Carlos Fernández-Vega
Pasta de Conchos: se requirió una comisión legislativa para concluir lo que ya se sabía
Puntual infractor de sus propias reglas, en agosto de 2006 el gobierno foxista decretó que los precios de las gasolinas tuvieran incrementos mensuales graduales que “no rebasen, de manera acumulada, el 3 por ciento anual” al cierre de ese año, y para el gas licuado de petróleo (LP) y las tarifas eléctricas de uso doméstico, de bajo y medio consumo, el 4 por ciento anual.
Era por demás importante fijar un tope a los precios de los bienes energéticos administrados por el sector público, que crecían de forma desbordada, por tener un creciente peso específico en las finanzas públicas y en el comportamiento inflacionario, toda vez que sus ventas representan aproximadamente una quinta parte de los ingresos presupuestales totales y casi el 8 por ciento del Índice Nacional de Precios al Consumidor.
Eso decía el decreto firmado por el de la banda del jeep rojo, pero en realidad los incrementos en dichos precios sobrepasaron ampliamente la banda establecida: 6.96 por ciento, promedio anual. Ya en el primer trimestre de 2007, esos mismos precios disminuyeron para ubicarse en 3.43 por ciento, para repuntar a 3.71 por ciento en agosto pasado... hasta que llegó el gasolinazo septembrino, de tal suerte que a lo largo de un año esa proporción fácilmente se duplicará.
Poco más de un año después de tal decreto, y con el gasolinazo septembrino recién aprobado, el Centro de Estudios de las Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados ha hecho un ejercicio sobre el comportamiento, en ese periodo, de los llamados precios administrados (gasolinas, electricidad, gas) que tanto inciden en el ingreso público y en el comportamiento inflacionario.
Así, de acuerdo con las disposiciones de la Secretaría de Hacienda, el aumento en el precio de las gasolinas se establece conforme a un incremento predeterminado; el ajuste de los precios de las gasolinas debe ser de 0.3 por ciento mensual. Sin embargo, durante 2007, los incrementos mensuales observados han resultado, en general, mayores a los que se habían establecido. El precio de la gasolina Premium (importada) tuvo incrementos promedio mensuales de 0.4 por ciento, el único mes donde registró un incremento menor (0.24) fue en enero.
El incremento acumulado al mes de agosto de 2007 fue de 3.26 por ciento para la Premium y de 3.41 por ciento para la Magna, que se produce en el país, incrementos 0.86 y 1.01 por ciento mayores, respectivamente, a las disposiciones hacendarias (obvio que este balance es sin gasolinazo septembrino).
De acuerdo con lo aprobado por la Cámara de Diputados, a propuesta del gobierno calderonista, a partir del próximo mes de enero, y a lo largo de 18 meses, se registrará un incremento constante en el precio de las gasolinas. De 2 centavos mensuales a la gasolina Magna, y de 2.44 centavos a la Premium, hasta alcanzar 36 y 44 centavos por litro, respectivamente. La estimación del referido Centro de Estudios señala que la incidencia del incremento en la inflación en 2008 sea de 0.1218 puntos porcentuales; es decir, si se prevé una inflación de 3 por ciento para el cierre del año, con el aumento propuesto en las gasolinas la inflación se ubicaría en 3.1218 por ciento, pero sólo considerando el alza en el precio de las gasolinas, sin incluir la inflación esperada ni los incrementos mensuales autorizados por la Secretaría de Hacienda, ni mucho menos los efectos colaterales para el resto de la economía.
Por lo que hace a las tarifas eléctricas nominales, entre enero de 2006 y agosto de 2007 tuvieron un comportamiento volátil con una ligera tendencia ascendente, siguiendo el comportamiento de las tarifas en los mercados internacionales. En los sectores de los servicios y comercial se observa una tendencia positiva mayor a la de los otros sectores debido a que los precios tuvieron un incremento más pronunciado en los meses de marzo y abril de 2007; las tarifas eléctricas en los sectores industrial y doméstico muestran variaciones menos pronunciadas, mientras que en el sector agrícola los precios se mantuvieron prácticamente constantes.
No obstante, en el periodo de referencia la tarifa para el sector servicios tuvo un incremento de 9.66 por ciento en relación con el mismo lapso de 2006; para el sector agrícola el aumento fue de 8.99 por ciento y para el comercial de 8.71 por ciento. Para el industrial fue de 4.56 por ciento (el más reducido de todos) y de 6.58 por ciento para el sector doméstico.
En el caso del gas LP, durante 2007 continuaron las medidas establecidas para el control del precio y su incremento se establece de acuerdo con un desliz predeterminado. Aún cuando en los primeros ocho meses de 2007 los aumentos han estado por debajo del límite inferior establecido de 0.75 por ciento, las variaciones mensuales del precio en ese periodo han sido, en promedio, de 0.32 por ciento. Por lo que toca al gas natural, en el primer trimestre de 2007 los precios disminuyeron como resultado de la reducción del precio de referencia internacional; sin embargo, el segundo trimestre repuntaron debido al alza en el precio de energéticos de referencia internacional.
En fin, como lo señala la Cámara de Diputados, la participación de las ventas internas de los bienes administrados respecto a los ingresos presupuestarios del sector público muestra, en términos nominales, una tendencia al alza: pasaron de 12.47 por ciento en 1990 a 20.94 por ciento en 2006, y para julio de 2007 la proporción se incrementó a 21.51 por ciento, casi el doble que 17 años atrás y el mayor desde entonces (sin considerar el gasolinazo aprobado en septiembre pasado).
Las rebanadas del pastel
Requirieron de una comisión especial del Legislativo y un año y medio para concluir lo que todo el mundo supo desde aquel 19 de febrero de 2006: que el siniestro en Pasta de Conchos fue provocado por negligencia y omisión culposa de Industrial Minera México; la negligencia y omisión de las autoridades de la Secretaría del Trabajo y el incumplimiento de la Secretaría de Economía. Bueno, ahora que ellos ya saben, pues que procedan en contra de los responsables.
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