Nueva jornada de represión deja nueve muertos en Birmania
Con fusiles en mano, miles de soldados reprimieron nuevas protestas contra la Junta Militar (Foto:Efe)
TeleSUR _ 27/09/07 - 16:37 CCS enviar imprimir
Por segundo día consecutivo y tras el toque de impuesto para reprimir las protestas en su contra, la Junta Militar birmana arremetió contra nuevas y multitudinarias manifestaciones en las que resultaron muertas nueve personas, que se suman a las cinco que perecieron el miércoles.
Al menos nueves muertos es el saldo de una nueva jornada de represión vivida este jueves por miles de birmanos que salieron a las calles para protestar contra la Junta Militar que gobierna al país asiático desde hace 45 años.
Por segundo día miles de personas desafiaron el toque de queda impuesto la noche del martes por los militares en el Gobierno, que se encuentra sometido a una fuerte presión internacional debido precisamente a la violencia producida en los últimos días.
Decenas de miles de personas salieron a las calles para rechazar el toque de queda y las agresiones del martes contra manifestantes y monjes budistas, pero fueron repelidos por los militares birmanos que patrullan día y noche por las principales calles de Rangún (antigua capital) y Mandalay (norte).
"Les damos 10 minutos. Si no se van, emplearemos medidas extremas", gritaron los soldados a través de megáfonos que en ocasiones advertían a la población y en otras, según los testigos, disparaban sin previo aviso contra los manifestantes que se concentraron principalmente en la Pagoda (edificio) de Sule, en el centro de Rangún, convertida en un punto emblemático para los manifestantes.
Pero la televisión nacional, controlada por la junta militar, aseguró que "los manifestantes lanzaron ladrillos, palos y cuchillos contra las fuerzas de seguridad, que no tuvieron otra opción que realizar disparos de advertencia".
Un camarógrafo japonés de la agencia de prensa nipona APF, Kenji Nagai, de 50 años, fue una de las personas que murió de un disparo, según reseñaron agencias de noticias internacionales, citando fuentes de un hospital birmano.
Con las muertes de este jueves, suman 14 las víctimas fatales de las represiones militares, que han despertado alarma y el repudio en la comunidad internacional.
Detractores de la Junta Militar birmana, denunciaron que la noche del miércoles soldados asaltaron seis monasteriosde Rangún en donde detuvieron a unos 800 monjes y mataron a otro de un disparo, según informaron las radios birmanas de la disidencia.
La ofensiva militar también fue dirigida contra los miembros de la Liga Nacional por la Democracia (LND), cuyo portavoz Myint Theint, pasó a engrosar la lista de miembros de esa formación que están detenidos, y que incluye a la líder y premio Nobel de la Paz, Aung San Suu Kyi, en cautividad desde junio de 2003.
Ante la presión internacional, el gobierno militar aceptó recibir la visita de un enviado especial de la ONU, Ibrahim Gambari, a solicitud del Consejo de Seguridad que el miércoles realizó una reunión de urgencia para abordar el conflicto en Birmania.
Desde hace años, en Birmania no se permiten concentraciones de más de cinco personas, pero la ley ha sido ignorada por los manifestantes en las últimas semanas.
En este país del sureste asiático no se celebran elecciones legislativas desde 1990, cuando Suu Kyi, al frente de la LND, consiguió una victoria abrumadora que nunca ha sido reconocida por los generales que rigen el país desde 1962.
nn-Afp-Efe/MT
TeleSUR _ 27/09/07 - 16:37 CCS enviar imprimir
Por segundo día consecutivo y tras el toque de impuesto para reprimir las protestas en su contra, la Junta Militar birmana arremetió contra nuevas y multitudinarias manifestaciones en las que resultaron muertas nueve personas, que se suman a las cinco que perecieron el miércoles.
Al menos nueves muertos es el saldo de una nueva jornada de represión vivida este jueves por miles de birmanos que salieron a las calles para protestar contra la Junta Militar que gobierna al país asiático desde hace 45 años.
Por segundo día miles de personas desafiaron el toque de queda impuesto la noche del martes por los militares en el Gobierno, que se encuentra sometido a una fuerte presión internacional debido precisamente a la violencia producida en los últimos días.
Decenas de miles de personas salieron a las calles para rechazar el toque de queda y las agresiones del martes contra manifestantes y monjes budistas, pero fueron repelidos por los militares birmanos que patrullan día y noche por las principales calles de Rangún (antigua capital) y Mandalay (norte).
"Les damos 10 minutos. Si no se van, emplearemos medidas extremas", gritaron los soldados a través de megáfonos que en ocasiones advertían a la población y en otras, según los testigos, disparaban sin previo aviso contra los manifestantes que se concentraron principalmente en la Pagoda (edificio) de Sule, en el centro de Rangún, convertida en un punto emblemático para los manifestantes.
Pero la televisión nacional, controlada por la junta militar, aseguró que "los manifestantes lanzaron ladrillos, palos y cuchillos contra las fuerzas de seguridad, que no tuvieron otra opción que realizar disparos de advertencia".
Un camarógrafo japonés de la agencia de prensa nipona APF, Kenji Nagai, de 50 años, fue una de las personas que murió de un disparo, según reseñaron agencias de noticias internacionales, citando fuentes de un hospital birmano.
Con las muertes de este jueves, suman 14 las víctimas fatales de las represiones militares, que han despertado alarma y el repudio en la comunidad internacional.
Detractores de la Junta Militar birmana, denunciaron que la noche del miércoles soldados asaltaron seis monasteriosde Rangún en donde detuvieron a unos 800 monjes y mataron a otro de un disparo, según informaron las radios birmanas de la disidencia.
La ofensiva militar también fue dirigida contra los miembros de la Liga Nacional por la Democracia (LND), cuyo portavoz Myint Theint, pasó a engrosar la lista de miembros de esa formación que están detenidos, y que incluye a la líder y premio Nobel de la Paz, Aung San Suu Kyi, en cautividad desde junio de 2003.
Ante la presión internacional, el gobierno militar aceptó recibir la visita de un enviado especial de la ONU, Ibrahim Gambari, a solicitud del Consejo de Seguridad que el miércoles realizó una reunión de urgencia para abordar el conflicto en Birmania.
Desde hace años, en Birmania no se permiten concentraciones de más de cinco personas, pero la ley ha sido ignorada por los manifestantes en las últimas semanas.
En este país del sureste asiático no se celebran elecciones legislativas desde 1990, cuando Suu Kyi, al frente de la LND, consiguió una victoria abrumadora que nunca ha sido reconocida por los generales que rigen el país desde 1962.
nn-Afp-Efe/MT
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