Jaime Avilés
Crece el consenso en los partidos: que renuncie Ugalde
Propuesta: que haya elecciones libres y sin televisión
Lanzan nueva campaña de odio, ahora contra Ebrard
En respuesta a una de las tantas preguntas que Desfiladero planteó el sábado pasado, fuentes de la oficina de Andrés Manuel López Obrador manifestaron que la próxima asamblea general de la convención nacional democrática (CND) se efectuará en el Zócalo el sábado 24 de marzo, tres días después del renacimiento de la primavera y del cumpleaños 101 de Benito Juárez.
Acerca de otra de las inquietudes expuestas aquí sobre el paradero del propio Andrés Manuel, al que últimamente han visto sólo quienes viven en las ciudades que visita y quienes sintonizan su programa en Tv Azteca , las fuentes confirmaron que encabezará una multitudinaria marcha contra la carestía el miércoles que viene en el corazón del Distrito Federal.
Ambas noticias levantarán sin duda el ánimo de mucha gente que dejó de percibir claridad en las acciones del jefe opositor, mientras el dizque "gobierno" de Felipe Calderón continúa destrozando todo lo que toca: tras las alzas al huevo, la leche, la carne, el pan, la gasolina, las carreteras y, la peor de todas, la de más de 40 por ciento al precio de la tortilla, durante la semana que termina aumentó ciento por ciento las tarifas eléctricas, mientras los sindicatos revelaban que en los primeros 57 días de su gestión quedaron sin empleo 256 mil personas. ¡Y eso que dijo que iba a ser el "presidente del empleo"!
En cuanto a la actitud que la CND asumirá frente a los mal llamados "consejeros ciudadanos" del IFE, que en realidad se comportaron como vulgares atracadores antes, durante y después de los comicios de julio, las fuentes revelaron que hay consenso en la idea de impulsar una lucha nacional para lograr su destitución, pero que esto debe ser parte de una reforma electoral más amplia.
Arrojar por la ventana a Luis Carlos Ugalde y a los miembros de su banda de rateros no es lo central, explicaron, eso ya lo exigen también los senadores del PRI y otras fuerzas. Lo que debe ser transformado a fondo es el esquema bajo el cual se celebran actualmente las elecciones en México: el IFE otorga multimillonarias bolsas a los partidos políticos y éstos le entegan la mayor parte de ese dinero a la televisión, que utilizando el aparato de la simulación "democrática" los dizque "politólogos", las seudoencuestas y la plaga de los locutores levantacejas decide, por sus pistolas, quién "gana" y quién "pierde".
Para que eso deje de suceder, añadieron, la televisión debe quedar fuera de las elecciones, "como en Francia", y en vez de engordar las chequeras de Televisa y Tv Azteca, saturando al público de espots, los partidos tienen que asumir, por ley, la obligación de usar los recursos del IFE en campañas de cara a cara y de puerta en puerta.
Una reforma que saque las elecciones de la pantalla chica marcaría un avance de verdad democrático, pero lograrla requiere un esfuerzo formidable, primero, dentro de las cúpulas de todos los partidos, donde bajo el esquema vigente los líderes hacen grandes "negocios" personales con el cuento de la publicidad, y después, por supuesto, dentro del Congreso de la Unión, donde el poder de las televisoras es gigantesco.
Llamados a la unidad
Por desgracia, pero sin duda no casualmente, las preguntas acerca de la lucha contra Ulises Ruiz en Oaxaca no produjeron respuesta alguna de parte de la oficina de López Obrador. Y este tecladista no pudo averiguar nada más respecto a la agenda de la CND que allí se cocina. Sin embargo, los lectores de la misma columna de hace ocho días reaccionaron por su cuenta enviando muchas cartas con abundante información sobre las actividades que están desarrollando en los lugares donde residen.
Cualquiera que se conecte a Internet y consulte la página ubicada en la dirección www.desfiladeronlain.blogspot.com, podrá enterarse de lo que dicen esas cartas, cuyo contenido sintetizo aquí. En diversos estados del país hay rechazo a la posibilidad de que sea en la oficina de López Obrador, y no en las bases, donde se determine el temario de la CND.
Pero la preocupación más compartida refleja la urgencia de impulsar políticas de unidad de acción con todos los movimientos sociales que se oponen a la ultraderecha panista y priísta. Una de esas inicativas es la que proponen los sindicatos del nuevo Diálogo Nacional, que pronto sesionarán en el local del SME. Es lo menos que se debe hacer en estos momentos, ¿no es cierto? Pero, entonces, ¿a qué obedece la postura sectaria de los charros de la CTM y de la CROC, que rechazan la presencia de López Obrador en la marcha del miércoles?
Y, por lo demás, ¿dónde está la solidaridad de las comunidades indígenas del EZLN con los pueblos indios de Oaxaca? ¿Dónde las organizaciones del Consejo Nacional Indígena? ¿Dónde los comandantes rebeldes de la selva y de los Altos, eclipsados por el protagonismo de Marcos, que después de su otra campaña contra López Obrador ha vuelto a la hamaca, tal vez, hasta las próximas elecciones, como ya se le va haciendo costumbre?
A quienes deseen opinar sobre formas de lucha contra Ulises Ruiz en apoyo a la APPO, sobre futuras elecciones libres fuera de la televisión, sobre la inaplazable caída de Ugalde y cómplices en el IFE, sobre políticas de unidad de acción anticalderónicas o sobre los temas que debe discutir la CND en marzo, Desfiladero les extiende una cordial invitación: anímense, escriban y manden sus propuestas, que el sábado entrante serán publicadas, como lleguen, en wwwdesfiladeronlainblogspotcom.
Otro peligro para México
La que, por su parte, no tuvo ocasión o ganas de emitir comentario alguno acerca de las más de 200 cartas que exigen la destitución del procurador capitalino, Rodolfo Félix Cárdenas, y de la fiscal de procesos del Reclusorio Oriente, María Claudia Campuzano, fue la oficina del jefe de Gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard Casaubon (MEC, palabra que en argot francés significa amigo o en su equivalente chilango, cuate).
Pese a que tales mensajes pueden consultarse en desfiladeronlain... etcétera, el equipo del gobernante capitalino no pudo leerlos quizá porque, además de estar absorto en la colosal tarea de echar a volar el pesado avión de la administración pública, la figura de Ebrard empezó a ser ya blanco del ataque de los terroristas telefónicos que durante las elecciones de 2006 llamaban a toda hora para decirle a quien les permitiera oírlos que López Obrador era un "peligro para México".
Pues bien, ahora el apellido ha cambiado pero el sonsonete es el mismo y las voces recitan la sobada advertencia: "Marcelo Ebrard es un peligro para la ciudad de México". Otro método que están usando es el de telefonear a las tres de la mañana y saludar con estas palabras a la persona que conteste: "Le hablamos de parte del licenciado Marcelo Ebrard para agradecerle su voto y su apoyo".
Quienes insisten en cultivar el odio para defender sus privilegios y excusar su ineptitud, deberían echarle una mirada a Líbano. ¿Hacia allá quieren llevarnos?
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