De Blogotitlan
Entran a Circulación los Bilimbiques Panistas
Por razones políticas, no económicas ni financieras, el supuestamente autónomo Banco de México mete a circulación un nuevo billete de 20 pesos, para quitarle a López Obrador el escudo juarista de su Gobierno Legítimo, y complacer otro capricho del presidente "institucional".
En más de 75 años desde el término bélico formal de la Revolución, cuando salieron de circulación los bilimbiques que se emitían irreflexivamente para financiar la lucha armada, México tuvo tres cambios del papel moneda representativo de la riqueza del país. Fueron las épocas de la estabilización económica y el peso fuerte.
Pero de 1992 a la fecha --o sea, en tan sólo 15 años neoliberales-- se registran CINCO cambios de billetes, en diseño, denominación y montos de emisión. Casi un cambio por sexenio, incluídos los negros años de Salinas de Gortari cuando se crearon los Nuevos Pesos, que luego sacaron de circulación.
Hoy que el gobierno es igual de ilegítimo, aunque más cuestionado, que el de Salinas de Gortari, el afán de trascendencia tecnocrática se juntó con la aversión a la nueva encarnación del demonio (con iniciales López Obrador) y todo lo que se relacione con él, que padece el "gobernante" espurio.
Preocupado por borrar toda huella del fraude electoral (que según la Iglesia católica "nadie vio") y las señales y símbolos de la resistencia civil que el mismo generó, el supuestamente autónomo Banco de México y la Casa de Moneda se apresuraron a cambiar los novedosos billetes de 20 pesos en los que recientemente se estrenó (junto con los de 50) la base de polímeros que los hacía más durables y resistentes, capaces de aguantar una vida útil mayor a los de papel moneda convencional.
Suprimieron el águila republicana juarista, adoptada por el Gobierno Legítimo de Andrés Manuel López Obrador como escudo, que por mentalidad y formación le causa escozor a la tecnocracia conservadora y ultrareaccionaria. Pero dejaron intocada la efigie de Juárez (que también les da escalofríos), como para hacer menos evidentes sus fobias.
Sin embargo, la profusa campaña mediática para acompañar la nueva emisión monetaria sólo destacó la abierta pretensión del gobierno ilegítimo de borrar todo vestigio de resistencia, manoseando --otra vez-- groseramente las "instituciones" supuestamente nacionales y autónomas (como el Banco de México) para ponerlas al servicio de sus particulares intereses facciosos y de coyuntura.
La nueva emisión de billetes de 20 responde, como en el caso de los famosos Bilimbiques de la Revolución, a las necesidades exclusivas de una facción regional, no al interés general del país, pues no toma en cuenta la imagen de inestabilidad que alimenta, no sólo por sus motivos y efectos, sino por su momento.
Las emisiones de billetes son constantes en todo el mundo, pues debe reponerse el circulante por su deterioro natural y lógico. Pero una cosa es emisión y otra el cambio de diseño, sobre todo en tan corto plazo. A modo de ejemplo, el dólar conserva el mismo diseño (apenas con leves e imperceptibles variantes) original, que proyecta una imagen de estabilidad y fortaleza a través del tiempo. Y por el estilo, muchas monedas de países con economías estables.
México, en cambio, a partir de 1992 cambia los billetes al contentillo de cada dictadorzito sexenal. Antes se censuraba que el PRI pusiera a trabajar la imprenta para sacar billetes supuestamente sin respaldo, pero ahora también se ponen a imprimir (quién sabe con cuánto respaldo) billetes a placer del jefe espurio en turno. La única diferencia es que los antiguos censores son los nuevos impresores.
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