A continuación, mi reacción personal (mi "percepción") sobre la aprobación en lo general en la cámara de diputados a la propuesta senatorial para la Ley de seguridad nacional.
De entrada, Manlio Fabio Beltrones, no debió aprobarse la ley redactada en el faraónico senado (¿¿¿¿por qué????) por la cámara de diputados), para empezar de nuevo, ley base cero. Mi paisano Marín (parece como de Tizimín) resultó parecido a lo que dijeron del gober de Chihuahua; era lo sensato empezar de cero trabajando con la sociedad, ampliamente representada en sus demandas por el que ustedes llaman despectivamente "el grupo de Sicilia". Un dicho conocido reza:
El poder es como un explosivo: o se maneja con cuidado, o estalla. Tengan cuidado, por el bien de la Nación. Y, por contra, piensen que el poder, ejercido por alguien con acervo educativo, cultural, puede potenciar y magnificar las tareas y objetivos nobles que hagan mejor y más feliz a la gente.
Pero no. Ustedes tienen su lenguaje, no son precisamente ilustrados, les importa un comino la paz y felicidad de la gente, son clase política que se quiere mantener en la cima y a la población en general en la sima.
En mi opinión, son ustedes (políticamente hablando) una boñiga hedionda. A Don Javier Sicilia le quisiera dar el mensaje, parafraseando a Einstein, de que solo la estupidez humana y el Universo son infinitos (y del Universo falta probar la teoría).
Como seres humanos, mi aprecio. Como "representantes de la sociedad", mi desprecio.
Pero nada de besitos, ustedes se los tallan de la cara para que no quede huella.
Y no queda.............ustedes no tienen ni vergüenza ni memoria histórica.
Su puesto y fuero lo utilizan como privilegio, no como un cargo de servicio.
Hay excepciones..........la minoría. Ustedes los grandes privilegiados y efímeramente poderosos son un despropósito, una aberración, un peligro para México.
"Cuando advierta que para producir necesita obtener autorización de quienes no producen nada; cuando compruebe que el dinero fluye hacia quienes trafican no bienes, sino favores; cuando perciba que muchos se hacen ricos por el soborno y por influencias más que por el trabajo, y que las leyes no lo protegen contra ellos sino, por el contrario, son ellos los que están protegidos contra usted; cuando repare que la corrupción es recompensada y la honradez se convierte en un autosacrificio, entonces podrá afirmar, sin temor a equivocarse, que su sociedad está condenada."
Quizá, legisladores, estén al borde de la frontera para corregir.
La sociedad, mayoritariamente, les desprecia y aborrece.
Y, como les dijo una víctima en Chapultepec, vayan a los lugares peligrosos, abandonados, inseguros, marginados (como cuando fueron a solicitar votos, lo cual no aplica a los pluris, elegidos de los dioses de la política bananera).
ASE.
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