Bruno Peron Loureiro
Casos crecientes de pederastia agitan a la poderosa Iglesia Católica, que pierde fieles diariamente y busca alternativas para reformar su cuadro eclesiástico.
La propia institución reveló testimonios de casi 500 casos de abuso sexual en los últimos 60 años, solamente en Bélgica. Por consiguiente, la credibilidad de los belgas en la Iglesia Católica se hundió en poco más de un año.
Por esta razón existe una demanda creciente de des-bautismos en la Iglesia Católica belga, debido a estas acusaciones y evidencias de pederastia. Casi la mitad de la población belga se declara católica y el 60% están bautizados.
La atención sobre este tema está focalizada hoy en el contexto belga pero la Iglesia Católica está sufriendo reveses por pederastia también en los Estados Unidos, Irlanda y Alemania. Las amplias denuncias inducen al diagnóstico de que el problema afecta a párrocos en todo el mundo.
El Vaticano es un Estado pontificio enclavado en Roma, cuyo jefe dialoga con presidentes como si fuese uno de ellos. Es un líder religioso y político. Esta legitimidad corrobora la participación política mundial que los Papas siempre tuvieron a lo largo de la historia de la Iglesia Católica.
La institución se afecta todavía más luego de las declaraciones del Papa Benedicto XVI contra el uso de preservativos y su postura conservadora frente al aborto y la homosexualidad. Estas cuestiones marcan el impasse de muchos individuos frente a la opción religiosa y la renuncia de muchos al catolicismo.
Soy en general bastante crítico de la Iglesia Católica y de las religiones en general que transforman la fe de sus fieles en comercio y jerarquía. Muchas de ellas están vinculadas a torturas y opresiones históricas, cuando no se han aliado con Estados como religión oficial y han condenado a otros credos a la ilegalidad.
En una visita a edificios gubernamentales en Brasilia noté que sigue intacta una capilla en el Palacio de Alvorada, la residencia presidencial brasilera, mientras que imágenes católicas todavía inspiran desde edificios públicos, como el Congreso Nacional, en un país que se dice laico.
No creo sin embargo que el error de algunos individuos sea tan representativo al punto de manchar a toda una institución. Tampoco estoy convencido de que el grave crimen de pederastia ocurra solamente en la iglesia de los católicos, objeto del ataque de grupos que quieren apagar ese foco de luz que permanece encendida en un planeta sin rumbo.
Frente a un mundo en descontrol, que roza el colapso por el consumismo y la destrucción universal de la naturaleza, la Iglesia Católica –por peores que sean algunos de sus portavoces o su historia– habla de amor, caridad, hermandad y solidaridad.
Es preferible hablar del bien que promover la discordia y la enemistad entre los pueblos.
No existen grilletes que encadenen a los fieles a los bancos de la institución religiosa, un lugar de instrucción sobre uno de los caminos para los cambios interiores.
Un hombre que ya falleció y anda errante, me dijo una vez que las religiones son buenas y que los malos son los hombres.
En lugar de perder tiempo tratando de juzgar, dejemos ayudar. Provoca reservas opinar sobre una institución que siempre pretendió ser la única legítima, que torturó y persiguió la diseminación de conocimientos por científicos que desafiaron los dogmas, pero no ignoro que han pasado por ella seres iluminados, igual que lo hicieron por tantas otras comunidades que también fueron blanco de polémicas.
Hay que pedir explicaciones y apartar a los criminales de la institución a fin de preservar la sinergia del bien, así como se extirpan los corruptos de la política en lugar de deshacerse totalmente de ella.
La mancha de pederastia convoca a la Iglesia Católica a rever conceptos y posturas para adaptarse a un mundo dinámico y a las exigencias de sus fieles, que hoy disponen de una pluralidad de religiones.
Es preferible mantener esta luz encendida que ceder a las tentaciones de la oscuridad.
http://brunoperon.com.br
Publicación Barómetro 14-02-11
No hay comentarios.:
Publicar un comentario