miércoles, marzo 28, 2007

AMLO SIGUE. EL ESPURIO COMO LO QUE ES...ESPURIO PUES.

Opinión
México
AMLO sigue; Calderón pierde tono
Por: Julio Pomar (especial para ARGENPRESS.info)

Fecha publicación: 27/03/2007

Sin duda que las tormentas electorales del 2006 han amainado. Los dos principales contendientes parecen haber llegado a la conciencia de que hacerse la guerra a fondo, rabiosamente, como en la campaña, no los conduce a buenos resultados, ni a productos satisfactorios. Esta, que es sólo una impresión, la compartimos muchos. Sin embargo, es evidente que de parte de ambos esto sólo es apariencia. Resuenan tambores de guerra cada que se toca el tema electoral y también el asunto poselectoral, pero sobre todo cuando desde la administración pública actual, la impuesta, la panista, se acercan al tema de las reformas estructurales de fondo. Del otro lado empiezan a sonar fuerte los atabales de guerra. Y qué bueno que así sea, y qué bueno fuera que entre los calderonistas, empezando por su jefe, entendieran que en el otro campo no se mueven con caprichos o modas pasajeras, sino con verdades históricas e intereses nacionales, que no son los de los grupos privilegiados.

Ya Calderón le quiere echar aceite a las aguas embravecidas durante la elección y la poselección. De ahí sus entrevistas con La Jornada y con Milenio. Ya clama por respeto, cuando fue durante meses el atizador de la agresión contra López Obrador, con toda la falta de respeto del mundo. Es palpable que no se siente seguro. Y eso lo magnifica su equivocada estrategia de pelear contra el narcotráfico como una cosa aparte, deslindada de los demás fenómenos sociales que lo rodean y lo han acompañado desde un principio. No está conquistando una base social que le permita afrontar los retos, precisamente porque su ideología elitista a lo panista lo lleva a despreciar cualquier base social popular. Ahora dice que ha sido objeto de amenazas por parte de los narcos por las acciones emprendidas contra ellos en los cuatro primeros meses de su administración. Sólo él lo sabe. Pero es evidente que no les ha asestado golpes demoledores, o cuando menos sensibles. De ahí las presuntas respuestas amenazantes de los delincuentes organizados.

Dijo en campaña que rebasaría a López Obrador “por la izquierda”. No pasó de ser una infeliz frase de campaña, que no tuvo entonces ni tiene ahora ningún asidero en la realidad. El que se junte y tome la foto en México con la señora Bachelet, presidenta chilena, de una izquierda muy morigerada por el estatus de pinochetismo que aún impera en su país y que condiciona y acota su presidencia, no implica rebasar a nadie por la izquierda, aunque algunos lo quieran ver como un tibio acercamiento a una América Latina que cada vez está más lejana a las expectativas de la administración calderónica. En lo social interno no se ha visto absolutamente para nada que esté en la disposición de lograr ese “rebase”, ni de ánimo ni de circunstancias.

Mientras tanto, López Obrador sigue -en medio del más profundo silencio de los grandes medios, que más que hacerle daño a él se lo hacen a la vida pública del país y al mismo Calderón- en su campaña ahora casa por casa, pueblo por pueblo, ciudad por ciudad, y recoge adhesiones que llegado el momento tendrán que aflorar si no es que explotar. Será silenciada por la telecracia y la radiocracia la actual ruta obradorista, pero es evidente que el tabasqueño no ha bajado la guardia y sigue avanzando en los ánimos populares. Al menos, se mantiene ahí, entre ellos. Cosa que pese a todo su gran despliegue de recursos, no logra Calderón, ni siquiera con sus clases medias derechistas que tanto se dice que lo quieren. Cada vez se encierra más en el cerco militar.

Ya vendrán las reformas profundas en asuntos fundamentales para el país. Ahí se verá de que tamaño y fuerza son las piernas de uno y otro jinete, para cruzar el río. Por lo pronto, hay silencios ominosos, que presagian nuevos enfrentamientos.

Sabio

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