Estado de los Estados
Por Lilia Arellano
“Las promesas son olvidadas por los príncipes, nunca por el pueblo”.
Giussepe Manzini
Pasar una “Feliz Navidad” y un “Próspero Año Nuevo” en este 2007 se ha convertido en estos días en una mera formalidad, pues de todas partes -análisis económicos de firmas internacionales y nacionales, estudios de la iniciativa privada y hasta reportes oficiales- nos llegan amenazas, avisos, advertencias y alertas sobre la critica situación que se resentirá en todo el país a partir del primero de enero como consecuencia de la convergencia de varios factores que golpearán despiadadamente al de por si bajo nivel de vida de millones de mexicanos, entre los que destacan el gasolinazo, la nueva reforma fiscal con su catarata de impuestos y la apertura de la cláusula agraria del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).
Y para defenderse de ese despiadado ataque a su economía familiar, los trabajadores mexicanos no contarán con armas ni con parque. Para empezar, el dirigente del Consejo Coordinador Empresarial Mexiquense (CCEM), Peter Homberg Lehman, ya advirtió a los trabajadores de esa entidad, y los del resto del país también ya firmaron el acuse de recibo, que el incremento salarial para el próximo año no será mayor a cuatro por ciento, a pesar de que varios sindicatos han solicitado aumentos del 10 por ciento a fin de lograr compensar la pérdida del poder adquisitivo de sus afiliados.
Según el dirigente empresarial, la iniciativa privada del país no está en condiciones de atender la demanda de los trabajadores, ya que el panorama económico que se espera para el 2008 será muy difícil para las empresas. Incluso, adelantó que la negociación que habrá con los sindicatos en enero próximo será no para incrementar salarios, sino para ver la forma de mantener la plantilla laboral.
En el sector oficial los trabajadores no cuentan con ningún aliado. Hace unos días el propio secretario del Trabajo, el ex zedillista y negociador del caso “Zhenli Ye Gon”, Javier Lozano Alarcón, quien habla de todo lo que no sabe incluidos temas laborales, había señalado que los incrementos salariales para el próximo año tendrían que estar acorde con las estadísticas oficiales sobre la inflación, por lo que no se tenía ni por equivocación el propósito de intentar recuperar aunque sea un poco el poder adquisitivo de la clase mayoritaria. Tras anunciar que el próximo viernes se dará a conocer el incremento a los minisalarios, ese funcionario descartó de plano la unificación de las zonas geográficas de dichos salarios mínimos.
Al igual que sus antecesores en el cargo, el tristemente celebre químico Francisco Javier Salazar Sáenz, y el ultraconservador Carlos Abascal, Lozano Alarcón se ha convertido en un avezado abogado al servicio de las causas empresariales y en ese papel exhortó a los obreros a actuar con prudencia, para llegar a un acuerdo sobre el porcentaje de aumento, “sin que afecte las fuentes de empleo y el poder adquisitivo, tomando en cuenta el entorno económico que se prevé para el próximo año. Este inepto funcionario advirtió, como no queriendo la cosa, que no hay porqué darle pretextos al sector empresarial para reetiquetar los productos, provocar alzas de precios y, con ello, problemas inflacionarios.
Dentro del gabinete calderonista parece que sus integrantes desconocen en qué país viven o qué Estado es el que intentan administrar, pero eso sí, hablan y declaran a los medios de comunicación como si supieran de las áreas que abordan, demostrando con ello la brutal ignorancia que los acompaña a todas partes. Es en este contexto que se explican declaraciones como las del secretario de Agricultura, Alberto Cárdenas Jiménez, quien sostuvo que los precios de la carne de res, cerdo, pollo, huevo, leche y tortilla “no deberían subir el próximo” por los precios del maíz o de insumos en el campo, “porque el gobierno apoyó durante este año la compra de grano a bajo precio”, a pesar de lo cual todas las amas de casa del país resintieron los brutales incrementos no sólo en las tortillas sino en la gran mayoría de productos de primera necesidad.
Otra declaración de antología fue la de Beatriz Zavala, quien cobra sin trabajar en la Secretaría de Desarrollo Social, quien señaló que los alimentos de la canasta básica continuarán blindados durante el próximo mediante lo que quedó de las tiendas Diconsa y Liconsa, “para que las personas que se encuentren en pobreza puedan tener acceso a esos productos. No conforme con eso, la Zavala también se atrevió a decir ante los micrófonos que “con el crecimiento económico que tiene el país no se pueden esperar escenarios catastróficos”, pues la pobreza en el país “se está reduciendo”. Para sustentar su afirmación explicó que son 14 millones 400 mil mexicanos los que viven actualmente en pobreza extrema y prometió que para 2012 se espera una reducción del 30 por ciento, lo que quiere decir que para 2008 se pasará de 13.8 a un 12.5 por ciento de pobreza extrema, con lo que “sólo” tendríamos a 13 millones de mexicanos sin siquiera un dólar para comer, con lo que a ese ritmo tal vez en el año 2030, si es que logramos llegar, se tenga un nación con cero pobreza.
Ya encarrerada en esa desequilibrada frecuencia, la Zavala dijo que la pobreza patrimonial, que abarca a la pobreza extrema y de capacidades, se podrá reducir de 42.1 por ciento del total de la población nacional a 41 por ciento para el 2008. ¡Qué avance tan impresionante!
