Respecto a las notas de enojo por el "Vámonos", la deducción de que fue un arreglo que aún no sabemos bien a bien de qué, del oportunista de Yescas y de la posición de AMLO respecto a lo sucedido en el Grito, me uno al debate.
Es esta una oportunidad para que la autocrítica vaya orientándose a superar escollos y a aprender de las experiencias de una resistencia que tiene apenas poco más de un año de estarse organizando, es decir, es aún muy joven y por tanto susceptible de cometer errores.
La votación sobre el "vámonos" me dejó tan muda que me abstuve de votar y me marché en aras de la voluntad de la mayoría aunque me quedaba la duda de si Fecal no llenaría entonces la plaza que fue lo que ocurrió, pero no estaba segura de que le daría tiempo, ingenua de mí, ya estaban sus huestes de acarreados preparadas. Visto a la distancia sí creo que fue un error y agradezco profundamente a quienes se quedaron, hicieron bien, pues ellos de alguna forma siguieron el plan inicial y rescataron algo que se hubiera perdido completamente si no se hubiesen quedado. Pero en todo caso, no fue error de los representantes puesto que al someterlo a votación la gran mayoría votó por el "vámonos", está registrado en los videos, si no hubiese sido así no hubiera habido manera de soslayarlo, y cualquier arreglo adentro se hubiera anulado, así que asumamos nuestra responsabilidad. No sabemos si una forma de evadir las presiones a las que eran sometidos los representantes era justamente que nuestra mayoría abrumadora diera fuerza a esa acción. Es más, los que tenían la manta de AMLO la bajaron, porque la tricolor no tapó como reportó La Jornada la del Presidente Legítimo, la de AMLO ya no estaba y eso también desanimó a muchos.
Creo que el tal Yescas es un individuo oportunista al que no debemos confiarle ni tantito, pero no debemos olvidar que sí había gente de toda confianza interviniendo en las decisiones y no sabemos de a cómo estuvieron los cocolazos allá adentro, digo en las negociaciones, cómo se resolvieron las guerras de sonido, qué fue lo que tuvieron que negociar y si dentro de las decisiones que se iban tomando estaba la seguridad de la gente. En estas cosas de pronto las presiones y las distintas fuerzas que intervienen, contrarias y traidoras, no permiten que toda la resistencia pueda estar al tanto de lo que sucede en el momento y tenemos que confiar en quienes han dado muestra de solidaridad con el pueblo y sí nos están representando. No olvidemos que adentro de todo esto estaba Jesusa, quien ya más no es posible demostrar su lealtad, estaba la misma Doña Rosario, y estaba el gabinete legítimo, amén de otras personas comprometidas con la causa de la resistencia que no son ningunos pendejos y menos unos traidores. Pero finalmente la decisión la tomamos los que votamos o no porque si no hubiera sido así repito, no nos hubiéramos ido, tan es así que muchos se quedaron.
Ahora, si decidimos no confiar en los representantes tendremos que ir contemplando la posibilidad de organizarnos de otra manera en asambleas comunales, células, etc... que implican una interacción y una participación diferente.
Aunque es perfectamente válido cuestionarse y criticar las decisiones también tenemos que entender que la mayoría de los resistentes auténticos somos ciudadanos apartidistas que hasta hace poco nos dedicábamos a otros quehaceres propios de nuestras profesiones y nuestra vida personal y que no contamos con experiencia en estas lides, lo cual por un lado es bueno puesto que no estamos viciados ni corrompidos y somos un aire fresco y auténtico dentro del movimiento, pero por otro, no conocemos como se mueven estas cosas y no hemos pasado por experiencias tales como las ocurridas en Chile y Argentina en donde de pronto la situación se torna sangrienta y para que esto no suceda nuestro paso debe ser firme sí, pero también precavido y pacífico.
