Miguel Angel Velázquez
De muy buena fuente logramos saber que un grupo de delegados, encabezados por el de Tláhuac, Gilberto Ensástiga, habrán de apersonarse en la Secretaría de Hacienda, en breve, para exigir que se les entreguen recursos en la misma medida que se hizo a la delegación Miguel Hidalgo.
Hasta donde se ha podido saber, el gobierno de la ciudad pidió a la misma Secretaría de Hacienda que se frenara la entrega de esos recursos porque están, al parecer, fuera de la normatividad, y así se hizo, pero una parte de esos dineros ya están en las arcas delegacionales, aunque no parecen suficientes para las obras que se tenían previstas.
Es decir, mientras son peras o manzanas, ya hay por ahí más de 50 millones de pesos que Hacienda giró directamente a la delegada Gabriela Cuevas, y que serían parte de una serie de inyecciones de capital que se utilizarían, según se dice, para obras viales.
Lo cierto es que hay muchas personas, entre ellas algunos legisladores de la ciudad, que se preguntan: ¿Quién fiscalizará el uso de esos recursos en lo que se dijo que se utilizarían? ¿Por qué la Secretaría de Hacienda destina ese dinero sin que se dé aviso a las autoridades de la ciudad? ¿Se está cometiendo un ilícito?
Estás cuestiones no parecen tener con mucho cuidado a los delegados, porque advierten que si el dinero es para beneficiar a la gente, bienvenido, pero señalan que hay delegaciones con muchos más problemas que la panista Miguel Hidalgo, y que si la SHCP es sensible a las necesidades de los habitantes de la delegaciones, ellos reclamarán justicia en el reparto.
En lo que parecen estar de acuerdo es que, por lo pronto, es evidente que existe una discriminación en la acción de la dependencia federal, puesto que favorece solamente a una delegación del mismo signo político al que obedece el secretario de Hacienda.
Los dineros que, hasta donde se sabe, ya recibió en parte la delegación Miguel Hidalgo, servirían, según se dijo, para construir un par de pasos a desnivel en la zona poniente de la ciudad, en Las Lomas para ser exactos, donde se sufre, eso sí, de graves problemas para la circulación vehicular.
El caso es que ahora sí los delegados, no sabemos con certeza cuántos, habrán de reclamar a la Secretaría de Hacienda un trato igual y justo respecto de los dineros federales que no llegan por las vías acostumbradas, es decir, según el presupuesto que aprueba la Asamblea Legislativa del Distrito Federal.
La pregunta salta: ¿Cuántas veces, de qué forma y para qué la Secretaría de Hacienda ha transferido dineros a las delegaciones panistas? Aquí hay lago raro, algo que huele mal y que no se quiere aclarar. Pronto tendremos que saber de qué se trata.
De pasadita...
La Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal y la Secretaría de Transporte y Vialidad iniciaron una investigación para saber quiénes, dentro de la propia Setravi, están metidos en la clonación de placas para taxis. Lo que ya se sabe es que de la propia dependencia salen los datos para las placas piratas.
Hoy hizo su aparición en un acto público el que a voz en cuello lo llamaba "mi hijo", el mismo que recibía, por parte de él, el tratamiento de "padre". Claro, nos referimos a Ignacio Morales Lechuga, quien así se refería del empresario Carlos Ahumada Kurtz, y que fue presuroso a pedir el saludo de Marcelo Ebrard en un acto y que lo había ignorado en su discurso, aunque forma parte de la organización que destinó dineros para salvar al río Magdalena, en la delegación Contreras.
En fin, Morales Lechuga fue por la foto y la logró. El jefe de Gobierno, dicen, tuvo que regresarle el saludo. ¿Nada más?
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