CUERNAVACA, MOR.- En sólo ocho días una simple mesa frente al Palacio de Gobierno recibió cientos de denuncias de desapariciones, asesinatos, extorsiones y secuestros en Morelos que, por desconfianza, no se presentaron ante las autoridades. Muchas familias vencieron el miedo y le pusieron cifras a la guerra contra el narcotráfico en la entidad: mil 200 desaparecidos y 3 mil 500 muertos en el último lustro.
En esta cascada de denuncias Javier Sicilia reconoce el inicio de un movimiento nacional ciudadano por la paz y la reconstitución del país que se gesta en esta entidad, donde las organizaciones de derechos humanos aún muestran huellas de la Teología de la Liberación impulsada aquí por el obispo Sergio Méndez Arceo en los setenta.
Pero el poeta advierte:
“Ahora el país levantó antorchas y están sirviendo para alumbrar el camino, pero también pueden servir para incendiarlo. La respuesta la tienen ellos, los actores políticos, los empresarios, las iglesias, los gobiernos, no yo.
“Yo, junto con todos, encendí las antorchas y estamos iluminando el camino. Ellos serán los responsables. Si se incendia el país, que no me vayan a cargar el muerto. Estas antorchas han estado bastante bien iluminadas y han trazado un camino. Lo demás ya no depende de mí y no quiero que dependa de mí: depende de los actores políticos.”
Proceso entrevistó a Sicilia el martes 12 y mientras el escritor hablaba de ponerle un alto a esta guerra, cerca del centro de esta ciudad, a las dos de la tarde era ejecutado Enai Luciano Sánchez en su camioneta. En el vehículo viajaban también su mujer embarazada y sus dos hijos, de dos y cuatro años, quienes quedaron salpicados de sangre y cubiertos de vidrios. Horas antes, en el municipio de Emiliano Zapata eran ejecutados tres hombres, cuyos cuerpos fueron arrojados a la banqueta.
“Por desgracia, lo que estamos viendo es el fracaso de la transición a la democracia que se está tiñendo de la sangre de los 40 mil muertos de esta guerra”, expresa con preocupación el poeta y colaborador de este semanario.
–¿Todos estos muertos y el crecimiento del crimen organizado son el saldo del fracaso?
–Es el horror del fracaso. Por eso hay que rehacer la nación, quizás a partir de ese pacto pensar en un nuevo constituyente, una nueva Constitución, porque la que tenemos la han violado, reformado, omitido, y ya está rebasada; fue hecha para un país que nació a principios del siglo XX y que ahora es diferente.
“Por eso hay que sentarnos con todos los actores. Hay que mantener la esperanza, que es diferente a la expectativa porque se va construyendo día a día y no es un asunto de cifras ni de posibilidades. La sociedad lo que quiere es esa esperanza que se construye todos los días; por eso hablo de la necesidad de pactar, para crear ese suelo donde todo pueda volver a fructificar. El país está agarrado con alfileres y se nos está yendo de las manos.”
–Es muy fuerte pensar que si no se atiende la demanda ciudadana se pueda incendiar el país.
–Eso puede pasar por la cabeza de algunas personas. El subcomandante Marcos es muy claro cuando habla de los buitres; es otra metáfora para decir lo mismo que yo digo: hay buitres que pueden usar la misma antorcha, y a veces hasta la misma prensa que está buscando la nota sensacionalista porque está pagada. Pero no es nuestra idea, nuestro objetivo.
“La convocatoria es hacia esta luz, hacia este pacto para resolver la emergencia nacional. Se necesita realmente un pacto de todos, pero si alguien quiere incendiar el país, es su responsabilidad, no mía ni de la gente que está conmigo y que no tiene otro interés que ordenarlo, llamar a la unidad, a la hermandad, al amor, a la justicia. Nadie nos podrá acusar de querer incendiarlo.”
Antecedentes de lucha
En 1977 Méndez Arceo creó en Morelos el Frente por los Derechos Humanos, Garantías Constitucionales y Libertad Democrática, que integraba a sindicatos y partidos de izquierda que impulsaban la transformación del país y en todas sus instituciones.
Vendría en esa época la integración de las Comunidades Eclesiales de Base (las llamadas CEB), que se diseminaron por todo el país y se constituyeron en el soporte de diversos movimientos sociales.
En 1992, al morir Méndez Arceo, muchas de las CEB fueron cimiento de una gran parte de las organizaciones de derechos humanos que hasta ahora siguen trabajando en todo el país, en tanto que su pensamiento pervivió en sus seguidores, entre ellos Javier Sicilia y los sacerdotes Miguel Concha, Julián Cruz, Eloy Ocampo y Ángel Sánchez, quienes oficiaron una misa el miércoles 13, antes del anuncio de la movilización nacional por la paz y la justicia que se programó para el 8 de mayo.
