domingo, mayo 13, 2012

Con el “presidente del empleo”, más de 8 millones en la calle

Felipe Calderón Hinojosa, autoproclamado “presidente del empleo”, cierra su administración con más de 8 millones de mexicanos en el desempleo, según la UNAM, 300 por ciento más que la cifra reportada por el Inegi (que apenas alcanza los 2 millones de “desocupados”). Los estados más afectados por la violencia, con el mayor número de desempleados. La informalidad predomina en el sexenio calderonista. 

 
 
Egresada de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Sara lleva dos años sin empleo. La joven de 28 años estudió la licenciatura de diseño y comunicación visual en la Escuela Nacional de Artes Plásticas. Desde entonces ha sido vendedora de membrecías, secretaria, cajera y recientemente colocó una manta afuera de su casa con la leyenda “se hacen trabajos escolares”.
 
Se le nota cabizbaja. “Estoy muy triste y desesperada”, declara, entre muecas y ojos húmedos.
 
En el país, más de 8 millones de personas se encuentran en el desempleo, de acuerdo con información del Centro de Análisis Multidisciplinario (CAM) de la Facultad de Economía de la UNAM.
 
Pese a que con los desempleados se podría llenar el Estadio Azteca 53 veces, a Sara no le sorprende la cifra. Su papá, su mamá, algún tío y otros compañeros con los que cursó la carrera están en la misma situación.
 
“El Borras es un artista muy talentoso. Después de años sin encontrar trabajo entró a un taller a hacer serigrafía. Le pagaban dos pesos por bolsa que imprimiera. Al final, por un mes de trabajo, le dieron 500 pesos y le quedaron a deber 200. El segundo mes le querían pagar por impresión 50 centavos. Dejó de ir.”
 
El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) contabiliza 2 millones 437 mil 409 personas “desocupadas” en México. Sin embargo, el CAM cuenta con otra cifra muy superior: calcula que son 8 millones 710 mil 108 las personas con interés en trabajar que no encuentran empleo. El Centro, dependiente de la UNAM, revela que el gobierno federal oculta al 72 por ciento de la población desempleada, además de que no contempla a quienes sufren una situación crónica de desempleo.
 
“Mandé cientos y cientos de correos, fui a entrevistas, llamé por teléfono. En unos lugares pagaban muy poco. Hay trabajo en el call center y en las ventas, pero es por comisión. Está cabrón, si estudiaste una carrera”, agrega Sara.
 
 
La diferencia en las cifras, señala el Reporte de investigación 95, se debe a que la metodología que utiliza el Inegi no es la adecuada. Luis Lozano Arredondo, miembro de dicho Centro, explica que fue a partir del panismo que el Inegi evadió la metodología internacional para hacer cálculos de empleo y desempleo.
 
El también profesor de la Facultad de Economía agrega que en 2005 la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) le pidió al gobierno mexicano homologar la metodología del desempleo de acuerdo con los criterios internacionales. “El rector de estadísticas de la OCDE le mandó un oficio a Gilberto Calvillo Vives, entonces director del Inegi, donde le decía que revisara la metodología para el cálculo del desempleo”.
 
Como consecuencia del desacato, México presenta una tasa menor de desempleo que nueve de los 11 países miembros de la OCDE, entre los que se encuentran Canadá, Francia, Alemania, Grecia y España.
 
Ante ello, los investigadores del CAM aseguran que las cifras que arroja el Inegi han sido utilizadas políticamente por el presidente Felipe Calderón, quien hasta asegura que durante su gestión se ha superado  el récord en la generación de empleos.
 
La aseveración más reciente del mandatario fue durante su visita a la presa La Yesca, en marzo de 2012, donde dijo: “El año pasado generamos casi 600 mil nuevos empleos; ahora en dos meses llevamos 181 mil, lo cual es una buena noticia que refleja no sólo la recuperación económica del país, sino lo más importante, que hay empleos formales para los mexicanos”.
 
Los autores del documento establecen que la tasa de desocupación no corresponde con la tasa de desempleo, la cual se ha agudizando desde que en diciembre de 2006 Felipe Calderón asumió la Presidencia de la República, al pasar del 12.7 por ciento a la cifra más alta que alcanzó: el 16.4 por ciento. Mientras, el Inegi reportó, de 2006 a 2011, como tasa de desocupación, un rango del 3.5 por ciento al 6.2 por ciento, lo que muestra una diferencia de al menos 10 puntos porcentuales entre ambas mediciones.
 
Para el presidente de la Comisión de Trabajo y Previsión Social de la Cámara de Diputados, el priísta Leobardo Soto Martínez, la variación en las cifras se explica por la eventualidad y la informalidad de los empleos; sin embargo, confía plenamente en los datos del Inegi: “Son cifras con mucha seriedad”.
 
Aún con ello, asegura que el “presidente del empleo” le falló a millones de trabajadores y a millones de mexicanos, al carecer de una política económica que reactivara la economía y generara más empleos. La tarea, dice, queda pendiente para el nuevo gobierno.
 
Francisco Hernández Juárez, diputado federal de extracción perredista, se declara “totalmente de acuerdo en que el gobierno miente con las estadísticas: quiere vender la idea de que es un buen gobierno; para dar una visión optimista del escenario que vivimos, maquillan las cifras para justificar que es así. El empleo y la democracia pasaron a segundo plano para Felipe Calderón cuando, al llegar a la presidencia con poca legitimidad, diseñó la lucha contra el narcotráfico, estrategia que le haría ganar credibilidad”.
 
 
La reforma laboral o la precarización del empleo
 
 José Gerardo de los Cobos Silva, integrante de la Comisión del Trabajo, refiere que para la generación de empleos el gobierno federal requería de la reforma laboral que su partido, Acción Nacional (PAN), impulsa desde 2003 y que, asegura, el Partido Revolucionario Institucional (PRI) ha bloqueado.
“Para que haya más empleo necesitamos modernizar el marco jurídico.

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