ISRAEL RODRIGUEZ J.
Durante los primeros meses de la actual administración, el costo de 42 productos de la canasta básica se ha incrementado poco más de 32 por ciento, con lo que el deterioro del poder adquisitivo de los trabajadores persiste, revela un análisis de la secretaría de la hacienda pública del "gobierno legítimo" encabezado por Andrés Manuel López Obrador.
De esta manera, se observa que la evolución de los precios de 42 productos que componen la canasta básica revela que mientras el crecimiento de los precios durante el periodo enero-diciembre de 2006 fue de 10.53 por ciento, durante los primeros meses del gobierno de Felipe Calderón (primero de diciembre de 2006 al 4 de abril de este año) el costo de estos mismos 42 productos de la canasta básica se ha incrementado en 32.57 por ciento.
Así, mientras que en enero de 2006 para adquirir estos 42 productos básicos una persona tenía que realizar un gasto de 740.44 pesos, para diciembre de 2006 el gasto necesario para adquirir estos mismos productos se ubicó en 818.44 pesos, y para el 4 de abril de este año, el costo de esta canasta básica ya era de mil 85 pesos.
Recordó que en enero de 2006, el salario mínimo mensual fue de mil 457.1 pesos, por lo que el costo de esta canasta básica representaba 56.1 por ciento de esa cifra, lo que en otras palabras quiere decir que un trabajador tenía que destinar 121.96 horas de trabajo, equivalente a 15 días de labor en jornadas de 8 horas, para adquirir 42 productos básicos.
Sin embargo, para abril de 2007 el costo de esta misma canasta básica representa 71.5 por ciento del salario mínimo mensual de un trabajador, por lo que éste ahora tiene que destinar 170.36 horas de trabajo, es decir, 21.3 días de trabajo en jornadas de 8 horas, para adquirir estos mismos 42 productos.
Para vivienda, vestido y transporte, 9 días
Así, un trabajador que percibe salario mínimo sólo destinará el salario de nueve días de trabajo para financiar su gasto en vivienda, vestido y transporte, lo cual es prácticamente imposible.
El estudio realizado por la secretaría de la hacienda pública, con base en un salario mínimo de 48.57 pesos, y de 50.57 pesos al día, para 2006 y 2007, respectivamente, indicó que mientras el equipo económico del actual gobierno ha sido absolutamente ineficaz para contener la escalada de precios, "el Banco de México persiste en la idea de reflejar una 'economía virtual', y reportó para el mes de marzo una inflación de 0.22 por ciento, con lo que la inflación anualizada se ubicó en 4.1 por ciento aproximadamente; sin embargo, los incrementos en los precios de los principales bienes de consumo básico han mostrado crecimientos muy superiores a los reportados por el banco central".
Con base en cifras de la Secretaría de Desarrollo Económico del Gobierno del Distrito Federal, y de la Procuraduría Federal del Consumidor, se muestra que al mes de abril de 2007, de los 42 productos básicos de la muestra sólo tres registraron incrementos inferiores al porcentaje de aumento al salario mínimo en este año, ya que la mayoría mostró crecimientos superiores a 3 por ciento, con lo cual ha aniquilado el poder adquisitivo del salario mínimo, incluso por debajo de los niveles alcanzados en enero de 2006.
Por ejemplo, un obrero que percibe el salario mínimo requería en enero de 2006 de 9.55 horas de trabajo para adquirir un kilo de bistec, de 6.59 horas para adquirir un kilo de carne molida, de 0.82 horas para comprar un kilogramo de tortilla, o de 2.47 horas para adquirir dos kilos de azúcar.
Pero para abril de 2007, el mismo obrero, percibiendo un salario mínimo, requiere de 11.40 horas de trabajo para adquirir un kilo de bistec, 9.5 horas para adquirir un kilo de carne molida, y 1.36 horas para obtener un kilogramo de tortillas.
En tanto, el jefe del Ejecutivo federal, Felipe Calderón Hinojosa, con todo y su sueldo reducido en 10 por ciento, invierte sólo 0.10 horas para adquirir un kilo de bistec, y sólo 1.7 horas para comprar una canasta básica, mientras que un obrero lo hace en 21.3 días de trabajo.
La secretaría de la hacienda pública, encabezada por Mario di Costanzo, asegura que esta situación sugiere que el seguimiento de los precios que realiza el Banco de México para obtener los resultados de la inflación o el crecimiento de los precios en la economía, "ya no refleja la realidad del poder adquisitivo de las familias".
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