Por: Edna Lorena Fuerte
Cd. Juárez, Chihuahua, México
La semana pasada se emitió en Bruselas el documento "Impacto, Adaptación y Vulnerabilidad" que presentaron varios países miembros de la Organización de Naciones Unidas a través de los trabajos del Grupo Intergubernamental de Expertos, en el que se detalla el impacto que tendrán los cambios climáticos en las próximas décadas.
A partir de este documento se ha suscitado un hecho sin precedentes en la agenda de la ONU, pues el Consejo de Seguridad por primera vez abordará la problemática ambiental como un asunto prioritario para la seguridad mundial, más aún, como una discusión impostergable para la comunidad internacional.
El informe plantea un panorama catastrófico para el 2020: la posible extinción del 30% de las especies animales y vegetales del mundo, incendios forestales, escasez de agua, sequía y modificación de la temporadas agrícolas, aumento del nivel del mar de 4 a 6 metros; todo ello como resultado de un aumento de entre 2 o 3 grados en la media de la temperatura registrada en 1990.
Resulta entonces cada vez más evidente la necesidad de acciones concretas a nivel global para abatir los efectos del calentamiento de la tierra, pero esas acciones deben ser construidas por las voces locales, de cada región y cada continente, que pongan en la mesa sus preocupaciones y propuestas.
Especialmente preocupante para quienes habitamos en Chihuahua, es la mención del desierto de nuestro estado dentro de las 10 regiones en peligro inminente ante las condiciones climáticas; esto nos urge a todos los chihuahuenses a abrir la discusión y comenzar a generar propuestas.
Propuestas que deberán ser llevadas a todos los espacios de discusión, locales, nacionales e internacionales, que hagan factibles las acciones necesarias para preservar lo más que se pueda nuestro hábitat. Ya no se trata sólo de una toma de conciencia que nos conduzca a actitudes personales favorables al ambiente; sino de acciones concretas y radicales que se enfrenten al panorama catastrófico que se prefigura.
Hemos planteado en repetidas ocasiones la necesidad de colaboración entre naciones de una misma región para abatir problemáticas comunes. El caso del riesgo climático requiere de la mayor cooperación de todas las naciones, pues el mundo entero está en riesgo. Si bien es cierto que no se puede detener del todo o modificar la tendencia de la temperatura mundial, se tiene que trabajar para lograr la mayor adaptación posible a los mismos.
Hay, en el informe que referimos, un diagnóstico severamente atendible sobre el impacto climático, desde una perspectiva científica que no deja espacio a matizar interpretaciones, estableciendo una radiografía sobre la vulnerabilidad de las distintas regiones, lo que nos debe llevar a la reflexión sobre la desigualdad de condiciones y recursos de las diferentes zonas de la tierra que, al fin y al cabo, afectará de manera generalizada a todo el planeta.
Las acciones ambientales no pueden quedar delegadas a organismos internacionales, su afectación generalizada urge de la participación activa de todos, como individuos, entidades, naciones u organismos multinacionales dispuestos a construir propuestas y destinar recursos que aseguren el futuro de la humanidad.
Soy Edna Lorena Fuerte y mi correo es ednalorenafuerte@yahoo.com, para sus valiosos comentarios. Gracias.
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