Rómulo Pardo Silva
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La mayoría de la población mundial quiere el consumismo. Pero lo objetivo es que esta forma de producción es depredadora e insostenible. Frente a la contradicción los socialistas tenían tres alternativas: hacer suya esa economía; compatibilizar revolución y sobreconsumo; proponer una sociedad de consumo sustentable.
Un gran número de revolucionarios de la segunda mitad del siglo 20 se hicieron neoliberales. Observaron que el pueblo se integraba al modelo de vida capitalista y lo adoptaron para acceder a cargos políticos y beneficios con sus votos. Así guerrilleros, líderes, intelectuales, profesionales, artistas que fueron parte importante de historias revolucionarias lograron ser presidentes, parlamentarios, altos funcionarios; empresarios, directores de bancos y monopolios; auxiliares del imperio.
Un sector minoritario conservó los discursos del pasado, el marxismo, el antiimperialismo, el anticapitalismo. Para ganar adhesión en el pueblo ocultó la necesidad de terminar el consumo impulsado por los empresarios y apoyó movilizaciones por peticiones consumistas. En general no alcanzaron el gobierno, con la excepción importante de los llamados socialismos del siglo 21.
La tercera posición posible no se materializó aunque es vital. No hubo disposición a asumir una etapa a contracorriente de la opinión pública sin posibilidad de representación popular. En las circunstancias existentes se calificó de testimonial invitar a los pueblos a construir un socialismo sostenible, de consumo racional y solidario.
La izquierda se ha rendido a la lluvia de celulares, televisores, autos, ropas, viajes, malls, entretenimientos, bebidas, zapatillas, casas… a pesar de saber que conduce a un colapso y a una dictadura fascista global.
Actualmente hay escasez de agua y tierra de cultivo; más de mil millones de personas se acuestan con hambre; el año 2020 habrá 900 millones de habitantes más y 3000 millones el 2050; se calcula que para el 2020 se sufrirá un desabastecimiento de trigo, maíz, arroz y carne; el año 2c010 fue el más caluroso desde 1850 y en los próximos 5 ó 7 años 100 millones de personas serán desplazados climáticos. El petróleo subirá de precio y se acaba.
Ningún socialista debería afirmar que esos problemas pueden estar ausentes de su programa de hoy.
A la humanidad descendiente no les servirán los capitalistas, los izquierdistas conversos, ni los que rehuyen enfrentar la relación entre consumismo, destrucción de la naturaleza y futuro insostenible.
Hay que formular un programa que incluya también las crisis del futuro y empezar a crecer con él lentamente desde la base. No es el momento de intentar ser mayoría.
Contacto romulo.pardo@gmail.com
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