancomext, adosado por lo pronto a Nacional Financiera, parecería que no fue Andrés Manuel López Obrador sino Calderón mismo el que profirió la célebre proclama “!al diablo con las instituciones!”.— México, D.F. karina_md2003@yahoo.com.mx ————— *) Periodista

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