Aún con todo esto, sigo pensando que muchos que no estábamos totalmente de acuerdo con irnos nos hubiéramos quedado, esa fue nuestra responsabilidad y nuestro error, pero bueno, no queda más que aprender de la experiencia y asumir la responsabilidad que tuvimos en ello quienes ahí estuvimos porque es fácil juzgar fríamente desde lejos, a distancia en el tiempo, lo que no se vivió, aunque no necesariamente acertado, no perdimos la plaza, esa plaza es nuestra siempre y cuando decidamos permanecer en ella y tampoco hay que rasgarse las vestiduras y tomarlo como una tragedia, vamos adelante. Nos esperan muchas batallas y ojalá sólo consistan en estar con frío, desvelados por dos días y exponiéndonos, creánme que puede ser mucho peor; no es para nada la intención desconocer su sacrificio o no valorar a quienes se quedaron, al contrario reitero que los reconozco y admiro, nos rescataron a todos y gracias a ellos la resistencia tuvo un peso mayor, lamento no haber estado a su altura y haberme quedado, incluso a nivel personal me fui a mi casa con mi rabia, pero de ahí a que sintamos que lo hemos perdido todo me parece desproporcionado, porque sí hubo logros con lo que hicimos. Así que repito, vamos adelante.
En cuanto a la postura de AMLO respecto a todo este asunto creo que como ya se ha dicho, él no puede, ni debe, controlarlo todo porque aunque sea el líder, para eso está la resistencia con todos los representantes del Gobierno Legítimo y la CND. Curioso me resulta el que para algunos AMLO se fue precisamente para no estar metido en todos éstos "turbios arreglos" aunque no sé qué tan turbios realmente fueron (lo que pasa internamente no necesariamente es "lo oscurito" o "turbio", es interno porque puede no poder hacerse externo en el momento), y se olvidan de lo mero principal: AMLO está realmente comprometido con los más humildes, estoy segura que para él era significativo dar el grito precisamente en uno de los lugares más pobres y marginados, no solamente porque es la esencia de su movimiento sino porque ésta es la acción que lo representa y tenía que actuarse. No lo necesitábamos en el DF, para eso estábamos nosotros, que ya si nosotros los que tenemos un territorio amigo no podemos hacernos cargo de la situación pues está muy cabrón que avancemos, y si acertamos o erramos es nuestra responsabilidad y es la forma de irnos organizando y aprendiendo como coordinar las acciones.
Con mucha oportunidad recibo un correo de una lectora diciéndome que aunque está de acuerdo con las ideas que expongo le parece que hago una defensa y una alabanza exagerada de AMLO. Aunque agradezco su crítica porque me hace reflexionar y considero que no le falta razón, la explicación es ésta:
Considero como muchos que AMLO es mucho líder para tan poco partido, aunque de momento, no necesariamente a futuro, no le queda otra y por tanto es necesario fortalecerlo y que los nalguiprontos se den cuenta de que estamos con él sin asomo de duda sino plenamente convencidos; tengo un amigo que llega al grado de decir que es mucho líder para tan poco pueblo, y esto no en detrimento del pueblo, sino relacionado a tan poca conciencia, es un poco, me dice, como le pasó a Bolivia cuando llegó el Che Guevara. Aunque comprendo su punto de vista en lo que se refiere a la conciencia, no coincido totalmente con él porque así como Juárez triunfó sólo con poco más de cien personas en su inicio, en este caso los resistentes exceden cuantitativa y cualitativamente los que se necesitan para triunfar. Pero a veces, cuando un periodista como Julio Hernández que es de izquierda y declara cuestiones interesantes y verídicas, dice que AMLO apoya todo lo que hacen los del FAP me pregunto si no ha leído los varios artículos publicados en los que ha reitarado su crítica a la acción de los diputados en el Congreso respecto al alza de las gasolinas y explica porqué, o si, como a veces lo he dicho, hay mala leche. Esta es una de las razones por las cuáles me siento impelida a defenderlo, pero hay otras "más científicas" si se quiere:
