Alfredo Jalife-Rahme
"Liberación económica" contra el FMI
En la fase del orden colonial, la independencia pasaba por la "liberación política". En la fase de la desregulada globalización financiera neofeudal, el óptimo modelo que le asienta al unilateralismo unipolar, la nueva independencia de los países subyugados se traduce en la "liberación económico-financiera".
De Asia a Sudamérica soplan vientos refrescantes de "liberación económico-financiera" que han aislado, cuando no expulsado, al Fondo Monetario Internacional (FMI), mientras el Banco Mundial (BM) es puesto en la picota.
No podemos decir "Latinoamérica" en lugar de Sudamérica, porque el "México neoliberal" y la mayoría de los países de Centroamérica siguen atados a la "fiscalcracia" centralbanquista monetarista que les han impuesto los "organismos internacionales" -FMI y BM, y sus excrecencias, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID)- que controla EU para avanzar su agenda unipolar.
Los llamados "organismos internacionales" surgidos en Bretton Woods después de la Segunda Guerra Mundial funcionaron excelsamente hasta 1971 cuando en forma unilateral Nixon desacopló el dólar del "patrón-oro" que había proveído estabilidad al sistema financiero durante 27 años y había prohijado crecimiento y desarrollo pocas veces visto, como explaya el economista escosés Angus Maddison en su libro imprescindible Economía mundial: perspectiva de un milenio.
A partir de 1971 -una década de gran inestabilidad geopolítica, financiera y petrolera que reflejaba el nuevo ajuste de la ruptura del dólar con el "patrón-oro" y la derrota de estadunidense en Vietnam-, el mundo "occidental" entró en la flotación de las divisas que se acentuó con la extinción de la Unión Soviética y el advenimiento de la desregulada globalización financiera neofeudal que llegó a su clímax con las devastadoras crisis en Asia y Sudamérica de 1997 a 2000, que en su conjunto beneficiaba la unipolaridad del dólar.
En 1994, México ya había experimentado el efecto tequila por la apertura financiera alocada del Tratado de Libre Comercio de América del Norte que desembocó en su insólita orfandad bancaria cuando más de 92 por ciento de la banca nacional (en términos de "capitalización de mercado") pasó a manos trasnacionales.
A partir de 2000, a raíz del tsunami financiero (que en Asia y Sudamérica acusan a Estados Unidos de haber generado en forma deliberada), Asia empezó su gradual liberación económico-financiera bajo la "Iniciativa Chiang Mai" -avalada por los tres grandes del noreste (China,Japón y Sudcorea) y 10 naciones del sudeste asiático (ASEAN, por sus siglas en inglés)- con el fin de respaldarse mutuamente mediante empréstitos de emergencia (los swaps).
Los asiáticos, ya no se diga los sudamericanos, quedaron traumados y traumatizados con la conducta depredadora del FMI, cuyos "préstamos" llevaban los grilletes de las infames "condicionalidades". Para obtener 100 mil millones de dólares, Tailandia, Indonesia y Sudcorea fueron obligados en plena crisis a recortar sus gastos, a elevar sus tasas de interés, y a rematar sus joyas estratégicas propiedad del Estado para ser privatizadas por las trasnacionales.
Ha pasado una década, y Tailandia, Indonesia y Sudcorea resucitaron y pagaron sus adeudos al depredador FMI y han recuperado su soberanía económico-financiera, mientras los asiáticos de la "Iniciativa Chiang Mai" ("ASEAN más tres") cuentan con unos azorantes 2.7 millones de millones (trillones en anglosajón) de dólares, 50 por ciento del total de reservas mundiales, y se disponen a colocar una parte en un fondo común (Shamim Adam, Bloomberg, 3-05-07) para enfrentar la inminente crisis financiera de ajuste global.
Un cosa son las reservas regionales del grupo "ASEAN más tres" y otra el monto descomunal de toda Asia por 3.37 millones de millones de dólares, según Shamim Adam, que equivale a 61.2 por ciento mundial donde descuella el asombroso BRIC (Brasil, Rusia, India y China) en los primeros 10 lugares y con más de la tercera parte de todas las reservas mundiales: en el primero, China 1.2 millones de millones; tercero, Rusia 361 mil 200 millones (gracias al auge petrolero que acaba de desbancar a Taiwán); sexto, India 203 mil 92, y noveno, Brasil 119 mil 331 millones de dólares.
Las reservas de divisas cesaron de ser de color verde unipolar para convertirse en amarillo étnico. Los datos recientes que hemos recabado son más abultados cuando se trata de lo que denominamos el "circuito étnico chino" que cuenta con un total de 1.74 millones de millones (31.6 por ciento mundial) conformado por China; Taiwán, cuarto lugar, con 267 mil 490 millones; Singapur (más de 70 por ciento de la etnia china), séptimo, con 137 mil millones, y Hong Kong (que pertenece a China bajo la modalidad de "un país y dos sistemas"), octavo, con 135 mil 400 millones de dólares.
Otras dos potencias del noreste asiático disponen de pletóricas reservas: Japón, segundo lugar con 908 mil 958 millones, y Sudcorea, quinto, con 243 mil 920 millones de dólares.
Una nueva crisis financiera difícilmente podría golpear a los países asiáticos como en la década unipolar pasada y aquellos tres países martirizados por el efecto dragón hoy cuentan con reservas respetables: Malasia, lugar 12, con 89 mil 500; Tailandia, lugar 17, con 70 mil 600 millones, e Indonesia, lugar 26, con 47 mil 221 millones de dólares.
Apostamos sin ver, como en el sagrado póquer, que pronto India desplazará tanto a Taiwán y a Sudcorea, para colocarse en el cuarto lugar mundial detrás de Rusia para asentar el notable momento geoeconómico del BRIC.
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