Para el representante de la Comisión Independiente de Derechos Humanos de Morelos, José Martínez, no hay duda de que la movilización emplazada por Sicilia y el pacto al que convocó para reconstituir al país tienen esta vinculación con la Teología de la Liberación y las organizaciones cristianas socialistas comprometidas con los movimientos populares de América Latina.
“Se nota esta relación con los llamados a la reflexión y en la crítica que Sicilia hace a la jerarquía católica. También se nota la identificación con el pensamiento abierto y liberal de Méndez Arceo cuando hace mención a la autogestión y a la participación de la sociedad en el proceso de transformación y cuando cita al movimiento zapatista de Chiapas.
“Lo que quizá falta es la convocatoria a los sindicatos independientes, porque el obispo siempre los incluyó en sus propuestas”, señala José Martínez.
Desde su perspectiva, puede haber una reactivación de esta corriente socialcristiana porque, al menos en las 70 organizaciones que forman la Red Nacional de Organismos Civiles de Derechos Humanos Todos los Derechos para Todas y Todos, hay una convergencia histórica con las CEB, lo mismo que con muchos de los militantes del PRD en todo el país.
“Seguramente se sumarán a la propuesta los padres Raúl Vera, Alejandro Solalinde, Miguel Concha, así como el equipo que trabajó con Samuel Ruiz.
“Hay mucha gente que está con el movimiento, como el mismo Sicilia lo dijo en la Plaza de Armas cuando mencionó a Julián Le Barón y Olga Reyes, quienes han perdido a sus familiares en Chihuahua; a los padres de la guardería ABC, las madres de los asesinados en Salvárcar, los deudos de Pasta de Conchos, a Emilio Álvarez Icaza y Alberto Athié”, afirma.
Esperanzado confía: “Ojalá se reactiven todas estas organizaciones en el país”.
Por lo pronto, la movilización convocada por Sicilia ya llamó la atención del área de derechos humanos de la ONU. Una representación acudió a visitar al poeta en Cuernavaca el martes 12 para ver los alcances de la convocatoria y la situación en la entidad.
Memorial del holocausto
Como se ha hecho en Italia y Colombia en décadas pasadas, donde la lucha contra las mafias y los cárteles de la droga ha generado miles de muertos y las organizaciones sociales han creado “memoriales” o centros de documentación para tener el registro de las víctimas, en Cuernavaca se dio el primer paso en esa dirección.
La tarde del martes 12, en las columnas de entrada del Palacio de Gobierno de Morelos fueron colocadas las primeras placas con los nombres de las víctimas inocentes de la guerra contra el narcotráfico. “Se trata de hacer el memorial del holocausto en el que nos han metido. No olvidar que cada uno de ellos tiene nombre y apellido, que no son daños colaterales como dice Felipe Calderón”, dijo el poeta al colocar la placa con el nombre de su hijo Juan Francisco junto con las de Luis Antonio Romero Jaime, Julio Romero Jaime, Gabriel Alejo Escalera, María del Socorro Estrada Hernández, Álvaro Jaime Avelar y Jesús Chávez Vázquez, asesinados el 27 de marzo pasado. Horas después se fijaron otras 96 placas con los nombres de quienes han muerto en los últimos tres meses en el estado.
En Morelos la violencia ligada al crimen organizado ha quintuplicado en el primer trimestre del año el número de muertos, una situación a tal punto grave y peligrosa que incluso la Cruz Roja Mexicana ya estableció un protocolo que apercibe a sus socorristas para que eviten llegar antes que la policía para recoger a un herido, pues podrían encontrarse con los sicarios y ser agredidos.
Además, dice a este semanario el delegado de la institución en la entidad, José Esparza Saucedo, no pueden trasladar a ningún herido de bala a las instalaciones de la Cruz Roja ni a ningún otro hospital si la ambulancia no es escoltada por la policía.
La situación de riesgo para los socorristas es tal que la policía del estado les recomendó usar chalecos antibalas, lo cual mereció una negativa dentro de la Cruz Roja, afirma Esparza Saucedo.
El miércoles 13, desde la Plaza de Armas de Cuernavaca, Sicilia convocó a un pacto “por un México justo y en paz” enfocado a detener la espiral de violencia en el país. La idea es que este pacto, dijo, lo suscribieran en Ciudad Juárez el gobierno federal, los partidos políticos, los sindicatos, las iglesias y todos los actores políticos a fin de poner un alto a la guerra contra el narcotráfico y replantear el rumbo del país.
–Esta convocatoria de movilización nacional se lanza luego de la respuesta de Calderón de que no cambiará su estrategia.
