viernes, mayo 11, 2007

¡De eso se trata!

Julio Hernández López

De lo que se trata es de abrirle la puerta a los gringos para que mediante inversión económica gubernamental controlen abiertamente las telecomunicaciones, el espacio aéreo, las fronteras y el aparato de represión (policías, soldados y marinos) de México. Por ello el calderonismo ha escalado irresponsablemente la "guerra" al narcotráfico y ha colocado al país en una gran tensión social e institucional. A partir de ese escenario intencionalmente agravado se pretende justificar la "alianza" con el poder estadunidense y la firma de convenios que colocarán a México en condición expresa de subordinado protegido, de patio trasero con malla de alambre electrificada por el temeroso patrón rico que además desea que nadie moleste con pétalos de críticas y movilizaciones a su velador servicial (¡nadie se atreva a quitarle a esta última palabra las letras CIA: atentamente, el muy constitucional Cuerpo Especial de Fuerzas del Astillero).

Como presidente electo, Felipe Calderón habló con George W. Bush del asunto cuando lo fue a visitar a Washington y luego, ya en funciones, en marzo pasado en Mérida. El 23 de marzo se produjo aquella declaración valentona de Arturo Sarukhán, embajador de México que ante editores de The Washington Post dijo que Estados Unidos no está haciendo "lo suficiente" en la lucha binacional contra el narcotráfico, y que el gobierno de Calderón iba "a necesitar más cooperación". La osada declaración del intrépido embajador molestó a voceros como el del Departamento de Estado, Sean McCormack, quien consideró muy verde al mexicano, sin entender que éste sólo era parte de la estrategia calderonista de mercadotecnia que en realidad lo que buscaba era dólares.

El presidente formal necesita que Estados Unidos incremente la ayuda económica a México para que aquí se combata con sangre el tráfico de lo que en aquel país se fuman, inyectan o aspiran en santa calma. Los dólares serán usados para el pago de más acciones policiales-militares que del narcotráfico podrán pasar a la contención y represión de movimientos sociales de inconformidad. Calderón requiere de mucho dinero para sostener el carísimo aparato armado que le permite sostenerse en Los Pinos, y el diario espectáculo nacional bélico sirve para acelerar la decisión de los gringos de comprar seguridad geográfica y política, condicionando su apoyo económico al planteamiento de, por ejemplo, "fortificar las telecomunicaciones del vecino país y su habilidad para monitorear su espacio aéreo", según la nota que Alfredo Corchado publicó ayer en la parte baja de la primera plana de The Dallas Morning News y que reprodujo Notimex.

Corchado asegura que funcionarios de México y Estados Unidos le hablaron de lo que es llamado oficialmente "Iniciativa de Seguridad Regional" y, coloquialmente, Plan México, en abierta referencia al programa intervencionista que desarrolla Washington en Colombia. Con este Plan México, el gobierno felipillo se resignará a recibir recursos económicos de Estados Unidos como nunca antes, lo que abre apetitos de lucro entre secretarios de telecomunicaciones como el embajador económico de Estados Unidos en México, Luis Téllez (comisionado por el Grupo Carlyle en la Secretaría de Comunicaciones y Transportes), cuñados informáticos ávidos de recibir pago por servicios electorales, y procuradores, secretarios de seguridad pública, generales, marinos y jefes policiales que podrán usar a discreción los fondos extranjeros con la condición de que entreguen buenas cuentas a los patrones contratantes: fronteras controladas, migración regulada, mano dura contra izquierdistas o disidentes y un gobierno "estable" aunque esté sostenido sobre bayonetas.

Las revelaciones del Dallas Morning News se dieron al mismo tiempo que los mexicanos se enteraban de la nueva disposición oficial que crea un cuerpo selecto del Ejército y la Fuerza Aérea que intervendrá en casos de peligro nacional como, por ejemplo... disturbios sociales, gelatinoso y discrecional concepto en el que todo podrá caber. Ayer mismo, por ejemplo, la reportera Doris Gómora publicaba en primera plana de El Universal una nota a partir de la cual estudiantes de facultades de ciencias sociales, hombres con preparación académica y universitarios de izquierda podrían ser considerados terroristas patrocinados por el narcotráfico. "Las FARC financian a grupos de izquierda", fue la cabeza del reporte que detalla que "de acuerdo con reportes de inteligencia del gobierno de Colombia, cuya copia tiene El Universal, las FARC destinan de sus ingresos -78 por ciento de los cuales obtienen por medio del narcotráfico; el resto es por extorsión, secuestros y cuotas de grupos de simpatizantes en el extranjero- un millón de dólares para su frente internacional, con especial énfasis en México, donde venden más de la mitad de la cocaína a los cárteles de la droga".

El perfil del narcoizquierdismo es el de "personas altamente politizadas que llevan en apariencia una vida normal, casi todos con una especialidad o un oficio montado por la guerrilla, desde el cual adelantan labores de inteligencia", según el "reporte" citado. Francisco Santos, vicepresidente de Colombia, habría agregado: "Muchas veces ellos pescan (a los simpatizantes) en esos sitios (facultades de ciencias sociales) para llevar a gente que va de lo político a lo propagandístico a otros temas ya mucho más delicados, el narcotráfico o el terrorismo". La nota asegura que "Inteligencia de Colombia tiene ubicadas oficinas y casas en las que se reúnen simpatizantes y activistas de las FARC en las ciudades de México, Guadalajara, Monterrey y Toluca". (Recuérdese que un par de años atrás se publicó una columna periodística sobre células bolivarianas y compra de armamento venezolano con dinero del Gobierno del DF para guerrillas mexicanas, información que produjo gran escándalo utilizado electoralmente por el PAN pero que hasta ahora no ha tenido ni un solo dato de confirmación). ¡Feliz fin de semana, en buen Plan México!


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