En lo que se refiere al pensamiento, la psicología nos muestra que para emitir un juicio, que es el máximo ejercicio del pensamiento se tienen que pasar por varios niveles que van en este orden: memoria, comprensión, aplicabilidad, análisis, síntesis y finalmente juicio. Dentro de sus críticos muy pocos pasan el tercer nivel. Difícil es juzgar a un individuo que ha pasado cerca de cuarenta años como luchador social, que tiene amplios conocimientos de la historia de México, que ha estado en la política desde muy joven, que ha pasado por muchas experiencias dolorosas por defender sus convicciones y que ha logrado colocarse en la posición en la que está. Seguramente y pongo mi mano en el fuego que ha cometido y cometerá errores, no se me escapa el hecho de que es humano para nada, pero me pregunto si quienes lo critican han cosechado sus logros, si tienen todo el conocimiento que él tiene sobre lo que sucede para tomar las decisiones que toma, si se han sacrificado como él por sus convicciones, si han recibido el escarnio que ha caído sobre él, si los han odiado tanto como a él, si han aglutinado millones de personas en su apoyo y que confían en él, si conocen la república y al pueblo como él, si han estado en contacto con toda la gente con la que él se relaciona en todos los niveles; si la respuesta es sí que se pongan al frente del movimiento pero si como sospecho es no ¿cómo pueden juzgar con tanto desenfado? Si como digo no han pasado ni siquiera por el tercer nivel que es la aplicabilidad ¿con qué autoridad moral y de conocimiento lo hacen de un plumazo? La verdad he leído muchas pendejadas dentro de los resistentes y no porque suponga que tengo más conocimientos que ellos sino porque las aseveraciones que hacen no tienen más sustento que el visceral.
No quiero decir con esto que no deba analizarse hasta donde llegue la comprensión de sus críticos sus acciones porque esto le proporciona a él una retroalimentación para su reflexión, pero no pueden considerarse "jueces" puesto que ni siquiera tienen el conocimiento de todo lo que se está jugando, más respeto por favor. Sus voces son importantes como opiniones legítimas que contribuyen pero deben manifestarse así y no como juicios implacables. Para ponerlo en caricatura es como si un licenciado en matemáticas hubiera juzgado a Einstein en su investigación sobre la teoría de la relatividad; de que en el proceso que lo llevó a descubrirla seguro que se equivocó y varias veces, no hay duda, pero aunque pudiera un neófito de repente y como el burro que tocó la flauta hacerle ver una equivocación, esto es altamente improbable.
En síntesis, me queda claro que AMLO puede equivocarse, que es humano, que no es el Mesías y todas esas críticas muy válidas que hacen cuando se muestra apasionamiento por un caudillo, pero tengo absoluta confianza en que lo que haga con errores y todo es la persona más calificada y la que mejor puede ayudarnos a sacar a este país adelante, si no lo logra es porque no teníamos a alguien mejor y porque nosotros no estamos todavía a la altura de las circunstancias y seguiremos siendo el pueblo agachado, explotado y miserable que hemos sido y que va de mal en peor.
Así que primero, a trabajar, a autocriticarnos sí, pero a no dividirnos porque "si nos dividimos nos chingan" y repetiremos por enésima vez la historia de la izquierda y ya chole con no aprender de la historia y de seguirnos tropezando con la misma puta piedra; y segundo, ser más cautos, más analíticos y conscientes de nuestras limitaciones en las críticas al líder, porque si encima de que los demás lo quieren destruir y no sabemos si hasta matar, nosotros también vamos a estarle pegando pues realmente no lo merecemos como líder y hasta sería preferible entonces mandarlo a su casa a disfrutar de su vida personal, y nombrar a Julio Hernández como líder del movimiento.
Entonces seguiré defendiendo y alabando a AMLO, no porque lo considere perfecto sino porque creo que mucha gente aún no valora a un individuo de los que se presentan cada 70 años si bien nos va y es necesario aprovechar su convicción y su fuerza para que venga un período en el que el país vaya hacia adelante y no hacia atrás como lo estamos viendo.
Veamos hoy sin falta la Verdad sea dicha.
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1 comentario:
Estoy totalmente de acuerdo y en la misma orbita que tu.....unidos venceremos!
Un abrazo!
Adriana.
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