Demandan que se respete el derecho a efectuar plantones, mítines y marchas pacíficas
VICTOR BALLINAS
La Liga Mexicana por la Defensa de los Derechos Humanos (Limeddh) y más de un centenar de organizaciones civiles y sociales pidieron una acción urgente al presidente Felipe Calderón; al secretario de Gobernación, Francisco Ramírez Acuña; al titular de la Procuraduría General de la República (PGR), Eduardo Medina Mora, y al titular de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), José Luis Soberanes Fernández, para que se garantice la seguridad e integridad física y sicológica de los presos de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO) detenidos en el penal de Miahuatlán, y que se respete el derecho constitucional para realizar plantones, organizar mítines y marchas pacíficas.
Al titular de la CNDH solicitaron que, con base en sus atribuciones y facultades, actúe en relación con las graves violaciones a los derechos humanos que se han cometido en Oaxaca.
La presidenta de la Limeddh-Oaxaca, Jessica Sánchez, informó que salieron libres bajo fianza cinco de los ocho detenidos el sábado pasado; se pagaron fianzas de 5 mil y 10 mil pesos. "Se les había fabricado el delito de portación ilegal de armas y armas de uso exclusivo del Ejército." Anunció que se esperaba que en las próximas horas también salieran bajo fianza los tres detenidos restantes.
"Los vamos a violar"
Vladimir González Martínez, estudiante de 17 años, detenido el sábado 13, y después de amenazarlo, golpearlo fue llevado a la PGR, denunció ayer el trato que recibió de los policías preventivos.
González Martínez salió libre bajo fianza el domingo a la medianoche. Narró que "a las 11 de la mañana iba en la marcha del centro de Miahuatlán hacia el penal; era una marcha para la liberación de los presos políticos. Como a las 14 horas del sábado 13 concluyó; salí a bordo de una camioneta; iba con compañeros y niños.
"Al llegar a la carretera federal, vi que había dos camionetas de policías estatales; estaban armados y nos cerraron el paso. Llegaron a golpear a un compañero, a todos; me bajaron, me golpearon e insultaron. Nos aventaron a una camioneta boca a bajo, nos torturaron sicológicamente: nos decían 'Los vamos a enterrar. Los vamos a violar o a tirar al mar'.
"Luego de media hora detuvieron la camioneta y me bajaron, me volvieron a golpear. De nuevo me subieron a la camioneta. Me enterraron agujas en las pantorrillas. Me quitaron el (teléfono) celular, mi dinero y un reproductor mp3. Volvieron a arrancar y anduvimos como una hora. Todo el camino me golpearon. Allí empezaron las amenazas de que nos iban a violar a mí y a mi amigo, Rogelio García Hernández, quien también fue detenido. Nos bajaron de la camioneta, nos esposaron a los dos juntos y nos llevaron a San Bartola Coyotepec. Ahí nos volvieron a golpear, nos pasaron con unos que estaban grabando, nos preguntaron a que organización pertenecíamos, que por qué andábamos 'de revoltosos'.
"Eramos cinco los que estábamos allí; tres de mis compañeros venían en otra camioneta. Aquí nos tuvieron como una hora. Llegaron varios policías encapuchados; nos sacaron de la celda y nos colocaron junto al logotipo de la policía. Me dieron un arma; les dije que no la iba a agarrar, me golpearon y obligaron a sujetarla. Me tomaron la foto y me pasaron a otra patrulla; me llevaron a San Bartola Coyotepec. Mi fianza fue de 5 mil pesos."
Rogelio García Hernández, de 18 años, fue otro de los detenidos el sábado; el domingo, después de las 12 de la noche, fue liberado bajo fianza: "Fuimos a la marcha a Miahuatlán a pedir la libertad de los universitarios detenidos. La marcha empezó a las 11 de la mañana el sábado y concluyó como a la una y media. Después de las 2, iba manejando una camioneta gris Nissan; ni bien salía yo de la carretera cuando se me cierra una patrulla y gritan: '¡bajen a ese chofer!', y también ordenaron '¡bajen a todos!'
"Venían niños y señores; no respetaron a nadie. Me subieron a la patrulla boca abajo; nos dieron vueltas y vueltas, no nos permitieron levantarnos ni mirar hacia arriba.
"'Los vamos a matar. Tú me dijeron , vas a escarbar el hoyo donde vas a enterrar a tu amigo Vladimir González y él cavará el hoyo donde te vas a enterrar.' Nos empezaron a pegar con la culata y nos dijeron: 'Los vamos a violar'.
"Allí nos tuvieron como dos horas, a mí y a mi amigo. Avanzó la patrulla, eran los mismos que estaban en el Cereso. Hicieron un intercambio con una patrulla roja nueva. Nos volvieron a amenazar: 'ya se los cargó la chingada. Si los matamos a ustedes se acaba la rabia'. Me taparon la cara y a mi amigo también. Nos metieron al penal y tras media hora llegaron representantes de derechos humanos; les dijimos que nos golpearon los policías. El doctor nos revisó y, según él, no había pasado nada.
"Luego nos pasó con un señor que nos preguntaba '¿a qué organización pertenecen?', yo les dije que el gobierno está para ayudarnos no para reprimirnos. Luego un sargento o comandante gordo y güero me puso un arma en las manos, y me dijo, 'agarra esta arma, hijo de tu perra madre, ¡agárrala, cabrón!'; como me negaba me golpeó. Me tomaron la foto y me dejaron en la PGR, ahí no nos madrearon. Me dejaron en libertad bajo fianza después de la medianoche del domingo".
Estos jóvenes seguirán en la lucha para que se pruebe su inocencia.
Los Sin Tierra apoyan a la APPO
Desde Sao Paulo, Brasil, Joao Pedro Stedile, de la dirigencia del Movimiento Sin Tierra (MST) y la vía campesina de Brasil, envió una carta a la APPO en la que la anima a que siga en la lucha y le informa que "no mediremos esfuerzos para denunciar en todos los espacios la represión cruel y asesina del gobierno de Ulises Ruiz, de su partido y del gobierno federal del Partido Acción Nacional". Le envían un saludo y un abrazo de la militancia del MST, y de los movimientos sociales brasileños.
Y todavía dice el pelele que vamos muy bien y que está muy contento y satisfecho. ¡Qué huevos más azules!
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