EPR: Los eperristas desaparecidos están en el campo militar Número Uno
* Desmiente versiones sobre negociaciones secretas con el gobierno federal
México, D.F., 25 de junio (apro).- El Ejército Popular Revolucionario (EPR) reafirmó sus sospechas de que sus dos compañeros desaparecidos hace más de un año, Edmundo Reyes Amaya y Gabriel Alberto Cruz Sánchez, se encuentran recluidos en el campo militar Número Uno.En un nuevo comunicado, el grupo armado rechazó, además, haber sostenido una supuesta negociación secreta con el gobierno, como lo publicó el periódico El Universal, en que se habría pactado un alto a las acciones eperristas a cambio de que no se capturara a los hermanos Francisco y Alejandro Cerezo, y se desechara el regreso a prisiones de alta seguridad de Antonio y Rafael, internados actualmente en el penal de Atlalcholoaya, Morelos. Según el EPR, esa versión es una “maniobra sucia de propaganda negra” de parte del gobierno de Felipe Calderón, con la que, dijo, se busca reventar el papel de la Comisión de Mediación y crear un ambiente de zozobra a través de filtraciones de parte del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen).“Estas filtraciones en esencia constituyen amenazas veladas contra nosotros, que al no tenernos al alcance de su garra represora, presionan y pretenden desquitarse con luchadores sociales, defensores de los derechos humanos y presos políticos de conciencia. ¿Estos serán los incidentes a que se refirió la Secretaría de Gobernación? “Ni negociaciones secretas, ni hipótesis de confort, ambas son parte de la campaña contrainsurgente que de manera solícita se reproducen, ya sea por omisión o comisión, contribuyendo a que perdure la impunidad y alentando a que se cometan nuevos crímenes de lesa humanidad. En las desapariciones forzadas el gobierno le está apostando al desgaste y al olvido por medio del terror de Estado”, acusó el grupo armado.Sobre la ubicación de sus dos compañeros, el EPR aún no descarta la posibilidad de que se encuentren en las instalaciones de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), conocidas como Campo Militar Número Uno, pues históricamente ahí es donde han sido detenidos y desaparecidos decenas de luchadores sociales, “como ha sido documentado y denunciado por organizaciones defensoras de los derechos humanos y corroborado con los testimonios de los presos políticos que ahí estuvieron”.Por eso la insurgencia cuestiona la acción de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), que en meses pasados hizo un recorrido superficial por las instalaciones militares y aseguró que ahí no había “presos políticos”. “Resulta poco creíble que cuando va un miembro de la CNDH a revisar las instalaciones, diga no haber encontrado nada, eso es una burla más, porque para revisar el Campo Militar Número Uno se requerirían unos 30 días o más para poder hacerlo de manera exhaustiva”.En su comunicado, los eperristas señalan que existe otra posibilidad: que los dos desaparecidos aún se encuentren en alguna de las “casas de seguridad” que tienen el gobierno y el Ejército en varias zonas de la Ciudad de México, hecho que ellos mismos denunciaron en un documento publicado en Proceso el pasado 4 de mayo.El EPR también sostiene que en Oaxaca se está tratando de desviar su demanda de presentar con vida a sus dos compañeros, al difundirse un supuesto hallazgo de fosas clandestinas y la inhumación de cuerpos con evidencias de tortura y tiro de gracia, “que tratan forzadamente de relacionar con la detención-desaparición de nuestros compañeros Edmundo Reyes Amaya y Gabriel Alberto Cruz Sánchez”.Con esa especie se busca diluir la esencia de su demanda, “que es su presentación con vida y la de todos los desaparecidos políticos, alargando el tiempo al intentar distraer a la opinión pública con esos hechos”.Los rebeldes agregaron que con el gobierno de Calderón se mantiene la política de represión contra los luchadores sociales, así como contra indígenas y campesinos. Destacaron la desaparición del indígena totonaco Bonifacio Gaona Barrientos, en Puebla, y la del colono Moisés Molina Rodríguez, en Michoacán.También hicieron referencia a la desaparición de 38 trabajadores de Pemex en Cadereyta, Nuevo León, hecho que se ha buscado disfrazar de levantotes realizados supuestamente por el crimen organizado.
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