–Sí. Vamos a tener que exigirle a Calderón, casi obligarlo, a que firme un pacto donde se vuelva a replantear la seguridad. Creo que en este momento no se puede echar para atrás con su estrategia militar, pero sí podemos hacer un alto y pensar entre todos cómo le vamos a hacer para restablecer la seguridad, cómo resolver el problema de las drogas, dejar de mirarlas como un asunto de criminalidad y verlas como un asunto de salud pública y de mercado.
Señala que es evidente que el crimen organizado está dentro del sistema y que por ello la ciudadanía tiene que pensar en organizarse desde sus comunidades, colonias y barrios, “porque es necesario que se rehaga el tejido social y se refunde el país más allá de las instituciones que están podridas, sobre todo en la frontera norte”.
Sicilia se reunió el lunes 11 con Alejandro Martí e Isabel Miranda de Wallace, pero ellos decidieron no participar en la movilización nacional, sino seguir su propio camino en pos de reformar las leyes penales.
–¿No es momento de superar estos liderazgos que se han ido formando para formar un movimiento nacional?
–Absolutamente. Si no hacemos un movimiento nacional, esto se nos va a ir de las manos. Tenemos que quitarnos esa idea de que hay mujeres y hombres providenciales, que hay símbolos. Ya basta de símbolos, debemos tener acciones bien concretas y efectivas, ir paso a paso, porque recomponer el tejido podrido de esta nación nos va a costar mucho trabajo. Necesitamos mucha humildad, mucho sentido de la justicia, mucho sentido del trabajo.
El escritor advierte que es fundamental la participación social y que ante la emergencia nacional es momento de tener más capacidad de movilización, de organización social para hacer reaccionar a quienes tienen el poder en este país.
“Es un llamado a que escuchen todos, Calderón, los partidos políticos, los empresarios, Carlos Slim, Emilio Azcárraga, Ricardo Salinas Pliego, porque mientras no se democraticen los medios tampoco va a haber democracia.”
–¿Y Calderón?
–Es un hombre obstinado. Le queda año y medio de gobierno y, si no reacciona, va a pasar a la historia como el peor presidente que ha tenido este país. ¡El peor presidente! El más obstinado, ciego, terco, incapaz de oír el latido del corazón del país.
–¿Puede Calderón ser sujeto de un juicio internacional?
–Sí, por la gravedad de la situación en que ha metido al país (aunque no hay que echarle toda la culpa). Pero su equívoco, su falta de visión política, permitió que el subsuelo que ya estaba minado de mierda emergiera por todos lados.
“Su gran irresponsabilidad es que debió haber medido más la temperatura de lo que estaba pasando. Me extraña que un hombre tan católico como él tenga tantas ansias de poder, cuando justamente la enseñanza cristiana con la encarnación es la renuncia al poder. No entiendo lo que le pasó. Leyó el Evangelio desde el punto de vista imperial, romano.”
Sicilia advierte que el país se seguirá hundiendo si no se vislumbra la posibilidad de un pacto.
“Sólo con un pacto podemos llegar a propuestas muy concretas, pero si no lo quieren hacer los partidos, los gobiernos municipales, estatales y federal, los empresarios, los poderes fácticos, los sindicatos, pues entonces no hay nada que hacer. Se seguirá administrando el dolor, el sufrimiento del país.”
–¿El daño para el país sería peor?
–Sí. Además sería irreversible. Si seguimos así, el país será tierra de nadie, de la delincuencia, tierra de los cadáveres, del sufrimiento.
–¿Qué pasa con una sociedad, con un país que llega a una situación así?
–Ya no es país. Se convierte en la selva, en el darwinismo social, en la sobrevivencia del más fuerte. Si eso quieren los que representan los poderes fácticos, pues yo no lo deseo ni en mis pesadillas.
Luego de lanzar la convocatoria para la segunda marcha nacional, esta vez a la Ciudad de México el 8 de mayo, y para la firma de un pacto a favor de la paz y la justicia, se le plantea a Sicilia la idea de que al fracaso de la transición a la democracia en México le ha seguido el crecimiento del crimen organizado, como sucedió en algunos países de Europa del Este.
–Eso pasa porque las estructuras estaban podridas, desde la forma en que Plutarco Elías construyó el país: con mafias que controlaba un gran capo y que en este caso se llama presidente de la República.
Explica que cuando se fractura esta forma de gobernar y llega Vicente Fox en 2000 con el consenso nacional para desmontar estas mafias, no lo hace, sino que trata de administrarlas y las deja funcionar. Cuando Calderón llega al poder lo hace mal posicionado y, dice Sicilia, comete el error de querer legitimarse con el uso de la fuerza, sacando sin ningún reglamento el Ejército a las calles para combatir al narcotráfico, produciendo una ola de violencia que ha dado como resultado miles de muertos.
Por desgracia, señala Sicilia, “estamos ante el fracaso de la transición a la democracia, que se ha teñido de sangre"
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