Viene brutal alza de precios
Ni a Felipe Calderón, ni a Beatriz Zavala, ni a Alberto Cárdenas, ni a Javier Lozano, por referirnos sólo a los declarantes de este miércoles, el pueblo les cree una palabra al grado que hasta los maiceados representantes populares ponen en duda sus dichos. En el Congreso de la Unión, senadores y diputados alertaron sobre el inminente aumento en los precios de los productos básicos, a partir de enero, como consecuencia de la apertura agrícola prevista en el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN). Los legisladores consideraron que con la entrada en vigor del capítulo referente a ese rubro es necesario que se tome una decisión y se instale una mesa de negociación entre el Congreso y las autoridades competentes, para que se revise la política agropecuaria. El senador perredista Francisco Javier Castellano Fonseca, criticó que los responsables -o irresponsables en este caso- de la política económica del país traten de vender la idea de que la apertura comercial no afectará a quienes se dedican a las labores agrícolas ni, negativamente, a los consumidores.
También el diputado de Convergencia, Cuauhtémoc Velasco Oliva, sostuvo que la política agrícola requiere una revisión integral, en materia de apoyos y subsidios al campo, ya que, dijo, en el caso de Estados Unidos y Canadá son superiores a los que se otorgan en México. En ese sentido, el presidente de la organización de porcicultores de México, Mario Quintanilla, denunció que su sector registra una pérdida de 10 mil millones de pesos, situación que se agravará tras la apertura de la cláusula agraria del TLCAN en enero de 2008. Por su parte, el diputado del Partido del Trabajo, Pablo Arreola Ortega, dijo que es una mera falacia el acuerdo suscrito entre la Secretaría de Economía y las tiendas departamentales. Sobre este asunto, el presidente de la Asociación Nacional de Tiendas de Autoservicio y Departamentales (ANTAD), Vicente Yánez Solloa, advirtió que el programa para establece descuentos a productos de consumo básico, que se denominará “Despensa Familiar 2008”, “no es un pacto ni implica subsidios, ni mucho menos significa regresar a estrategias pasadas como el control de precios”. Según el empresario, dicho programa incluirá 300 productos de 50 categorías de alimentos y estará vigente del 15 de enero al 31 de marzo próximos. Su objetivo principal es minimizar la expectativa en torno al aumento de la gasolina, sin embargo, admitió que el “gasolinazo” si puede derivar en un incremento a la inflación. OBREROS A LA CALLE
La entrada en vigor de la reforma fiscal, el incremento al precio de la gasolina y la apertura del TLCAN en su apartado agropecuario, lanzará a la calle a los sindicatos quienes protestarán por las afectaciones a las percepciones de los trabajadores, advirtió el secretario general del STUNAM, Agustín Rodríguez. Líderes de trabajadores agrupados en la Federación Nacional de Sindicatos Universitarios han reconocido que mantienen diferencias de posición frente a la reforma fiscal y las medidas que habrán de tomar para hacer frente al deterioro del poder adquisitivo.
El dirigente del STUNAM consideró que los impuestos que se generen por la no deducibilidad de las prestaciones a los trabajadores que se contempla en el nuevo Impuesto Empresarial a Tasa Única (IETU), sólo se debe absorber por los patrones sin que afecte a los trabajadores. A su vez, la secretaria general del Sindicato de Trabajadores de la UAM, Hermelinda Hurtado, admitió que estudian la posibilidad de que las prestaciones formen parte del salario de los trabajadores, o en su defecto, podrían interponer un amparo contra la nueva legislación hacendaría. El panorama para los mexicanos el próximo año es en verdad negro: para empezar el crecimiento económico esperado para el cierre de 2007 es de 3.08 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) según especialistas en economía del sector privado.
La última encuesta del Banco de México en ese segmento revela que las expectativas de crecimiento económico para el 2008 disminuyeron de 3.36 a 3.33 por ciento del PIB, y en este punto no hay que olvidar que Agustín Carstens, el secretario de Hacienda, y su supuesto jefe, Felipe Calderón, nos vendieron la idea de la reforma fiscal prometiéndonos un crecimiento económico del 3.7 por ciento del PIB que, como ya se ve por todas partes, no se logrará ni yendo a bailar a Chalma.
Además, la inflación general en México cerrará en 2007 en un 3.84 por ciento. En la consulta de diciembre del Banco Central entre 31 grupos de análisis y consultoría del sector privado, el pronóstico para la inflación subyacente, visto como un mejor parámetro de la tendencia de los precios, subió a 3.9 por ciento desde el 3.87 ciento de la consulta previa. Y para el 2008 se espera un aumento del 3.86 por ciento para el índice general de inflación, mayor que el 3.77 previo. Y todo esto, que conste, en base a datos oficiales.
La Secretaría de Hacienda dio a conocer el Plan Anual de Financiamiento: el programa económico para el año que entra autoriza endeudamiento interno del gobierno federal por 220 mil millones de pesos. Las necesidades brutas de financiamiento del gobierno federal en 2008, las cuales cubren tanto los vencimientos como el endeudamiento neto, se estima en 7.8 por ciento del Producto Interno Bruto, es decir, más del doble de lo que se espera que crezca nuestra economía.
De los pasillos
Salvador Rivera Castrellón, calificó como bueno el anuncio de Felipe Calderón de no incrementar las cuotas de peaje, pero recordó que la medida es insuficiente porque actualmente el peaje aumenta el 12 por ciento del costo del flete. El presidente de la Unión Nacional de Transportistas Campesinos y Marítimos (Untrac) dijo que lo que el estado debe de hacer es dejar de cobrar las cuotas de peaje para enfrentar en iguales condiciones a los socios comerciales del TLCAN, ya que en Canadá y Estados Unidos no se cobra este tipo de impuestos. También subrayó que el país no podrá ser competitivo con el diesel caro, impuestos elevados o intereses anuales de financiamiento que llegan a ser hasta de 33 por ciento...
( lilia_arellano@yahoo.com)
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