Julio Hernández López
Un día después de haber creído con temprano e injustificado optimismo que las alzas a los productos básicos incluían el incremento de su propia popularidad y la revaloración de su autoestima en materia de gobierno, el presidente general de México (cinco estrellas de gorra lo confirman) tuvo una variación bipolar al estilo de su antecesor (al que se le queman las habas por asumir una presunta condición de Jefe Mínimo de la Reacción, un intento caricatural de Callismo de derecha): "Por muy adversas que sean las circunstancias, ni México ni su gobierno se van a doblegar ante ellas", dijo el michoacano con Fe, cuyo error de enero ha sido tortillero.
Frente a industriales y hombres de negocios preocupados por volatilidad e inflación, a los que llevó como botana mal recibida el platillo propagandístico del subsidio fiscal a quienes generen nuevos empleos, el esposo de la señora Margarita hizo una convocatoria universal a la responsabilidad y la solidaridad "entre mexicanos para enfrentar y superar con éxito los desafíos". Gallardamente suplicante aseguró que la economía mexicana "es rentable" y por ello no pide que se invierta en el país "como consecuencia meramente de un gesto de buena voluntad" (en ese momento, según versión no confirmada hecha llegar a esta columna, los presentes cerraron en sus computadoras los portales bancarios desde donde se disponían a transferir millonadas a negocios que no eran tales sino simples actos rutinarios de caridad empresarial, a título de nada, sin pensar en ganancias ni riesgos). El pendular discurso calderónico insistió en una frase de manual de superación personal (nacional) que mucho le gusta: la economía mexicana podrá ser una de las más grandes del mundo en las próximas décadas "si verdaderamente nos decidimos a hacer lo que tenemos que hacer" (¿Una especie de bicicleta con ruedas marca Abuelita? ¿Qué es lo que los mexicanos "tenemos que hacer"? ¿Frases sin sentido, convocatorias a la nada, exhortos patrioteros improductivos?).
Menos retórica, pero más contundente, va ganando terreno la rueda rebelde, sin biciclo que la estabilice o guíe, llamada tortilla. Una rueda que recorre el país dejando a su paso dudas y sospechas que apuntan a maquinaciones desde el poder para beneficiar a grupos empresariales o a personajes hasta ahora ocultos o poco conocidos (no todos han de ser Don Maseco, también puede haber familiares del grupo en el poder pasado y presente, por dar un mal ejemplo) pero que se habrían beneficiado de los permisos de fin de régimen que Fox autorizó para exportar maíz subsidiado a Africa; grupos o personajes que también estarían tras las maniobras ahora de importación que igualmente significan ganancias para unos cuantos y miseria para muchísimos. Como de película: generar una crisis nacional por una presunta escasez de grano que en realidad es un proceso de acaparamiento pero que también permitirá (según eso, "justificará") la importación de maíz de desecho y la declaración de México como territorio colonial para ensayos agrícolas trasnacionales. La frase es de una lectora que no quiere ser identificada: "Vamos en camino de portorriqueñizarnos, no colombianizarnos: volvernos cada vez más dependientes de Estados Unidos".
Astillas:
El crimen (demoscópico) siempre paga: recibe premio en la nómina federal otro de quienes meses atrás ejecutaron suertes "científicas" a sesgado favor de Felipe Calderón. Ayer, el dueño de GEA-ISA, Jesús Reyes González (aunque se hace llamar Reyes Heroles González Garza), nombró a Mariano Ruiz-Funes como su coordinador general de asesores. Ruiz-Funes es socio fundador del Grupo de Economistas y Asociados (GEA) y fue su director general. La Torre de Pemex se va llenando de ejecutivos provenientes de una de las casas de encuestas que creó las condiciones para "justificar" el presuntamente milagroso repunte de Calderón en la campaña presidencial de 2006... ¡Oh, cuanta generosidad de los consejeros del Instituto del Fraude Electoral: se recortaron el sueldo para ganar 200 pesos menos que el presidente de la República!.. Otro ¡oh! necesario: que dice el santo varón poblano M&M que él no hizo nada malo en el caso Lydia Cacho y que agradece a Chente Fox los favores recibidos y a Felipe Calderón los actuales y los que están por venir... A propósito del presidente general de México, varios lectores dicen que en lugar de CalderWorld o FeliHappy (como prudente y castamente propone el tecleador que sea llamado el parque temático del presente sexenio) sea usada una denominación escatológica compuesta a partir de las primeras letras de nombre y apellido del michoacano más la terminación "landia"... Mario Castro escribe desde Guadalajara, en relación con las recientes declaraciones de Norberto Rivera sobre la tortilla encarecida y sus implicaciones sociales: "Creo que ocupamos otro tipo de Iglesia católica (uso verbal típicamente tapatío: ocupar por necesitar; breviario del astillero bailador de jarabes). Esta que tenemos es meramente ritualista, vaciada de todo contenido evangélico, humano y fraterno. Ya basta de esta religiosidad medieval que no alza la voz ante las injusticias sociales y que hace juicios moralizantes absolutos siempre a favor del poder"... Manuel Espino está conformando el gobierno foxista en el exilio: a las anteriores designaciones de Luis Ernesto Derbez y Francisco Javier Salazar en carteras del CEN panista se suma ahora la de Carlos Abascal, quien será secretario de gobernación adjunto, perdón: secretario general adjunto, según eso, comisionado para "fortalecer" al PAN en el DF (no se informó en qué parroquias chilangas oficiará el citado monseñor Abascal) ... Al gobernador de Sinaloa, Jesús Alberto Aguilar Padilla, no le afectó un malestar de espalda (como a Fox frente a la invasión de Irak) sino un problema de vesícula, así es que está internado en Tucson, Arizona, mientras el Ejército se apodera (provisionalmente) del estado... Y, mientras la desesperación electorera del Frente Amplio Progresista busca reciclar a la salinista Dulce María Sauri como candidata "de izquierda" a la gubernatura de Yucatán (ni por ver el ejemplo de Juan Sabines en Chiapas), ¡hasta mañana, en esta columna que no ganó ningún Globo de Oro!
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